Washington, una ciudad pendiente de la televisi¨®n
Las calles de la capital norteamericana se fueron vaciando casi totalmente poco despu¨¦s de conocerse el comienzo de la guerra. Los escasos barrios de Washington que habitualmente tienen cierto ambiente a esas horas de la noche estaban ayer especialmente desiertos. Parec¨ªa como si George Bush hubiese esperado para dar la orden del comienzo del ataque a que los norteamericanos se instalaran en sus casas para seguirlos principales noticiarios.Un recorrido por diversos barrios de la capital federal ofrec¨ªa anoche una ciudad que se iba vaciando, m¨¢s por curiosidad por seguir la guerra por televisi¨®n que por p¨¢nico. En barrios como Georgetown o la avenida Massachusetts, donde se ubican gran n¨²mero de restaurantes, tabernas o salas de cine, apenas hab¨ªa gente. Muchos restaurantes, que normalmente a esas horas est¨¢n llenos de gente, anoche aparec¨ªan casi vac¨ªos.
En los pubs, los escasos consumidores estaban m¨¢s atentos a las pantallas de televisi¨®n que segu¨ªan la guerra minuto a minuto, que de los vasos de cerveza.
La presencia policial en las calles era pr¨¢cticamente nula. S¨®lo frente a la Casa Blanca, que se hallaba rodeada de una barrera de coches y agentes policiales, se apreciaba una reacci¨®n popular a la guerra. Varios cientos de personas -la cifra fue creciendo poco a poco- se manifestaban pac¨ªficamente con pancartas contra el conflicto b¨¦lico. Pero ni siquiera la averilda Pennsilvanla, donde se concentraban los manifestantes y la polic¨ªa -frente a la residencia del presidente norteamericano-, estaba cortada al tr¨¢fico.
Cerca, el edificio de la embajada iraqu¨ª permanec¨ªa completamente a oscuras. S¨®lo dos coches del servicio secreto vigilaban la zona. El edificio, una especie de palacete de cuatro plantas y s¨®tano, estaba a oscuras, como si nad le lo habitara.
M¨¢s lejos, donde se ubican las embajadas de Israel y Kuwait -separadas por apenas unas decenas de metros- al noroeste de la capital, las calles estaban todav¨ªa mas vac¨ªas.
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