Una carrera de obst¨¢culos

En el caso de que un m¨¦dico recete alg¨²n derivado de la morfina, se encontrar¨¢ con un entramado de barreras burocr¨¢ticas. Hasta hace muy poco, los opi¨¢ceos eran unos f¨¢rmacos de administraci¨®n engorrosa, porque s¨®lo hab¨ªa dos presentaciones y ambas de corta duraci¨®n: la inyectable, que deb¨ªa administrarse cada seis u ocho horas, y el jarabe, que exig¨ªa una receta cada 48 horas."Afortunadamente ha salido un medicamento nuevo basado en formas orales y continuas de morfina, unas pastillas que se administran cada 12 horas y que se recetan en cajas de 60 pastillas, de modo que con una sola prescripci¨®n se puede resolver el dolor de un mes", explica Ignacio Burgos.

Pero para ello son necesarios tres avales. La receta normal de la Seguridad Social, una especial de estupefacientes y un carn¨¦ de extradosis. Para poder obtener un talonarlo de estupefacientes, el m¨¦dico debe desplazarse hasta la sede provincial del colegio de m¨¦dicos y comprarla. Si el m¨¦dico pierde el talonario puede ser sancionado, y el temor a que se lo robe un toxic¨®mano o a ser objeto de un atraco acaba de disuadirlo. Adem¨¢s del recetarlo de estupefacientes, el m¨¦dico tendr¨¢ que gestionar personalmente ante la sede provincial del Ministerio de Sanidad un carn¨¦ de extradosis a nombre del paciente.

"Pero lo que es m¨¢s absurdo todav¨ªa", contin¨²a Ignacio Burgos, "es que, incomprensiblemente, los m¨¦dicos de cabecera no pueden recetar la nueva presentaci¨®n de morfina de liberaci¨®n lenta, que ni siquiera es de los f¨¢rmacos m¨¢s caros, porque cuesta 3.000 pesetas".