La estrategia de la ara?a de Sadam
Los cuarteles generales de ambos bandos disputan una guerra de nervios. La coalici¨®n siente la tentaci¨®n pol¨ªtica de lanzar la ofensiva terrestre tan pronto como sea posible. Pero militarmente, hace falta m¨¢s tiempo para que las fuerzas a¨¦reas concluyan su trabajo y eviten caer en la tela de ara?a de Sadam, es decir, Kuwait. Bush apuesta por la seguridad y pretende continuar de forma indefinida con la ofensiva a¨¦rea.Sadam Husein est¨¢ perdiendo la guerra en todos los campos, pero los aliados no est¨¢n ganando; incluso el general de brigada israel¨ª Nachman Shai alaba la "paciencia y sangre fr¨ªa" de los iraqu¨ªes bajo los masivos ataques a¨¦reos.
Para obtener la victoria, los aliados deben iniciar la ofensiva, ya que Irak es incapaz de hacerlo. La batalla de Jafyi, vista en perspectiva, no fue m¨¢s que una escaramuza sin cobertura a¨¦rea. Una quinta parte de la fuerza a¨¦rea iraqu¨ª se encuentra en Ir¨¢n, fuera del escenario de la guerra. Otro 15% ha sido destruido en tierra y en combate a¨¦reo. El resto, un 60%, est¨¢ oculto en los refugios, incapaz de volar en condiciones de combate por su carencia de radares y sistemas de apoyo y por los eficientes sistemas de detecci¨®n AWACS de la coalici¨®n.
La Armada iraqu¨ª es casi inexistente, los misiles Scud son demasiado imprecisos para objetivos militares y el sistema de comunicaci¨®n terrestre ha sido severamente da?ado. As¨ª, la principal fuerza de Sadam est¨¢ en la red defensiva que los ingenieros iraqu¨ªes han montado en el sur de Irak y Kuwait.
Es ah¨ª donde Sadam intenta atraer al enemigo hacia "la madre de las batallas", en un completo ataque frontal contra sus posiciones fijas con el fin de desangrarles y alcanzar lo que en la historia reciente ha sido considerado como el n¨²mero m¨¢gico de las 50.000 bajas (en Vietnam o Corea), que deber¨ªa minar el deseo norteamericano de aguantar la guerra y llevar¨ªa a un alto el fuego o a una conferencia de paz.
Armas qu¨ªmicas
Cuando llegue el ataque frontal, Irak utilizar¨¢, seguramente, armas qu¨ªmicas (las us¨® ya en la ¨²ltima guerra con Ir¨¢n) y artiller¨ªa pesada y misiles, modernos y muy eficaces; los iraqu¨ªes utilizan m¨¢s munici¨®n en un d¨ªa que los aliados en una semana, ya que tienen grandes almacenes en lugares que no han sido afectados por la interrupci¨®n de las comunicaciones. Su experiencia en la construcci¨®n de bloques defensivos completa la estrategia de defensa.
Esta estrategia se inspira en la batalla de Waterloo, en 1815, en la que el duque de WeIlington, detuvo a la caballer¨ªa napole¨®nica con bloques cuadrados, infanter¨ªa en disposici¨®n cuadrangular que disparaba en todas direcciones, diezmando a los enemigos, para utilizar luego su propia caballer¨ªa y la prusiana para acabar con ellos.
En este escenario, Irak utiliza tri¨¢ngulos fuertemente defendidos con ametralladoras y nidos de artiller¨ªa en cada v¨¦rtice y, como equivalente de la caballer¨ªa moderna, la infanter¨ªa m¨®vil y unidades de carros de combate, con la Guardia Republicana y los T-72 en la retaguardia, para acabar con los aliados. Esta fue la respuesta al ataque frontal que practicaban los iran¨ªes.
La ara?a espera que la mosca caiga en la red para saltar sobre ella, pero la coalici¨®n, carente de la ventaja num¨¦rica de tres a uno necesaria para el ¨¦xito en un ataque frontal, buscar¨¢ movimientos de los flancos o de penetraci¨®n el? los que puedan lograr una superioridad local, despu¨¦s de que estas posiciones hayan sido debilitadas por los bombardeos a¨¦reos.
Con un servicio de inteligencia pobre y con el factor tiempo haci¨¦ndose cada vez m¨¢s vital, parece como si el objetivo de Sadam de desangrar a la coalici¨®n y proclamar una victoria psicol¨®gica dependiese de que el mando aliado conserve el sentido com¨²n.
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