El presunto asesino del 'Lobo Feroz' dice no recordar el crimen
Santiago San Jos¨¦ Pardo, arrendatario del mes¨®n El Lobo Feroz de Madrid y acusado del asesinato de dos prostitutas cuyos cuerpos momificados aparecieron en un s¨®tano del local bajo una capa de yeso, manifest¨® en el juicio iniciado ayer que, dado su es tado de embriaguez, no recordaba nada de lo sucedido desde que concert¨® los servicios de ambas mujeres hasta que sus cuerpos aparecieron apu?alados en el suelo del local. Su tercera v¨ªctima, que sobrevivi¨® al ataque, identific¨® tanto al agresor como el cuchillo de cortar jam¨®n con el que fue apu?alada. El fiscal pide para San Jos¨¦ 74 a?os de c¨¢rcel.Las confesiones del presunto asesino ante la polic¨ªa y el juez instructor no fueron corroboradas ayer en el juicio. Ante el tribunal que comenz¨® a juzgarle, San Jos¨¦ se present¨® con s¨ªntomas de "amnesia procesal", que, seg¨²n el forense Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Andrade, hace que el procesado "olvide todo lo que puede perjudicarle". El acusado s¨ª recordaba haber mantenido relaciones con prostitutas, "aunque no muy a menudo".
Una noche de agosto de 1987 concert¨® los servicios de una de estas mujer¨¦s y la llev¨® al local. "Yo entonces siempre beb¨ªa cubalibres y posiblemente tom¨¦ uno despu¨¦s de llevar encima muchos m¨¢s", dijo San Jos¨¦, con total impavidez en la voz. La insistencia del fiscal hizo que el procesado recordase que la mujer se desnud¨® de pie de medio cuerpo para abajo.
Sus recuerdos se interrump¨ªan hasta el d¨ªa siguiente, cuando fue al mes¨®n y encontr¨® "un cuerpo all¨ª tirado". "Me extra?¨® much¨ªsimo lo que pudo haber pasado", asegur¨®. Comprob¨® las cerraduras para ver si alguien pod¨ªa haber entrado por la noche y encontr¨® "tirado por all¨ª" el cuchillo que utilizaba para cortar jam¨®n. Como todo estaba en orden, dedujo lo ocurrido y se sinti¨® "aterrorizado".
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El acusado de El Lobo Feroz basa su amnesia en el alcohol
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"No sab¨ªa qu¨¦ hacer con el cuerpo", dijo despu¨¦s. "?Y por que no avis¨® a la polic¨ªa?", pregunt¨® el Fiscal. "Lo pens¨¦, lo pens¨¦" contest¨® el procesado, dando por sobreentendido que hab¨ªa desechado hacerlo. Finalmente baj¨® el cuerpo al s¨®tano y lo cubri¨® con unas bolsas. Sin embargo, no reconoci¨® haberlo cubierto con la capa de yeso bajo la que fue encontrado. El cad¨¢ver era el de Mar¨ªa Jes¨²s Varela Alonso, madre de dos hijas, cuya desaparici¨®n fue denunciada.
Los mismos hechos se repitieron meses despu¨¦s, con id¨¦ntico resultado. La segunda mujer aun no ha sido identificada. Su tercer intento result¨® frustrado, y la v¨ªctima, Aracell Fern¨¢ndez Regadera, evoc¨® ante el tribunal el p¨¢nico que sinti¨® al ver avanzar a Santiago San Jos¨¦ con un cuchillo hacia ella, en la soledad del establecimiento. "Yo me quit¨¦ la parte de abajo y entonces me dijo que esperase un momento, que iba a coger una cosa. Sali¨® hacia la barra y volvi¨® con un cuchillo para clav¨¢rmelo en el pecho".
Araceli se cort¨® al asir el cuchillo por la hoja para parar el primer golpe. Recibi¨® otros cortes en cara, brazos y, t¨®rax, pero sus gritos fueron escuchados y el agresor se detuvo al llegar la polic¨ªa, alertada por los vecinos. "Pero la polic¨ªa le crey¨® a ¨¦l, crey¨® que yo hab¨ªa entrado a robarle a ese se?or", dijo Araceli. Un a?o despu¨¦s, unas obras de remodelaci¨®n del s¨®tano dejaron al descubierto los dos cuerpos momificados. S¨®lo entonces la polic¨ªa crey¨® la versi¨®n de Araceli, quien tambi¨¦n asegur¨®: "No se le ve¨ªa que estuviese borracho".
Santiago San Jos¨¦ asegur¨® que comenz¨® a beber a los 17 a?os y s¨®lo lo dej¨® cuando fue detenido. Sin embargo, los forenses Ram¨®n N¨²?ez Parras y Juan Antonio Garc¨ªa Andrade afirmaron que las cantidades de alcohol descritas por el procesado habr¨ªan producido alteraciones viscerales o cerebrales o una cirrosis que no fueron detectadas.
Sin dejar de aceptar que San Jos¨¦ pudo ser un "bebedor abusivo", Garc¨ªa Andrade atribuy¨® las agresiones a motivos muy distintos: "El procesado tiene una sexualidad pobre, de aprendizaje escaso, deteriorada". Esa "pobreza sexual", en opini¨®n del forense, le llev¨® a "una especie de impotencia" que degener¨® en sadismo. "Una personalidad sumamente peligrosa" resumi¨®, "que si bebe, podr¨ªa volver a repetir los hechos".
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