Un poema para la mujer
El traje de la alta costura vale lo que un buen cuadro, el que menos, un mill¨®n de pesetas. Son los atuendos que durante casi un siglo, desde que Charles Worth los mostraba de forma privad¨ªsima a la emperatriz Eugenla de Montijo, arrancan los suspiros de las tan s¨®lo 2.500 mujeres en todo el mundo -catalogadas por la Chambre Syndical de Coutiers- que se pueden permitir el capricho de lucir un traje construido por decenas de manos, sin miedo a que se lo copien.La exclusividad es la caracter¨ªstica principal que define al g¨¦nero y la que hace desfilar satenes blancos, muselinas con cuentas de n¨¢car, gasas azul cielo, organzas negras y miles de metros de seda.
Seg¨²n la relaciones p¨²blicas de Chanel, "para realizar un traje chaqueta se necestian 130 horas y para un vestido de noche 230. Cada cliente compra un media de tres piezas por temporada y cada colecci¨®n consta de 100 modelos irrepetibles".
Barroco
El barroco colorista de Christ¨ªan Lacroix, que ameniz¨® sus desfiles con m¨²sica de Camaron de la Isla e Yves Montand -manteni¨¦ndose fiel a su teor¨ªa del constraste- enloqueci¨® a su p¨²blico fiel, que le considera como el perfecto sucesor de Yves Saint Laurent.
Presentando modelos con minifalda, hombros al descubierto, y estampados florales y femeninos, Saint Laurent declar¨®: "Esto es un resumen de todo mi trabajo y tambi¨¦n es un poema para la mujer".
Claude Montana para Lanvin fue el gran triunfador, con la concesi¨®n del Dedal de Oro a la mejor colecci¨®n. Montana visti¨® a sus modelos con ricos satenes blancos y pastel, de corte escultural.
Pantalones cortos de seda, camisas de organza, doble baby-dolls de musclinas con perlas, abrigos ciselados por meteoritos de oro y vestidos de l¨ªneas evas¨¦, reafirman a su colecci¨®n en el corto hasta medio muslo.
Karl Lafergeld, para Chanel, present¨® una de las colecciones m¨¢s ricas, con un nuevo traje como propuesta central, de falda construida por tablas sueltas que se mueven, dejando las piernas desnudas, al andar.
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