Los democristianos alemanes rehabilitan a De Maiziere
El ¨²ltimo primer ministro de la desaparecida Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), Lothar de Maiziere, no ha conseguido librarse totalmente de las sospechas de haber trabajado como confidente de la Stasi, la polic¨ªa pol¨ªtica del Estado alem¨¢n comunista, pero ha sido rehabilitado por su partido, la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU).De Maiziere, que tuvo que abandonar hace dos meses la vicepresidencia de la CDU mientras se investigaba sobre su pasado, fue nombrado el s¨¢bado presidente del reci¨¦n creado Comit¨¦ de Planificaci¨®n Pol¨ªtica del partido. El d¨ªa antes, el ministro del Interior, Wolfgang Schauble, hizo p¨²blicos los resultados de la investigaci¨®n, que dejan flotando una serie de dudas sobre la actuaci¨®n del hombre que disolvi¨® la RDA.
Seg¨²n Schauble, De Maiziere, sobre el que se descubrieron unas fichas en los archivos de la Stasi en las que se le identificaba como informador bajo el nombre clave de Czerni, mantuvo frecuentes contactos con miembros de la Stasi entre 1981 y 1988, aunque, se apresur¨® a decir el ministro del Interior, nunca acept¨® trabajar para la polic¨ªa pol¨ªtica, ni acept¨® dinero, ni denunci¨® a nadie. "Es perfectamente posible", a?adi¨® Sch?uble, "que De Maiziere no supiera que estaba considerado como informador".
La ejecutiva de la CDU, cuyo secretario general, Volker Ruhe, ha sido uno de los m¨¢s claros defensores de De Maiziere, hizo p¨²blica una nota en la que reafirmaba la confianza del partido y explica que, en todo momento, el ¨²ltimo jefe del Ejecutivo de la RDA hab¨ªa insistido en su inocencia. Pero la verdad final no podr¨¢ ser probada, ya que, seg¨²n indic¨® el ministro, una serie clave de fichas de los archivos de la Stasi fueron destruidas, posiblemente a principios del a?o pasado, poco antes de las elecciones que llevaron al poder a De Maiziere.
Posible amnist¨ªa
La posibilidad de que el Gobierno dicte una amnist¨ªa para los antiguos miembros de la Stasi est¨¢ siendo discutida. El ministro de Justicia, Klaus Kinkel, se mostr¨® en contra de que se llevara a cabo, ya que, en su opini¨®n, todav¨ªa no existe un apoyo claro de la opini¨®n p¨²blica para tal medida.Sin embargo, desde hace ya m¨¢s de un mes, las continuas denuncias de colaboracionismo, que en el pasado llenaban las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, parecen haber remitido considerablemente.
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