Soldados iraqu¨ªes cruzan las l¨ªneas en busca de comida y regresan a sus trincheras en Kuwait
Las detonaciones provocadas por los disparos de la artiller¨ªa iraqu¨ª se suceden a veces con intervalos de segundo, y las dos columnas de humo que suben hacia el cielo azul de Ruqi, a tres kil¨®metros de Kuvvait y base de las fuerzas ¨¢rabes de primera l¨ªnea, recuerdan la existencia de dos ej¨¦rcitos con las armas engatilladas para entrar en combate. El hambre obliga en ocasiones m¨¢s que el deber. Varias noches, soldados iraqu¨ªes cruzaron sus l¨ªneas por un punto pr¨®ximo a Hafer al Batin, fueron alimentados por soldados norteamericanos y regresaron a sus trincheras. "No pod¨ªamos hacernos cargo de ellos", dice el sargento Roberto Ruiz.
, El suboficial puertorrique?o escucha hablar espa?ol en una -gasolinera de Hafer al Batin y no tarda en compartir un malestar acunulado a lo largo de seis meses de campa?a. Hay que acabar con esto cuanto antes". El sargento dice que este jueves, si la diplomacia no lo remedia, puede ser el d¨ªa en que se desencadene el ataque por mar y tierra contra las defensas iraqu¨ªes en el emirato. As¨ª lo piensa tambi¨¦n un teniente egipcio, que disculpa su escasa disposici¨®n al di¨¢logo indicando con una mano hacia la frontera kuwait¨ª.Apenas hay tr¨¢fico entre,- Hafer al Batin y Ruqi, ¨²ltima poblaci¨®n saud¨ª antes de encontrarse con los pozos de tirador cavados por los iraqu¨ªes en la frontera noroeste de Kuwait. Los miles de camiones que trasladan el arsenal m¨¢s poderoso nunca visto cubren con un rnanto verde y caqui la autopista entre Dahran y HaFer al Batin. Despu¨¦s se dirigen hacia la localidad de Rafha alimentando a su paso verdaderas ciudades miilitares antes de llegar a la base, pr¨®xima a la frontera con Irak, donde esperan instrucciones varias divisiones de marines.El sargento Ruiz recuerda los anocheceres en que grupos de soldados iraqu¨ªes se acercaban hambrientos a las posiciones de la coalici¨®n multinacional establecidas frente a la ciudad saud¨ª de Al Sabha, a dos horas de camino del principal acuartelami ento de las tropas saud¨ªes, egipcias, sirlas y kuwait¨ªes. "Ven¨ªan con sus armas y sus banderitas blancas en busca de agua y comida. Algunos ten¨ªan garrapatas y chinches en el pelo". El militar puertorriqueno, que luch¨® en Vietnam, Panam¨¢ y en la batalla. de Jafyi, dice que su divisi¨®n tiene mucho trabajo y est¨¢ para combatir y no para hacer prisioneros. Adem¨¢s, los soldados iraqu¨ªes explicaron sus razones: no pod¨ªan desertar por miedo a represalias contra sus farnilias, pero pensaban dejar las armas al comenzar la ofensiva por tierra. Lo ten¨ªan todo dispuesto para simular entonces una rendici¨®n. "Aunque nunca me fie al final tuve una cierta relaci¨®n amistosa con casi 20, agreg¨® el sargento.
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