El 'Parricidio' pol¨ªtico del ex PCI
Los seguidores de Occhetto esperan su elecci¨®n el pr¨®ximo viernes
La atenci¨®n pol¨ªtica de Italia est¨¢ pendiente de lo que pueda pasar el viernes en la sede central romana de lo que fue el Partido Comunista Italiano (PCI) -desde el domingo pasado, Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS)-, cuando los 547 miembros del Consejo Nacional se vuelvan a reunir para elegir al primer secretario del nuevo partido tras la fallida votaci¨®n de Achille Occhetto en R¨ªmini.
Todas las hip¨®tesis son a¨²n posibles. La m¨¢s l¨®gica parece ser que, puesto que, oficial mente, los l¨ªderes m¨¢s importantes de la mayor¨ªa del partido insisten en que el inesperado y sorprendente revolc¨®n sufrido por Ocehetto fue debido fundamentalmente a un "problema t¨¦cnico" y a la rigidez del nuevo reglamento para la elecci¨®n del secretario, que exige la mitad m¨¢s uno de los electores con derecho a voto y no de los presentes en el momento del sufragio, el PDS lo vote esta vez incluso "por aclamaci¨®n". As¨ª se demostrar¨ªa que no se ha tratado de un "parricidio" pol¨ªtico.Esta es la hip¨®tesis que pre fieren defender los m¨¢s direc tos responsables del PDS, que temen ahora el resultado de la ca¨ªda de imagen del partido. El PDS, apenas nacido, est¨¢ ya "hu¨¦rfano" y ha sido decapita do el fundador del mismo an tes aun de empezar lo que ¨¦l mismo hab¨ªa llamado la gran aventura", que pretend¨ªa "re fundar la anquilosada pol¨ªtica de este pa¨ªs". Pero a¨²n son posibles otras soluciones. Porque las dos alas que ya se hab¨ªan enfrentado en el congreso preparatorio del cambio de Bolonia, y ahora en R¨ªmini, en la fase final de la refundaci¨®n -la radical y movimentista de Pietro Ingrao y la reformista de Giorgio Napolitano-, podr¨ªan ahora intentar capitalizar el resbal¨®n para buscar una soluci¨®n distinta de la de Oechetto. Podr¨ªan elegir, por ejemplo, un secretario de compromiso hasta que se encuentre el definitivo.
Descorazonado
No se puede olvidar que Occhetto, en realidad, estuvo siempre considerado como un secretario de "transici¨®n", un poco como Gorbachov, que pasar¨ªa a la historia como el hombre que tuvo el valor de hacer la gran transformaci¨®n del mayor partido comunista de Occidente, pero que se sab¨ªa que acabar¨ªa saliendo de la batalla con demasiadas heridas.De hecho, ayer, los partidos de Gobierno tradicionales, que han temido siempre la entrada del viejo PCI en el juego democr¨¢tico del poder por miedo a tener que repartir con ¨¦l los sillones del Gabinete, han lanza do las campanas al vuelo, felices por haber visto a Oechetto humillado y descorazonado. Pero no pocos observadores reconocieron, por el contrario, la valent¨ªa que hab¨ªa tenido el fundador del PDS al intentar una operaci¨®n que muchos, incluso dentro de su mismo partido, consideraban imposible y desesperada, sobre todo si deseaba conseguir al final un triunfo "unitario".
Seg¨²n algunos comentaristas pol¨ªticos, a Ocehetto le ha ocurrido exactamente lo que a Pletro Nenni en la conclusi¨®n del congreso socialista de Venecia de 1957, donde el l¨ªder socialista hab¨ªa ganado pol¨ªticamente el congreso, pero a quien la izquierda del partido le tendi¨® una emboscada en el Comit¨¦ Central, merced a una h¨¢bil t¨¢ctica de procedimiento,que releg¨® a Nenni al tercer lugar en las votaciones.
Es pronto para poder saber los motivos reales del fat¨ªdico voto para Ocehetto de la tarde del lunes en R¨ªmini. Y mientras tanto cada uno descarga sobre el vecino la responsabilidad de lo ocurrido y nadie quiere confesar la existencia de traidoras maniobras.
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