Zsuzsa Polgar

Los entusiastas directivos del club Oberena de Pamplona no pod¨ªan imaginar que el trofeo de ajedrez organizado para festejar sus bodas de oro, clausurado el domingo, iba a ser hist¨®rico. La h¨²ngara Zsuzsa Polgar, de 21 a?os, que fue tercera en el torneo, es la primera mujer que logra el t¨ªtulo de gran maestro con los mismos requisito exigidos a los hombres. Gan¨® a Leonid Yudasin, octavo del mundo, un beneficiario de la perestroika que atribuye su ¨¦xito a la pr¨¢ctica diaria de la parapsicolog¨ªa y el yoga.Las sovi¨¦ticas Nona Gaprindashvili y Maia Chiburdanidze, antecesoras de Zsuzsa, consiguieron su t¨ªtulo autom¨¢ticamente al proclamarse campeonas del mundo. Ambas proceden de Georgia, donde la dote nupcial inclu¨ªa tradicionalmente un tablero de ajedrez. Zsuzsa, segunda de la lista mundial tras su hermana Judith, de 14 a?os, ha conseguido la m¨¢xima distinci¨®n en este deporte acumulando tres normas (resultados brillantes) en torneos masculinos, de acuerdo con unos baremos que dependen de la categor¨ªa de los rivales.

Zsuzsa es la mayor de las tres hermanas Polgar (la tercera, Sof¨ªa, tiene 16 a?os) que cuestionan la supremac¨ªa masculina ante el tablero. Muchos ajedrecistas reconocen que juegan muy nerviosos contra una mujer porque la educaci¨®n machista recibida les obliga a ganar. Pero eso no ocurre contra las Polgar, cuyos impresionantes resultados borran de las mentes masculinas cualquier sensaci¨®n de superioridad. Zsuzsa ya declar¨® hace tiempo que los jugadores, en muchas ocasiones, cuando juegan contra otro hombre, ofrecer¨ªan tablas, pero cuando juegan con una mujer "creen que est¨¢n obligados moralmente a ganarme". En Pamplona, Zsuzsa termin¨® invicta: gan¨® a Yudasin y al yugoslavo Todorcevic e hizo tablas con los dem¨¢s, incluyendo al tambi¨¦n nacido en la URSS nacionalizado suizo V¨ªktor Korchnoi, dos veces subcampe¨®n del mundo.

Zsuzsa Polgar ten¨ªa muy claros sus objetivos cuando ten¨ªa 18 a?os y ambicionaba situarse entre los 15 mejores ajedrecistas masculinos. En esa ¨¦poca se neg¨® ya a participar en el campeonato mundial femenino, decisi¨®n que compart¨ªa con su padre, el psic¨®logo y educador Laszlo Polgar, porque les parec¨ªa rid¨ªcula la distinci¨®n entre mujeres y hombres. Opinaban ambos que tal divisi¨®n era como crear una universidad espec¨ªficamente para hombres y otra para mujeres.

La mayor de las hermanas comenz¨® muy joven a destacar en el ajedrez. Gan¨® el campeonato de Hungr¨ªa para menores de 11 a?os meses despu¨¦s de preguntarle a su padre por aquellas figuritas de madera con las que ¨¦l se entreten¨ªa. La nina contaba entonces apenas cuatro a?os. Zsuzsa, que habla seis idiomas, estudia en casa, entrena muchas horas, juega al tenis de mesa para mantenerse en forma y pasa sus horas libres escuchando m¨²sica.

La juventud de las Polgar ha producido algunas an¨¦cdotas en su participaci¨®n en grandes torneos. En una ocasi¨®n jugaban en Australia y junto al tablero colocaron un le¨®n de peluche. Para contrarrestar ese talism¨¢n un contrincante se present¨® a su partida con un gran rinoceronte de juguete. Una amonestaci¨®n arbitral oblig¨® al australiano a retirar su mascota, pero la sustituy¨® por un peque?o cocodrilo. Sin embargo, la joven jugadora h¨²ngara le derrot¨®.