Salvar la cara a Sadam para lograr la retirada iraqu¨ª
Tarek Aziz [ministro de Exteriores iraqu¨ª] nos recibi¨® en el aeropuerto. Convers¨¦ con ¨¦l durante varias horas, en la reuni¨®n quiz¨¢ m¨¢s dura de las que he mantenido con un funcionario iraqu¨ª. Sus palabras intentaron demostrar que Kuwait pertenec¨ªa a Irak desde el punto de vista hist¨®rico, pol¨ªtico y econ¨®mico. Hizo hincapi¨¦ en c¨®mo otros Estados ¨¢rabes intentaban que Irak actuase de la forma que lo ha hecho. Record¨¦ que, en su viaje a Mosc¨² en 1980, pocos d¨ªas despu¨¦s de iniciarse la guerra entre Irak e Ir¨¢n, intentaba probar que era Ir¨¢n, y no Irak, el que hab¨ªa empezado la lucha.En el mon¨®logo de Aziz se pod¨ªa notar el descontento con la pol¨ªtica de la URSS, pa¨ªs que "deb¨ªa haber actuado de forma diferente, en consideraci¨®n a su acuerdo con Irak". Pero cuando preguntamos a Aziz por qu¨¦ Irak no hab¨ªa informado a Mosc¨² antes de intervenir en Kuwait, eludi¨® la respuesta.
La conversaci¨®n con Sadam tuvo lugar en el palacio presidencial de Bagdad el 5 de octubre. Absolutamente absorto en el mensaje escrito de Gorbachov, Sadam no reaccion¨® a las serias advertencias que conten¨ªa sobre la necesidad de retirarse inmediatamente de Kuwait y de restaurar la soberan¨ªa de ese Estado. Al principio de la reuni¨®n, el clima era muy tenso.
Pueden marcharse
Despu¨¦s de que Sadam repitiera sobre Kuwait todo lo que ya hab¨ªamos o¨ªdo antes a Aziz, Belusov y yo tratamos sobre la cuesti¨®n de nuestros expertos. Respondi¨® al momento y de forma definitiva: todos los que lo deseen pueden marcharse, pero en los pr¨®ximos dos meses la cuota deber¨ªa limitarse a 1.000, para no entorpecer el trabajo ni frenar los proyectos.
"No podemos estar de acuerdo", respondi¨® Belusov.
Al saber que hab¨ªamos recibido 1.500 solicitudes sugiri¨® firmar un acuerdo para la marcha de 1.500 especialistas al mes. "Que sea como piden", acept¨® Sadam.
Entonces cambiamos de tema. Sadam sostuvo que tan pronto como Irak logr¨® la victoria sobre Ir¨¢n, en 1988, se convirti¨® en objeto de un "conspiraci¨®n multilateral". Ni EE UU ni Israel, asegur¨® Sadam, pod¨ªan permitir que existiera un Irak con esa fuerza militar. Seg¨²n Sadam, Arabia Saud¨ª y algunos emiratos del Golfo estaban implicados en esta "conspiraci¨®n". La presi¨®n econ¨®mica se introdujo en el juego cuando Arabia Saud¨ª, Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos violaron las cuotas de exportaci¨®n de petr¨®leo que la OPEP hab¨ªa establecido. El precio del barril de petr¨®leo vari¨® de 21 d¨®lares a 11, lo cual supon¨ªa "la ruina econ¨®mica para Irak", asegur¨®.
No quise entrar en la esencia de sus acusaciones. Algunas se correspond¨ªan con la realidad; otras eran producto de su imaginaci¨®n, el resultado de exaltadas suspicacias; pero era lo que realmente pensaba Sadam.
"?No le parece que usted, como los israel¨ªes, tiene el complejo de Masada? Pregunt¨¦ a Sadam, que asinti¨® con la cabeza.
"Pero, entonces, sus acciones estar¨¢n en gran parte determinadas por la l¨®gica de un hombre que se sabe condenado", inquir¨ª.
Me pareci¨® que Sadam estaba de acuerdo, pero no respondi¨®.
