En una ciudad fronteriza
Desde que los cazabombarderos aliados comenzaron sus salidas contra Irak el pasado jueves, la ciudad saud¨ª de Gafji, hasta entonces virtualmente abandonada a pocos kil¨®metros de la frontera kuwait¨ª, ha hecho frente a lo m¨¢s duro con lo que ha golpeado. Irak a Arabia Saud¨ª. Las proyectiles han hecho blanco en la ciudad, de 15.000 habitantes, provocando da?os en la refiner¨ªa de petr¨®leo y en la planta potabilizadora de agua (desalinaci¨®n) que surte de agua potable a la ciudad. La luz se ha cortado, los dep¨®sitos de agua est¨¢n vac¨ªos y los tel¨¦fonos no funcionan.En las afueras de la ciudad se levantan columnas de humo de las llamaradas desde la refiner¨ªa da?ada en la nubosa ma?ana del domingo. Nada se mueve, paquetes por aqu¨ª y all¨¢ y autom¨®viles abandonados en mitad de la calle, hasta que de entre las casas abandonadas surge un OV-10 norteamericano. Los primeros movimientos del aparato dan la impresi¨®n de que husmea un objetivo. De repente dispara contra las posiciones iraqu¨ªes, dejando una estela blanca fosforescente, uno o dos misiles van hacia el interior de territorio kuwait¨ª.
Poco despu¨¦s, dos Harrier de los marines cruzan el cielo y dejan caer unas bombas de fragmentaci¨®n cerca del lugar donde hicieron impacto los cohetes del helic¨®ptero, elev¨¢ndose a continuaci¨®n unas nubes multicolores. El tableteo de las bater¨ªas anti¨¢ereas iraqu¨ªes se percibe, pero los aparatos se pierden a lo lejos sin sufrir ning¨²n da?o. No ha transcurrido mucho de esto, cuando un soldado saud¨ª surge de entre los sacos terreros, colocados en fila frente a la playa, y dice: "Est¨¢ todo muy tranquilo. Todo est¨¢ en calma".
El pasado jueves, la artiller¨ªa iraqu¨ª abri¨® fuego contra la ciudad, alcanzando un dep¨®sito de petr¨®leo y algunos edificios. La humareda de la refiner¨ªa sirve desde entonces como referencia para los pilotos aliados que se internan en sus misiones de ataque en Kuwait.
Cuando comenzaron los ca?onazos, la poblaci¨®n, los coches de polic¨ªa y los camiones de bomberos abandonaron la zona con direcci¨®n al sur. Todav¨ªa no han regresado.
En el restaurante del hotel Gafji Beach, el pasado domingo se pod¨ªan ver servicios de t¨¦ a medio consumir y restos de comida en las mesas.
Tropas reales del Cuerpo de Marines de Arabia Saud¨ª, que campaban por los alrededores de la ciudad, regresaron el domingo y comenzaron a levantar barricadas con bidones amarillos y, recorriendo las calles con Toyotas, comenzaban a emplazar armamento del calibre 50 detr¨¢s de los bidones colocados a modo de empalizadas.
"El enemigo est¨¢ cerca", dice el coronel encargado de las operaciones, que pide no ser identificado. "A veces les vemos", dice, "otras son ellos quienes nos ven".
Ataques espor¨¢dicos
Desde el jueves, ha habido espor¨¢dicos ataques artilleros que producen escasos da?os. El primer d¨ªa de guerra resultaron heridos levemente dos marines norteamericanos y un sanitario de un hospital de la Armada.
"Los iraqu¨ªes disparan contra la ciudad con piezas de bajo calibre", dice un comandante norteamericano de marines, consejero de las fuerzas saud¨ªes, que tambi¨¦n prefiere no ser citado. "Los iraqu¨ªes descargan su munici¨®n pesada, incluidos los cohetes, contra las tropas concentradas detr¨¢s de la ciudad".
Detr¨¢s de Gafji, en la carretera que une la frontera con Dharam en un viaje de cuatro horas, columnas de carros de combate y blindados Bradley, que forman parte de la Segunda Divisi¨®n Blindada de EE UU, toman posiciones.
"0 son muy malos tiradores o no tienen ni idea de lo que hay aqu¨ª", dice el teniente de marines Jim Tuemler, con respecto de los disparos artilleros de los iraqu¨ªes. Pero otros oficiales norteamericanos, que reconoce que se ha pedido permiso para responder al ataque, reafirman que Irak sabe c¨®mo funciona su artiller¨ªa.
"El fuego es graneado", dice un comandante de marines, "porque intentan alcanzar de pleno el grueso de la concentraci¨®n de nuestras tropas y por ello disparan con insistencia a ver si aciertan en una, pero lo cierto es que desperdician mucha munici¨®n tirando m¨¢s lejos de donde nos encontramos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.