Atrapados en el Pe?¨®n
Los inmigrantes marroqu¨ªes en GIbraltar se quedan sin su barco a T¨¢nger
En Gibraltar, retarguardia cuartelera del fish and chips, les han quitado a los inmigrantes marroqu¨ªes el barco que ven¨ªa de T¨¢nger. Si antes del conflicto los 3.200 inmigrantes de Hassan II se sent¨ªan encarcelados, hoy pueden arrojar la llave al mar. "Estamos atrapados", dice Abdellah Chiki Duas, de 50 a?os, vicepresidente de la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Gibraltar, y a?ade: "La guerra nos afecta a todos, los brit¨¢nicos tienen sus ratas en el desierto, y nuestro rey ha mandado al Ej¨¦rcito tambi¨¦n all¨ª, pero nosotros no somos iguales: somos sus obreros".
Estos obreros temen lo peor. Que, una vez perdido el barco, les castiguen sin empleo y sueldo. Es decir, que los manden a nado a casa. Pero conf¨ªan en que su buena conducta no desate la ira del gobernador militar de la colonia. "No nos dejan pasar por Espa?a con el visado de Gibraltar, y los que necesitan volver a Marruecos, como uno que ha sido llamado por su familia, no sabe c¨®mo ni por d¨®nde hacerlo".En su gueto del Pe?¨®n, los marroqu¨ªes se andan con pies de plomo. "A uno se le ocurri¨® poner un cartel de Sadam Husein y la polic¨ªa entr¨®, lo quit¨® y creo que lo han expulsado", dijo Chablani, un comerciante anglo-indio de 35 a?os, muerto de asco en su establecimiento llamado L¨¢mina. "Esto va demal en peor. No viene nadie. Los espa?oles se han dedicado a vaciar de existencias Continente, cerca de Algeciras, y el turismo brit¨¢nico se qued¨® en el Reino Unido con la calefacci¨®n puesta para ver la guerra por televisi¨®n". Los comerciantes lamentan no s¨®lo las bajas humanas en el frente, sino tambi¨¦n el fracaso de sus rebajas al 50% en la colonia.
Luego est¨¢ el terrorismo. Ah¨ª, el miedo es libre, y las comparaciones, a las que tan dados son los habitantes de la colonia, les consuelan: "En Espa?a no es tan buena la seguridad como aqu¨ª, donde ser¨¢ dif¨ªcil que pase algo", dijo un taxista. Este conductor deseaba no perder el optimismo. La guerra ser¨ªa corta. Para eso hab¨ªan enviado al frente los mejores soldados brit¨¢nicos. "Churchill ya lo dijo, y ten¨ªa toda la raz¨®n", explic¨® este hombre. "Churchill dijo: 'Dadrne oficiales alemanes, pero soldados brit¨¢nicos, que as¨ª derrotar¨¦ al enemigo". Pero ahora ni siquiera hab¨ªa alemanes. No hac¨ªan falta. Ahora abundaba la electr¨®nica, como en la calle Real.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.