Entonces desvi¨® la discusi¨®n hacia las posibles consecuencias de la negativa a retirar las tropas iraqu¨ªes de Kuwait y hacia la reacci¨®n mundial a la crisis de Kuwait. Yo ten¨ªan inter¨¦s en tratar estos dos temas, ya que consideraba que era posible que Sadam no tuviera una informaci¨®n completa. El daba prioridad a los informes positivos: por ejemplo, sobre el apoyo que Irak estaba recibiendo del mundo ¨¢rabe, sobre las manifestaciones pacifistas en Occidente, sobre los primeros indicios de diferencias entre los aliados de la coalici¨®n antiiraqu¨ª. Y, en cuanto a las malas noticias, el mensajero pod¨ªa pagar un alto precio.
Objeto de un ataque
"SI no retira sus fuerzas de Kuwait, inevitablemente se convertir¨¢ en el objetivo de un ataque. Debe sentir cierta responsabilidad por una guerra que arruinar¨¢ la regi¨®n. Es consciente de que mi misi¨®n no es la intimidaci¨®n. Pero quiz¨¢ no haya m¨¢s salida a la situaci¨®n que la retirada de las fuerzas iraqu¨ªes".
Sadam respondi¨® que en el caso de una opci¨®n militar emplear¨ªa los medios disponibles, e indudablemente extender¨ªa la guerra a otros pa¨ªses, especialmente Israel. "S¨ª tengo que elegir entre arrodillarme y rendirme o luchar, eligir¨¦ lo ¨²ltimo".
Sadam se?al¨®, y me gustar¨ªa transmitir lo que dijo con la fiabilidad de un taqu¨ªgrafo, lo siguiente: "Como realista que soy, entiendo el real significado de los hechos. No puedo resolver la cuesti¨®n de Kuwait si no lleva consigo la soluci¨®n de otros problemas de la regi¨®n. Ya lo expuse el 12 de agosto. Sin embargo, quiero hacer una aclaraci¨®n. La vinculaci¨®n y la conducci¨®n de este proceso a una soluci¨®n del problema palestino ser¨¢n tratados en las negociaciones".
De vuelta a Mosc¨², en la tarde del 6 de octubre, inform¨¦ detalladamente al presidente Gorbachov sobre las conversaciones de Bagdad. Una vez escuchado mi informe verbal, nos dijo que formul¨¢semos propuestas para llevar adelante la misi¨®n de paz.
Todo el plan se basaba en encontrar la l¨ªnea divisoria entre premiar una agresi¨®n y salvar la cara de Sadam. ?ste ser¨ªa el precio de la retirada de las tropas iraqu¨ªes de Kuwait y de evitar la opci¨®n militar.
As¨ª pens¨¢bamos que podr¨ªa ocurrir. Irak ten¨ªa que prometer la retirada de sus fuerzas de Kuwait y, acto seguido, llevarla a cabo. Pero Sadam tambi¨¦n sabr¨ªa que, una vez retiradas sus tropas, se iniciar¨ªa un proceso para solucionar el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª. Los miembros del Consejo de Seguridad participar¨ªan activamente en este proceso.
Otro problema que no pod¨ªamos olvidar era el de las disputas territoriales y pol¨ªticas entre Irak y Kuwait. Seg¨²n nuestras propuestas, Sadam tendr¨ªa garant¨ªas de que habr¨ªa conversaciones con Kuwait dentro de un marco ¨¢rabe; pero ¨²nicamente tras la retirada de las fuerzas iraqu¨ªes de todo el territorio kuwait¨ª hasta el 2 de agosto.
La seguridad en la regi¨®n fue otro de los problemas que recibi¨® una consideraci¨®n seria. Por un lado, los vecinos de Irak recelaban de su comportamiento agresivo en los ¨²ltimos a?os, basado en un potencial militar que crec¨ªa r¨¢pidamente. El propio Sadam estaba inquieto porque ten¨ªa la seguridad de que seguir¨ªa estando en el punto de mira incluso cuando las tropas iraqu¨ªes se hubieran retirado de Kuwait.
Acuerdo ¨¢rabe-israel¨ª
Estaba claro que un acuerdo en el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª ten¨ªa que ser uno de los elementos fundamentales de esa seguridad. Sin tal acuerdo ser¨ªa imposible siquiera definir las fronteras de los pa¨ªses lim¨ªtrofes.
Nuestro enfoque se centraba en garantizar la retirada de las fuerzas iraqu¨ªes de Kuwait por medios pol¨ªticos. Esto se conseguir¨ªa convenciendo a Sadam de que tras su retirada, pero no conectada a ella, se dar¨ªa una serie de pasos que condujeran a un arreglo en los conflictos de la zona y estabilizaran la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo.
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