"No soy periodista, pero puedo llegar a serlo"
En su vetusto despacho de profesor de Econom¨ªa del Conservatorio de Artes y Oficios de Par¨ªs, vestido con un traje anticuado, ajeno a lo mundano, Jacques Lesourne, de 62 a?os, espera con calma su toma de posesi¨®n como patr¨®n de Le Monde. El 1 de febrero, este hombre ser¨¢ el primer director no periodista del m¨¢s prestigioso diario franc¨¦s. Su programa period¨ªstico se resume en la f¨®rmula "m¨¢s calidad".
Pregunta. Si tuviera que hacer su propio retrato, ?c¨®mo se definir¨ªa?Respuesta. Comparto los ideales de la izquierda, pero cuando se trata de medidas con cretas, prefiero conservar mi libertad de juicio. No he militado en ning¨²n partido. El programa de un partido es siempre un c¨®ctel; prefiero escoger los componentes de mi propio c¨®ctel.
P. ?Cu¨¢l ha sido hasta ahora su relaci¨®n con Le Monde?
R. Formo parte de una generaci¨®n que lleg¨® a la edad adulta con la creaci¨®n de Le Monde. He le¨ªdo el peri¨®dico desde su primer n¨²mero, en la inmediata posguerra. Y m¨¢s importante todav¨ªa, Andr¨¦ Fontaine me pidi¨® en 1985 que fuera uno de los fundadores de la Sociedad de Lectores de Le Monde, en un momento en que el peri¨®dico hizo un llamamiento a la aportaci¨®n de capitales exteriores.
P. ?Qu¨¦ es para usted Le Monde?
R. Es una mezcla de un esfuerzo por la calidad y la veracidad de la informaci¨®n y de una cierta libertad de pensamiento, de tono y de escritura. Algunos encuentran esa libertad demasiado irritante, pero yo creo que da su pimienta a lo que se publica en Le Monde.
P. Una de las cr¨ªticas que se le hacen al peri¨®dico es su arrogancia.
R. Todo peri¨®dico que quiere tener un gran nivel intelectual corre siempre el riesgo de estar un poquito demasiado seguro de s¨ª mismo. Dentro de ciertos l¨ªmites no es grave.
P. Usted es el primer director de Le Monde que no es periodista. ?No siente cierto malestar?
R. No. La elecci¨®n de un director no periodista no es culpa m¨ªa. Es la consecuencia de circunstancias internas muy particulares. Yo no soy periodista, pero puedo llegar a serlo. De hecho, ya he escrito bastantes art¨ªculos period¨ªsticos en mi vida, algunos publicados en Le Monde.
P. ?Podr¨ªa usted redactar ahora mismo un editorial sobre la guerra del Golfo?
R. Voy a responderle a partir de mi visi¨®n anterior, que era la de la de prospectiva, los fen¨®menos a largo plazo. Antes de la invasi¨®n de Kuwait, yo ya pensaba que Europa iba a tener en las pr¨®ximas d¨¦cadas relaciones extremadamente delicadas e importantes con esa regi¨®n del mundo que va de Marraquech a las fronteras de China. Por razones de vecindad, explosi¨®n demogr¨¢fica, crecimiento de las ciudades, revoluciones pol¨ªticas o el choque entre la democracia y el puritanismo religioso. Lo que me parece importante subrayar de la guerra del Golfo es que, antes de la invasi¨®n de Kuwait, Estados Unidos y la Comunidad Europea no dieron la suficiente importancia a lo que pasaba en esa regi¨®n. En particular EE UU no la tomaba en serio, hac¨ªa o¨ªdos sordos a mensajes muy elocuentes. Yo no s¨¦ lo que va a salir de esta guerra, pero su gran lecci¨®n es que la CE debe tener el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n en el primer plano de sus preocupaciones diplom¨¢ticas, econ¨®micas y de seguridad.
P. Se dice que usted se da un periodo de cinco a?os al frente de Le Monde, y que piensa aprovechar ese tiempo para, entre otras cosas, preparar a un delf¨ªn salido de la propia redacci¨®n, como manda la tradici¨®n de la casa.
R. Yo no lo formular¨ªa as¨ª. Ser director del grupo Le Monde es m¨¢s complejo que ser responsable de la redacci¨®n. Es un puesto que tiene muchos m¨¢s aspectos que el meramente period¨ªstico. Dicho eso, es cierto que har¨¦ todos los esfuerzos posibles para que al cabo de cinco a?os haya entre los redactores una o varias personas que hayan adquirido los conocimientos y la amplitud de miras necesarios para asumir la direcci¨®n.
P. ?Va usted a ejercer una direcci¨®n colegiada?
R. Voy a establecer un comit¨¦ de direcci¨®n de cuatro personas, dejando bien claro que si hay desacuerdo en cosas importantes yo tomar¨¦ siempre la decisi¨®n final.
El peri¨®dico de los noventa
Para Lesourne, Le Monde es un diario en plena expansi¨®n Ias ventas del peri¨®dico en Francia han aumentado el 20% en los ¨²ltimos cuatro a?os". Y su primera idea es la continuidad. "Pero yo pienso que un diario debe estar en armon¨ªa con la sociedad de su tiempo, e incluso un poco adelante, no demasiado adelante, s¨®lo un poco". "Vamos a tener que hacer", contin¨²a, "el peri¨®dico de los a?os noventa y no el de los a?os ochenta. Un diario que se sienta como un pez en el agua entre las nuevas generaciones que llegan a los timones de la sociedad. Un segundo punto es la obsesi¨®n por la calidad de la informaci¨®n. No digo que Le Monde no brille ah¨ª, pero debemos hacerlo mejor".Pregunta. ?Cree usted en la viabilidad de un peri¨®dico que no est¨¦ en un grupo multimedia?
Respuesta. Como economista me he ocupado mucho de la estrategia de los grupos industriales. Y la estrategia del crecimiento por el crecimiento no da siempre buenos resultados.
P. ?Abrir¨ªa usted Le Monde a capitales europeos?
R. Le Monde da una gran importancia a su independencia. Todos sus problemas deben ser resueltos a partir de esa independencia y del hecho de que los redactores tienen el derecho de veto. Eso implica restricciones muy fuertes a una revoluci¨®n en el capital del diario.
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