La 'gl¨¢snost', amenazada
La libertad de informaci¨®n se tambalea en la URSS
Medio a?o despu¨¦s de aprobada la Ley de Prensa, que oficialmente consagraba la libertad de expresi¨®n, esta libertad se ve gravemente acosada. Los ultimos sucesos -prohibiciones de programas televisivos, la clausura de una agencia de noticias independiente, los atentados contra periodistas- parecen indicar que se quiere frenar la gl¨¢snost (transparencia informativa), uno de los pocos logros reales de la perestroika.
El Ministerio de Prensa e Informaci¨®n Masiva de Rusia cree, ni m¨¢s ni menos, que el pa¨ªs vive el "preludio de un terror abierto contra la gl¨¢snost". Esta declaraci¨®n la hizo el ministerio el viernes por la tarde, y ayer todav¨ªa no hab¨ªa alcanzado a ser publicada ni siquiera por el peri¨®dico Rossliskaya Gazeta, el ¨®rgano oficial del Parlamento ruso.La campa?a de "desacreditaci¨®n" de los periodistas "toma cada vez tonos m¨¢s negros, con presiones descaradas, destrucci¨®n de tiradas de peri¨®dicos, prohibici¨®n de teleprogramas", seg¨²n la citada declaraci¨®n. Pero ahora no s¨®lo los programas y diarios corren peligro; tambi¨¦n peligran las vidas de los periodistas. En diciembre dispararon contra Alexandr Nevz¨®rov, el popular presentador de las telenoticias de Leningrado 600 segundos. Y el viernes, como informa el Ministerio de Prensa ruso, en la ciudad de Kaluga mataron a lv¨¢n Fom¨ªn, director del diario provincial Znamia, e hirieron al reportero gr¨¢fico Guennadi Golovkov. El asesino mat¨® a Fom¨ªn de dos tiros a quemarropa, y no oculta que lo hizo por motivos pol¨ªticos. "Es el resultado de la pol¨ªtica de odio, de b¨²squeda de un enemigo interno, de echarle la culpa de todos los males a la prensa", concluye la declaraci¨®n del ministerio.
Tambi¨¦n el viernes, por tercera vez consecutiva, no sali¨® al aire el programa televisivo semanal Vzgliad (Mirada), que lo ven entre 90 millones y 150 millones de telespectadores. Este programa, que siempre toca agudos problemas pol¨ªticos y sociales, era el s¨ªmbolo de la gl¨¢snost. Desde que comenz¨® la perestroika, seguramente no hab¨ªa otro de igual calidad e independencia. Su popularidad era tal que los tres periodistas de Vzgliad que presentaron su candidatura a diputados de Rusia fueron elegidos el a?o pasado sin problemas.
El 'tema Shevardnadze'
Las dos semanas anteriores, el programa fue prohibido porque los j¨®venes presentadores quer¨ªan tocar un tema que se ha convertido ¨²ltimamente en tab¨²: el de la dimisi¨®n del ministro de Asuntos Exteriores Edvard Shevardnadze. En directo deb¨ªan aparecer dos asesores de Shevardnadze para explicar los motivos que ¨¦ste tuvo para decidirse a hacer su dram¨¢tico discurso en el Congreso el 20 de diciembre pasado. Adem¨¢s, naturalmente, pensaban hablar del peligro de dictadura sobre el que en aquella ocasi¨®n advirti¨® Shevardnadze.La prohibici¨®n de esta semana es de otra ¨ªndole, pues es indefinida, hasta que los periodistas de Vzgliad no presenten "la concepci¨®n del programa y las principales orientaciones tem¨¢ticas para el a?o 1991, tomando en cuenta las conversaciones mantenidas con la direcci¨®n de Radiotelevisi¨®n de la URSS", como se dice en la orden de suspensi¨®n del programa, firmada por el vicepresidente de Radiotelevisi¨®n, Piotr Reshetov. Esta orden tiene otro punto, mucho m¨¢s grave: se encarga a los funcionarios correspondientes preparar un contrato con los periodistas de Vzgliad seg¨²n el cual la direcci¨®n de la Televisi¨®n Central y ellos "compartir¨¢n la responsabilidad por el contenido y la calidad del programa" y "la disciplina" durante las retransmisiones en directo. Esto da a los jefes de la televisi¨®n un gran poder de censura, y de hecho significa la muerte de Vzgliad, que existi¨® hasta 1990.
"Somos las primeras v¨ªctimas de la nueva l¨ªnea del presidente Mija¨ªl Gorbachov", dijo Alexandr Politkovski, uno de los autores de Vzgliad y diputado de Rusia. Politkovski se refer¨ªa al giro hacia la derecha que est¨¢ dando toda la pol¨ªtica sovi¨¦tica.
El que aplica esta nueva pol¨ªtica en Radiotelevisi¨®n es Leonid Kr¨¢vchenko, que ya logr¨® una dudosa fama como director general de Tass, la agencia informativa oficial sovi¨¦tica. Su conservadurismo no suscita dudas: fue uno de los m¨¢s firmes opositores a derogar el art¨ªculo sexto de la Constituci¨®n, que establec¨ªa la hegemon¨ªa del partido comunista en la vida de la URSS, y ha atacado a la prensa porque ¨¦sta ahora critica demasiado. La informaci¨®n de Tass bajo su direcci¨®n fue siempre muy tendenciosa, especialmente orientada contra las fuerzas progresistas.
Ahora, Kr¨¢vchenko ha empezado a poner orden en Radiotelevisi¨®n. El viernes la emprendi¨® tambi¨¦n con la agencia de noticlas independiente Interfax. Esta agencia, que funcionaba en el edificio de Radio Mosc¨², fue clausurada y sus bienes confiscados por orden de Kr¨¢vehenko. Tambi¨¦n ha debido suspender sus informaciones el bolet¨ªn Baltfax, que publicaban conjuntamente con el Servicio de Noticias del B¨¢ltico. Seg¨²n Interfax, el presidente de Radiotelevisi¨®n est¨¢ empe?ado en "liquidar las estructuras informativas independientes". Ayer, los periodistas miembros del S¨®viet Supremo recog¨ªan firmas para un llamamiento a favor de la gl¨¢snost.
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