Tel Aviv quiere la paz con Damasco
El problema palestino no protagonizar¨¢ los acuerdos de posguerra, aseguran los israelies
ENVIADO ESPECIAL Los expertos israel¨ªes consideran que el resultado de la guerra del Golfo ser¨¢ la destrucci¨®n de la amenaza iraqu¨ª, unida a una potenciaci¨®n de los papeles de Siria y Egipto, y por supuesto de Estados Unidos, en la zona. Jordania y los palestinos caer¨¢n en el lado de los vencidos. De acuerdo con esa visi¨®n, que en principio descarta una extensi¨®n significativa del conflicto, las expectativas se orientan hacia un arreglo sirio-israel¨ª estimado compatible con un estancamiento del problema de Palestina.
"Es importante se?alar que lo que se juega en la crisis del Golfo no es el futuro de Kuwait sino el de Oriente Pr¨®ximo", se?ala Asher Susser, profesor de historia en la Universidad de Tel Aviv. "En ¨¦l se mezclan dos problemas, el de los Estados ¨¢rabes con Irak, cuya integridad territorial incluso podr¨ªa estar en cuesti¨®n y el ¨¢rabe-Israel¨ª. Sobre este ¨²ltimo ha habido dos enfoques: el de Egipto, que ha sido la negociaci¨®n, y el de Sadam Husein, que ha sido la confrontaci¨®n. La victoria en esta guerra demostrar¨ªa que la soluci¨®n militar no vale y deber¨ªa garantizar la incorporaci¨®n de Siria a un proceso de paz. En ese contexto, Israel, tendr¨ªa mucha m¨¢s confianza para negociar".
Itamar Rabinovich, tambi¨¦n profesor de historia del Oriente Pr¨®ximo y rector de la Universidad de Tel Aviv, opina: "Creo que el tema palestino va a ser un elemento importante,, entre otros, en la posguerra. Pero hay un principio en las relaciones internacionales y es el de compensar a los que est¨¢n en el lado vencedor de una guerra. La OLP no va a estarlo. Los palestinos de Cisjordania y Gaza, que estos d¨ªas suben a los tejados para increpar a Israel, tampoco. No obstante, muchos en el Likud piensan que debe haber tina soluci¨®n, la de 1989 [elecci¨®n en los territorios de representantes para negociar una autonom¨ªa palestina] o quiz¨¢ algo m¨¢s. Pero me resulta muy dif¨ªcil decir d¨®nde caer¨¢n los dados".
Susser coincide en la misma idea: "No creo que despu¨¦s de esta guerra Estados Unidos pueda restablecer el contacto con la OLP. Siria y Egipto jugar¨¢n un papel mucho m¨¢s importante en el proceso de paz que Jordania y los palestinos. Tambi¨¦n se escuchar¨¢ m¨¢s el argumento israe¨ª de que el problema palestino no es el ¨²nico de la regi¨®n".
Rabinovich, que cree que la partici¨®n de Irak es muy improbable, considera que el objetivo de esta guerra, en la que Israel no participa, debe ser "destruir el r¨¦gimen iraqu¨ª, no sus arsenales". "La URSS conserva sus armas, pero ya no es una amenaza", razona. "Y confiamos en que Bush no parar¨¢ la guerra poco antes de esa victoria, porque ha invertido mucho en este asunto. Si lo hiciera, tendr¨ªamos que aceptarlo, valorar la situaci¨®n y actuar en consecuencia".
Nuevo orden internacionalCuando se le se?ala que bajo esa perspectiva la guerra del Golfo no parece pol¨ªticamente diferente de las que Israel ha luchado hasta ahora, Rabinovich responde: "La principal diferencia con las guerras anteriores es que ahora no hay guerra fr¨ªa, y ello puede facilitar las cosas".
De estos planteamientos no se deduce f¨¢cilmente el advenimiento del "nuevo orden internacional" anunciado por Washington. "No", dice el rector, que tampoco ve raz¨®n para que losnorteamericanos sean m¨¢s h¨¢biles de lo que Israel ha sido hasta ahora en el aprovechamiento pol¨ªtico de una probable victoria militar.
"De una forma u otra", comenta luego Rabinovich, "esta regi¨®n siempre ha tenido un autoequilibrio, y todo el que se volvi¨® demasiado poderoso fue cercenado". Susser describe, por su parte, Oriente Pr¨®ximo de este modo: "Es una zona dura y nosotros [Israel] somos considerados en ella como un elemento duro".
"Una posibilidad l¨®gica es que Siria trate de retomar las aspiraciones hegem¨®nicas de Irak con un discurso radical y la bandera palestina como ense?a de posguerra. Siria es un pa¨ªs que no tiene el potencial para convertirse en el l¨ªder de la zona, y me parece m¨¢s l¨®gico que trate de beneficiarse de la situaci¨®n buscando una soluci¨®n al problema sirio-israel¨ª antes que al problema israelo-palestino", estima el rector.
"Los sirlos saben", a?ade, "que el Likud no tiene el mismo empe?o en los altos del Gol¨¢n que en Cisjordania y Gaza. La soluci¨®n ser¨¢ dif¨ªcil, pero puede haberla".
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