Orinar

Un lector me propone comentar en las que ¨¦l llama tiras de ¨²ltima p¨¢gina -que t¨¦cnicamente se denominan columnas y a veces tambi¨¦n paridas- la multa de medio mill¨®n de pesetas que le impone el Gobierno Civil de Barcelona por orinar a las 0.30 sobre una pared de la calle Bon Record en la poblaci¨®n barcelonesa de Sant Celon¨ª, alterando con dicha conducta la convivencia ciudadana y perjudicando a terceros.Cara meada es ¨¦sa, sobre todo si no eran las 0.30, sino las 4.30 de la madrugada; dato de la mayor relevancia, seg¨²n manifiesta el infractor en su escrito de alegaciones: "No es lo mismo orinar a las 0.30, cuando a¨²n pueden deambular personas por la v¨ªa p¨²blica, que a las 4.30, cuando nadie, excepto la patrulla municipal, transcurr¨ªa por ella, y, por tanto, no pod¨ªa escandalizar un acto tan natural y necesario...".

Orinar en la v¨ªa p¨²blica es vieja costumbre de la que hay abundante casu¨ªstica. De ni?os compet¨ªamos a echar la meada m¨¢s larga y lo hac¨ªamos batiendo en zig-zag la pirindola, para que llegara bien lejos. Y nunca pasaba nada, excepto en cierta ocasi¨®n que estaba una vieja sentada a la puerta de su casa y se hab¨ªa quedado dormida con la boca abierta. Uno acert¨® en toda la boca, la vieja se despert¨® pegando aullidos y el marido sali¨® corriendo detr¨¢s de nosotros con una estaca.

El caso del comunicante es distinto, desde luego, pues orin¨® por necesidad y no por concurso, adem¨¢s sin causar da?os. Seg¨²n su testimonio, no se aprecian en la pared orinada signos de deterioro o ruina, menos a¨²n evaluables en medio mill¨®n de pesetas; lo cual es l¨®gico, por otra parte, salvo que meara vitriolo. De cualquier forma, sus ¨²nicas opciones la madrugada de autos fueron orinar la pared, o reventar, o mearse encima. Y a¨²n tuvo suerte, pues, tal como se las gasta el Gobierno Civil, si en vez de las ganas de mear le pega el apret¨®n y suelta all¨ª el zurullo, le dan la perpetua.