De Santiago: "Si yo hubiera sido el 'elefante blanco', el golpe habr¨ªa triunfado"
El teniente general Fernando de Santiago y D¨ªaz de Mend¨ªbil, de 80 a?os en la actualidad, tiene enmarcado en su despacho el articulo Situaci¨®n l¨ªmite, que, publicado en el diario El Alc¨¢zar, dos semanas antes del golpe de Estado del 23-F, fue considerado por los partidos democr¨¢ticos como un verdadero llamamiento a la sublevaci¨®n militar.Por eso, y por datos relacionados con otras conspiraciones, la figura de este teniente general, que dimiti¨® como vicepresidente del primer Gobierno de Su¨¢rez, en 1976, a ra¨ªz de las medidas para normalizar la actividad de las organizaciones sindicales, ha sido asociada con el enigm¨¢tico personaje del "elefante blanco", el director del golpe del 23-F, la "autoridad militar" cuya llegada al Congreso fue anunciada por el capit¨¢n Jes¨²s Mu?ecas, de la Guardia Civil, desde la tribuna de oradores del hemiciclo, minutos despu¨¦s de producirse el asalto. Una presencia que nunca lleg¨® a producirse.
"Lo que puedo asegurar", afirma Fernando de Santiago, ,les que, si yo hubiera sido el elefante blanco, el 23-F no se habr¨ªa producido o habr¨ªa salido adelante".
"Aquella fue una acci¨®n muy precipitada", subraya Fernando de Santiago, tras admitir veladamente que, al igual que otras personas, tambi¨¦n ¨¦l sab¨ªa que algo iba a ocurrir ese d¨ªa. El ex vicepresidente del ¨²ltimo Gobierno de Carlos Arias Navarro y del primer Gobierno de Su¨¢rez da a entender que los organizadores del golpe no contaron con ¨¦l.
"Tampoco hubiera ido as¨ª como as¨ª. No tuve nada que ver ni con los preparativos ni con la ejecuci¨®n del 23-F", afirma. tajantemente.
A lo largo de la vista de la causa por el 23-F ante el. Consejo Supremo de Justicia Militar, en la que Fernando de Santiago actu¨® en el equipo de codefensores militares de los procesados, se acrecentaron los rumores sobre su persona como el hombre que respond¨ªa a la misteriosa denominaci¨®n de elefante blanco. A¨²n hoy, alg¨²n relevante miembro del generalato sigue pensando que Fernando de Santiago ten¨ªa todas las papeletas para ser la autoridad militar esperada en el Congreso el 23F.
Casualidades
Las sospechas sobre su persona se iniciaron como consecuencia de las informaciones period¨ªsticas que le situaron, la tarde del 23 de febrero de 198 1, en una cafeter¨ªa pr¨®xima al Congreso de los Diputados, en compa?¨ªa del capit¨¢n de nav¨ªo Camilo Men¨¦ndez, atentos al discurrir de la ocupaci¨®n del Congreso y a la espera del definitivo movimiento de las unidades acorazadas, de las que depend¨ªa el triunfo del golpe.
Diez a?os despu¨¦s, la. versi¨®n de uno y otro coincide en lo sustancial: ninguno de los dos se encontraba en el lugar y en la actitud en que fueron situados por las informaciones period¨ªsticas de la ¨¦poca.
Mientras el general De Santiago afirma que en el momento de la irrupci¨®n de Antonio Tejero ¨¦l se encontraba en su domicilio, acompa?ado de Camilo Men¨¦ndez -"la vida est¨¢ llena de casualidades"-, el capit¨¢n de nav¨ªo se?ala que se enter¨® del asalto en una cafeter¨ªa, mientras hac¨ªa tiempo para acercarse a casa del general De Santiago, con el que hab¨ªa quedado a las
siete de la tarde. "No quer¨ªa llegar despu¨¦s, me gusta antes ni ser puntual", explica Camilo Men¨¦ndez.
"Cuando me enter¨¦ de lo que estaba pasando, sub¨ª a la casa del general sin esperar m¨¢s. Estuve un cuarto de hora o algo as¨ª, y, a la vista de la gravedad del asunto, sal¨ª de all¨ª para ponerme mi uniforme e integrarme a mi agrupaci¨®n". Camilo Men¨¦ndez, que no desea profundizar hoy en los detalles de aquella noche, tante¨® el estado de ¨¢nimo de varios oficiales y jefes de la Armada respecto al golpe iniciado por el teniente coronel Tejero. Transcurridas varias horas, y visto que su arma no estaba a favor del golpe, se march¨® al Congreso "para dar un abrazo a Tejero", y all¨ª permaneci¨® hasta la salida de este ¨²ltimo y de los guardias civiles, al mediod¨ªa del d¨ªa 24.
"Yo no me meti"
El teniente general Fernando de Santiago asegura: "Yo no me met¨ª en aquello. Nos pill¨® juntos a Camilo y a m¨ª por casualidad. Camilo no me dijo que pensaba ir al Congreso, s¨®lo que iba a ponerse el uniforme y presentarse en su destino".
"Yo creo que Camilo" Men¨¦ndez fue al Congreso no porque estuviese en el asunto, sino porque es todo coraz¨®n. Yo tengo m¨¢s vueltas", afirma este hombre, que rechaza igualmente haber desempe?ado un papel relevante en el Colectivo Almendros, sobrenombre del grupo que public¨® tres importantes art¨ªculos progolpistas en El Alc¨¢zar.
"Mi estilo literario era distinto", dice. "No s¨¦ si se estaba gestando el 23-F cuando escrib¨ª el art¨ªculo Situaci¨®n l¨ªmite, pero dio la casualidad de que se publico unos d¨ªas antes del golpe", afirma el teniente general, riendo por lo bajo con una risa socarrona, de cierta complicidad.
Entre tantas casualidades, destaca un hecho: las buenas relaciones que el general De Santiago parece -mantener hoy con la mayor¨ªa de los procesados, que en cambi¨® no han perdonado a quienes, seg¨²n ellos, incumplieron los compromisos establecidos.
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