Mendoza
A¨²n malviv¨ªa Franco Y por las catacumbas circul¨® que hab¨ªa un empresario madrile?o que negociaba con la URSS y ten¨ªa una clara visi¨®n democr¨¢tica del futuro. No abundaban todav¨ªa mutantes de este tipo y Mendoza se convirti¨® en una de las grandes esperanzas blancas. Luego vino lo que vino y emergi¨® como un triunfador imparable, as¨ª en las carreras de caballos como en las ferias de amores, as¨ª en los negocios como en el f¨²tbol. Carrer¨®n ultimado con la presidencia del Real Madrid, que es, despu¨¦s de El Corte Ingl¨¦s, el segundo poder cultural f¨¢ctico de este pa¨ªs.De la noche a la ma?ana, todo lo que eran gracias en el se?or Mendoza se vuelven desgracias, y va por los fondos de las columnas period¨ªsticas y las tertulias radiof¨®nicas como aquellos personajes de tonadilla a?os cuarenta que, cual el ¨¢guila real, al suelo iban a parar, afortunada imagen que a¨²n recuerdo en los labios, entre el moreno y lo viol¨¢ceo, de Juanita Reina. Ya no le quedan caballos ni feria donde lucirlos, y el Madrid no es lo que era. Y como las desgracias nunca vienen solas, ni siquiera Hugo S¨¢nchez sabe c¨®mo, cu¨¢ndo, d¨®nde meterla, desorientaci¨®n reciente que puede interpretarse como expresi¨®n psicosom¨¢tica de una depresi¨®n colectiva.
Bernab¨¦u, que ten¨ªa mentalidad de cabo de la cruzada, aplic¨® la estrategia cuartelera de arrestar piscinas, fusilar asnos y llevar las cuentas de la familia en una libreta de hule. Mendoza, tras el periodo de transici¨®n inevitable, ha representado la modernidad, y el equipo est¨¢ hecho a su imagen y semejanza de narciso individualista y juguet¨®n que ficha jugadores con el Gold Gotha en la mano y despide entrenadores como los enemigos de James Bond eliminaban a los lugartenientes incapaces. Algo desentona. Un triunfador jam¨¢s, jam¨¢s, abandona un crucero por el Caribe. Ni por un 4 a 0.
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