Baker y Aziz, a su manera
ENVIADO ESPECIAL La noche del jueves, en la inmensa sala de baile del Hotel Intercontinental de Ginebra y con m¨¢s de un mill¨®n de soldados en las trincheras, los ministros de Asuntos Exteriores de Estados Unidos e Irak, James Baker y Tarek Aziz, parecieron mensajeros de dos concepciones fil¨®soficas distintas del mundo y alumnos de diferentes escol¨¢sticas. Oriente contra Occidente.
Como impelido por una percepci¨®n m¨¢gica de la vida, el pausado canciller de Sadam Husein, cristiano maronita, estuvo brillante, pulcro, consecuente con su l¨®gica, y paternal en alg¨²n momento. Casi hizo olvidar al mundo que las tropas de su comandante en jefe hab¨ªan invadido Kuwait e iniciado la agresi¨®n. Baker, racional y con un discurso que bebe en otras academias, fue un correcto y honrado gestor de intereses: los de Estados Unidos y sus aliados.
Esa noche, el secretario de Estado nortemericano, James Baker, irrumpi¨® como una flecha en la sala habilitada para la prensa; gan¨® con agilidad el estrado de oradores y los mil periodistas que desde hac¨ªa m¨¢s de media hora esperaban su llegada apenas si pudieron activar sus ¨²tiles de trabajo antes de que comenzase a hablar. No hubo introducci¨®n, ni concesiones a la ret¨®rica. Baker, cuyo semblante pareci¨® acusar m¨¢s el aparente fracaso del encuentro, fue directo y descubri¨® el enigma celosamente guardado durante 6 horas en la sala de naciones del Hotel: Irak se manten¨ªa inflexible en sus posiciones iniciales y la amenaza de una guerra en el Golfo P¨¦rsico
aumentaba. Diez minutos despu¨¦s abri¨® el turno de preguntas en el mejor estilo norteamericano. Se?alizaciones directas con la mano, a derecha e izquierda:" John .... Peter..., Bob .... Todos viejos conocidos en otras conferencias de prensa. Compatriotas. Sonri¨® en tres ocasiones.
Recordatorio
El estilo de Tarek Aziz fue otro. Se pase¨® hasta el p¨²lpito de micr¨®fonos con cierta parsimonia, pidi¨® disculpas por el retraso y adorn¨® su entrada en materia con un oportuno y angelical recordatorio de sus declaraciones de v¨ªsperas. "Ven¨ªa con un esp¨ªritu abierto( ... ). Durante m¨¢s de veinte minutos, con la apariencia de una esfinge simp¨¢tica y hasta medio reidora a ratos, insisti¨® en la postura iraqu¨ª de relacionar una soluci¨®n de la crisis con el caso palestino. Respondi¨® a un periodista israel¨ª que atacar¨ªa Israel si comienza la guerra, reconvino con mesura el lenguaje de Bush en su carta a Sadam Husein. Aziz, en ning¨²n momento de su comparecencia, acus¨® la responsabilidad de un hombre en cuyos informes descansa parte de la responsabilidad de una guerra, y de un pa¨ªs condenado a la derrota militar. La amplia cobertura de la cadena de televisi¨®n norteamericana CNN, principalmnente "su insistencia en los puntos de vista norteamericanos fue tambi¨¦n amonestada y elogiada. Hasta que lleg¨® James Baker, su corresponsal, convenientemente maquillado y con el micr¨®fono en posici¨®n de combate, aguant¨® de pie, frente al estrado, casi una hora.
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