Una interminable caravana hacia el frente
El viento del desierto saud¨ª cubre con arena algunos tramos de la mon¨®tona autopista entre Riad y Dahran y abomba las lunas de los camiones que en interminables convoyes militares circulan hacia el frente. El soplido de la ventisca vence en algunos casos la resistencia de sus anclajes y descubre una parte del cargamento que cientos de conductores indios, filipinos o paquistan¨ªes asalariados por el Ej¨¦rcito estadounidense se dedican a transportar: obuses, cintas de ametralladora, granadas, detonadores, carros de combate o simplemente gr¨²as. Un helic¨®ptero o jeeps con artilleros mirando al cielo escoltan las columnas.La inmediata y ruidosa llegada al golfo P¨¦rsico del ariete norteamericano que pronto embestir¨¢ contra las fuerzas 1raqu¨ªes que invadieron Kuwait ha movilizado un parque de veh¨ªculos de transporte tan numeroso como imprescindible. A partir del 3 de agosto de 1990, un total de 5.000 personas recibieron el encargo de colaborar en la puesta a punto de la gigantesca capacidad ofensiva aliada y trasladar de un destino a otro en Arabia Saud¨ª todo tipo de mercanc¨ªas. Desde coca-colas y palomitas de ma¨ªz a helic¨®pteros Cobra averiados. De estos 5.000 conductores, 3.000 eran soldados y el resto civiles que ahora temen enfilar la autopista hacia la frontera saud¨ª con Kuwait y acercarse a las trincheras.
Al menos 2.000 soldados han recibido la orden de sustituir a los cerca de 1.000 camioneros que renunciaron a cubrir las rutas m¨¢s arriesgadas y acompa?ar a quienes todav¨ªa lo hacen. Un capit¨¢n est¨¢ al mando de cada uno de los destacamentos de 20, 30 o 40 veh¨ªculos en que han sido divididos los convoyes. Fuentes militares norteamericanas subrayaron que la puntual llegada de los camiones al frente de batalla con munici¨®n y suministros ser¨¢ fundamental cuando comience el asalto por tierra del emirato. La importancia de esta funci¨®n y la necesidad de mantener en activo la flota motorizada ha llevado al clandestino despiece por los marines, para aprovisionarse de piezas de repuesto, de cerca de 30 camiones que se daban por desaparecidos o robados "por alguna organizaci¨®n terrorista", seg¨²n inform¨® el comandante Robert Johnston, uno de los portavoces aliados.
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