La causa de la paz
LA CAUSA de la paz hay que continuarla hasta los ¨²ltimos instantes de esperanza. S¨®lo el hecho de que Sadam Husein rechace de plano y sin matices la ¨²ltima iniciativa sovi¨¦tica justificar¨¢ el abandono de la propuesta de paz de Gorbachov. Entonces, cargados de raz¨®n los aliados, junto a la ofensiva militar habr¨¢n de abordar inmediatamente nuevas iniciativas diplom¨¢ticas para evitar el desastre final que suponen miles de muertos. Hasta ese momento, si desgraciadamente se da, queda un h¨¢lito de confianza en la racionalidad que deben tener los seres humanos.La propuesta de paz de Gorbachov sobre la crisis del Golfo contiene, seg¨²n lo poco que se conoce, tres elementos esenciales: desalojo incondicional de Kuwait, respeto a la integridad territorial del Estado iraqu¨ª y a su liderazgo y compromiso sovi¨¦tico para unas conversaciones sobre los problemas de la regi¨®n.
El grado de consulta previa de los autores del plan con el resto de la coalici¨®n no parece haber sido intenso, aunque es seguro que ha existido. Pero expresan lo s¨®lo el esp¨ªritu de las resoluciones de la ONU, sino tambi¨¦n el m¨ªnimo com¨²n denominador de las posiciones de EE UU y la URSS. As¨ª lo reflejaba el comunicado de sus ministros de Asuntos Exteriores del pasado 29 de enero, que urg¨ªa la retirada iraqu¨ª y aventuraba la necesidad de una resoluci¨®n en el Oriente Pr¨®ximo.
La oferta conviene a los intereses profundos de los protagonistas. Su aceptaci¨®n refrendar¨ªa las tesis norteamericanas y, por tanto, su victoria militar y liderazgo su hegemon¨ªa internacional, aunque fuera a costa de matar la armon¨ªa, y evitar¨ªa un alto n¨²mero de muertes entre los contendientes. Conclusiones similares pueden extraerse en relaci¨®n con Israel, cuya actuaci¨®n desde el 16 de enero avala la existencia de otra faz, menos ofensiva, de su pol¨ªtica externa, lo que ha contribuido a mejorar su imagen internacional y a reforzar la reivindicaci¨®n de su derecho a tener fronteras seguras. A Europa es a quien m¨¢s conviene el final de la guerra y la estabilidad de la regi¨®n por su vecindad con el mundo ¨¢rabe. El Parlamento Europeo ha dado ya un espaldarazo a la posici¨®n sovi¨¦tica. Y la viabilidad de la mediaci¨®n de la URSS ser¨ªa un cierto apoyo a la estabilizaci¨®n de la pol¨ªtica interna reformista de Gorbachov, a la vez que un aumento de su influencia en el Oriente Pr¨®ximo. Finalmente, ?puede el r¨¦gimen dictatorial iraqu¨ª, a estas alturas del conflicto, esperar un resultado mejor?
Si la propuesta, pese a su inconcreci¨®n p¨²blica, satisface objetivamente, dentro del marco de lo establecido por la ONU, a los protagonistas, resulta claro que conviene que sea, aceptada por todas las partes con las enmiendas pertinentes. Si Sadam se allana a ¨¦sta salida, oponerse a ella por aspectos menores de su formulaci¨®n ser¨ªa tr¨¢gico. Y apretar el acelerador de la guerra, en esas condiciones, supondr¨ªa laminar la coherencia del esfuerzo multinacional, puesto que no debe olvidarse que los medios empleados deben ser proporcionales a los fines establecidos por el conjunto de la comunidad internacional.
?Cu¨¢l ser¨¢ la posici¨®n definitiva de EE UU frente al plan de alto el fuego? Sus reticencias iniciales resultan, a estos efectos, preocupantes. Porque la participaci¨®n de distintos Gobiernos y pa¨ªses no debe constituir un cheque en blanco para una eventual fase de ataque terrestre que tuviera como objetivo la aniquilaci¨®n de un pa¨ªs, por m¨¢s dictatorialmente que est¨¦ regido.
No hay traslaci¨®n autom¨¢tica de solidaridades en caso de que la situaci¨®n de base se modifique esencialmente y algunos no quieran percatarse de ello, o antepongan sus intereses a t¨¦rmino inmediato frente a los de la estabilidad a largo plazo en la regi¨®n del conflicto. Desde esta perspectiva, el comunicado de la CE es encomiable: apoyo al papel de la ONU, al papel de los Estados de la regi¨®n y a las fronteras de cada uno de ellos, soluci¨®n para el conflicto ¨¢rabe-Israel¨ª y la cuesti¨®n palestina y futura convocatoria de una conferencia internacional sobre Oriente Pr¨®ximo.
Dista bastante esta postura comunitaria de las reticencias norteamericanas. ?Ceder¨¢ Washington a la tentaci¨®n de ir m¨¢s all¨¢ de sus iniciales metas y no s¨®lo reponer la situaci¨®n como estaba el 1 de agosto, sino acabar de una vez con quien la cre¨®, Sadam Husein?
El problema parece centrarse en la vinculaci¨®n, aunque sea futura y remota, de la cuesti¨®n kuwait¨ª con la palestina. Cierto que a EE UU le resulta dificil aceptar una retirada que matice su car¨¢cter de incondicional mediante la menci¨®n de otros problemas de Oriente Pr¨®ximo, lo que de alguna manera podr¨ªa suponer tomar en cuenta las falsas coartadas de Sadam. Y sin embargo, ?no deber¨ªa la coalici¨®n ejercer la prudencia que cabe esperar de un conjunto de pa¨ªses democr¨¢ticos y evitar el empecinamiento. Ocurra lo que ocurra a partir de ahora, Sadam Husein est¨¢ vencido.
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