La 'v¨ªa Oechetto'
EL CONGRESO celebrado la semana pasada en R¨ªmini ha concluido un largo proceso -desde noviembre de 1989- mediante el cual el Partido Comunista Italiano (PCI) ha puesto fin a su existencia y se ha convertido en el Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDI). Esta transformaci¨®n hist¨®rica, en absoluto asimilable a las operaciones electoralistas de muchos partidos comunistas de Europa del Este, que han pasado a llamarse socialistas, ha sido obra de Achille Occhetto, quien ha superado los enormes obst¨¢culos que se levantaron en el camino que conduc¨ªa al entierro del PCI en un pa¨ªs como Italia, sin duda el de mayor influencia comunista de los de Europa occidental.Ello no significa que se hayan borrado las profundas diferencias internas surgidas, tanto entre la mayor¨ªa militante como en el equipo dirigente, ante la propuesta de crear un nuevo partido. Es cierto que 807 votos apoyaron la creaci¨®n del PDI y s¨®lo 75 se opusieron a ello, pero tambi¨¦n lo es que m¨¢s de 300 delegados no tomaron parte en la votaci¨®n. En realidad, m¨¢s del 30% de los afiliados al PCI, con el veterano Pietro Ingrao a la cabeza, s¨®lo han aceptado el nuevo partido como un terreno en el que seguir¨¢n defendiendo sus concepciones comunistas.
Mientras la visi¨®n moderna de Occhetto le ha hecho asumir el fracaso de la experiencia hist¨®rica del comunismo -sin negar sus momentos de acierto, como su lucha contra el fascismo-, Ingrao considera que el comunismo sigue siendo la respuesta a los problemas del mundo de hoy, pese a los errores o cr¨ªmenes que se han cometido en su nombre. Lo ocurrido en la primera vuelta de la elecci¨®n del secretario general -en la que a Oechetto le han faltado 10 votos- es un s¨ªntoma de una divisi¨®n interna duradera.
El hecho de que Occhetto haya escogido para el nuevo partido un nombre en el que no figura el t¨¦rmino socialista es ejemplar, No se trata s¨®lo de evitar confusiones con el partido de Craxi. Existe una causa m¨¢s esencial: la de que el hundimiento de los reg¨ªmenes del Este no afecta s¨®lo a la credibilidad del comunismo. Cuestiona tambi¨¦n la validez de la palabra socialista para expresar una pol¨ªtica progresista. Es obvio que al autonombrarse democr¨¢tico de la izquierda el nuevo partido quiere asumir los problemas contempor¨¢neos que, como la ecolog¨ªa o el feminismo, encaman nuevas aspiraciones de la sociedad.
La guerra del Golfo, ante la cual el PCI ha tomado una posici¨®n netamente pacifista, pidiendo el retorno de las fuerzas italianas enviadas por el Gobierno, ha sido un factor de unidad en los dif¨ªciles debates del congreso de R¨ªmini. Sin embargo, incluso en ese tema se manifestaron fuertes diferencias entre el rechazo global del sector Ingrao y la posici¨®n mucho m¨¢s matizada de los reformistas, encabezados por Napolitano, muy pr¨®ximos a la de varios partidos socialistas europeos. En todo caso, ante el renovado apoyo que Craxi aporta al Gobierno de Andreotti en el tema de la guerra, se aleja la perspectiva de una alternativa de izquierda capaz de poner fin a los 40 a?os de monopolio del poder de la Democracia Cristiana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.