Una guerra dentro de la guerra

La guerra en el golfo P¨¦rsico ha hecho estallar en Espa?a la lucha por la paz. Un total de 23.000 nuevos objetores de conciencia, 200 insumisos m¨¢s al servicio militar y seis desertores desde el comienzo del conflicto parecen indicar que muchos j¨®venes espa?oles se resisten al Ej¨¦rcito. Algo que era hasta hace poco un movimiento minoritario puede acabar convirti¨¦ndose, mediante el efecto Golfo, en una guerra dentro de otra guerra. La reciente presentaci¨®n ante los jueces militares de 106 insumisos a la mili y de dos desertores ha sido el pen¨²ltimo acto de ese rechazo frontal al Ej¨¦rcito y la guerra que termin¨® con el encarcelamiento de los desertores y la puesta en libertad de todos los insumisos.

La situaci¨®n judicial de los distintos colectivos antimilitaristas es la siguiente.Desertores. Dos detenidos, tres bajo orden de busca y captura y uno puesto en libertad.

Insumisos a la mili. Dos j¨®venes en prisi¨®n. (El resto -unos 700- est¨¢n a la espera de que el Tribunal Constitucional resuelva las dudas de un juez militar de Pamplona sobre si puede juzgar a civiles).

Insumisos a la Prestaci¨®n Social Sustitutoria (PSS). 148 expedientes en poder del fiscal del Estado; 103 paralizados a la espera de que el Supremo estudie el recurso al reglamento de la PSS; siete condenas no recurridas, que no han sido notificadas despu¨¦s de pasado el plazo.

Inductores. Dos procesados en Zamora, entre ellos un dirigente comunista. Ning¨²n apologista juzgado, y un inductor de insumiso liberado a las 24 horas.

Las cifras de solicitudes de objetores en 1990 se han disparado a casi el 11% del contingente militar, hasta llegar a un total de 62.000 objetores reconocidos. 32.000 de ellos esperan una plaza entre los 10.000 puestos concertados por el Gobierno para el servicio civil de 1991.

Reivindicaciones

La actual Ley Reguladora de la Objeci¨®n de Conciencia, aprobada en 1984, no recogi¨® tres de las reivindicaciones funamentales de los objetores: que el objetor tenga que exponer los motivos que le llevan a no hacer la mili; que exista un tribunal que examine la conciencia del objetor, y que la declaraci¨®n se pueda hacer antes, durante y despu¨¦s de la incorporaci¨®n a filas.

Se cre¨® un organismo para que tramitase las solicitudes de los objetores, el Consejo Nacional de Objeci¨®n de Conciencia (CNOC); se estableci¨® la mayor duraci¨®n de la PSS, y no se incluy¨® la sobrevenida, "porque eso equivaldr¨ªa a legitimar la deserci¨®n", seg¨²n el secretario de Estado para la Administraci¨®n Militar, Gustavo Su¨¢rez Pertierra.

El Defensor del Pueblo recogi¨® las reivindicaciones de los objetores y present¨® recurso de inconstitucionalidad. La sentencia del alto tribunal, en octubre de 1987, resuelve que la Ley de Objeci¨®n es constitucional.

El constitucionalista Diego L¨®pez Garrido sostiene que "la decisi¨®n supuso el cambio m¨¢s evidente en la historia del Tribunal Constitucional".

"Antes de la sentencia, el consejo hab¨ªa 'hecho cosas importantes. No rechaz¨® ninguna petici¨®n, facilit¨® la situaci¨®n militar de muchos emigrantes mediante la aplicaci¨®n flexible, amplia y retroactiva de la ley. A partir de la decisi¨®n del tribunal, se produce una involuci¨®n", recuerda un vocal del Consejo Nacional.

Su¨¢rez Pertierra argumenta que el Gobierno socialista siempre ha considerado la objeci¨®n como "un problema m¨¢s dentro del debate sobre las Fuerzas Armadas". Si se considera la objeci¨®n como un derecho fundamental "el fin l¨®gico ser¨ªa la desaparici¨®n del Ej¨¦rcito obligatorio y el cambio por uno profesional. Optamos por un Ej¨¦rcito enraizado en la sociedad, en el que haya representaci¨®n de todos los sectores sociales", a?ade.

Al mismo tiempo, la estrategia de los colectivos antimili gira hacia la desobediencia civil. Esto es lo que distinguir¨¢ las acciones de los objetores desde ese momento.

Hasta este momento, han pre sentado solicitud de objeci¨®n de conciencia 79.880 j¨®vertes espa?oles. A 31 de enero de este a?o el Consejo Nacional de Objeci¨®n de Conciencia hab¨ªa reconocido 62.024 objetores. Seg¨²n el Movimiento de Objeci¨®n de Conciencia (MOC), "estas cifras suponen ya una seria preocupaci¨®n para el Gobierno".