Los testigos de Jehov¨¢ fueron los pioneros
El comienzo de la objeci¨®n de conciencia en Espa?a se remonta a la ¨²ltima ¨¦poca del franquismo. Los primeros en negarse a hacer la mili fueron los testigos de Jehov¨¢. No existe la objeci¨®n en los textos legales. El primer encarcelado es Jes¨²s Mart¨ªn Nohales, quien pas¨® seis a?os en prisi¨®n por un delito de desobediencia. Casi todos cumplieron condenas en cadena, una detr¨¢s de otra, pues se negaban a incorporarse una vez cumplida la primera condena, y eran juzgados dos veces por el mismo delito.A ellos se unen m¨¢s tarde los primeros hist¨®ricos, como Jos¨¦ Be¨²nza V¨¢zquez. La amnist¨ªa de 1977 pone en la calle a 220 objetores.
Juan Carlos Rois, abogado y miembro del Movimiento de Objeci¨®n de Conciencia (MOC), recuerda aquella ¨¦poca. "El MOC propugnaba la no violencia y la oposici¨®n al ej¨¦rcito. Reivindic¨¢bamos la objeci¨®n como derecho fundamental. La lucha se encamin¨® hacia un estatuto del objetor, ante el miedo de UCD a elaborar una ley". La UCD elabora finalmente un proyecto de ley, que no pasar¨¢ al Parlamento ante el gran n¨²mero de enmiendas que recibe.
Una de las ponencias que present¨® el PSOE al proyecto de UCD sirve de primer borrador. La preparaci¨®n de la legislaci¨®n definitiva de la objeci¨®n comienza en 1982. La ley la conciben funcionarios de Defensa y Justicia, bajo la supervisi¨®n del presidente Felipe Gonz¨¢lez. Gustavo Su¨¢rez Pertierra, entonces director general de Asuntos Religiosos de Justicia, se une a dos altos mandos militares de Defensa, Jes¨²s del Olmo y Antonio Pereira, para elaborar la ley.
La tortuosa discusi¨®n jur¨ªdica, que a¨²n subsiste, se va a centrar en si se reconoce la objeci¨®n como un derecho fundamental o no. Pertierra recuerda aquel momento: "Nos encargaron una ley moderna, similar a las de nuestro entorno". Espa?a seguir¨¢ el modelo latino, menos progresista que el escandinavo y el alem¨¢n, que reconocen la objeci¨®n como un derecho. El 26 de diciembre de 1984 se promulgan dos leyes: una ordinaria, que regula la objeci¨®n de conciencia, y otra org¨¢nica, en la que se incluye el r¨¦gimen penal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.