Solo y especial

Graham Parker pertenece a una raza especial de m¨²sicos. Tiene cuarenta a?os, una colecci¨®n magn¨ªfica de canciones y una garganta privilegiada. Nunca ha logrado un n¨²mero uno, y sus dos ¨²ltimos discos ni siquiera se han publicado en Espa?a. Vive una situaci¨®n delicada. En la sala Universal Club de Madrid se present¨® en solitario, con la ¨²nica compa?¨ªa de dos guitarras, una arm¨®nica y un pu?ado de maravillosos temas atemporales.Es una gran suerte poder contemplar a este tipo de artistas en conciertos tan ¨ªntimos y especiales. Al mismo tiempo es una desgracia no tener acceso a su verdadera dimensi¨®n; no podemos olvidar que Parker ha grabado todos sus discos (excepto Live! alone in America) con una banda el¨¦ctrica. Los conciertos ac¨²sticos en solitario no son, por lo tanto, su estado natural, pero apuesta por ellos despues del ¨¦xito de su ¨²ltima gira por Estados Unidos.

Parker demostr¨® en Madrid tener veteran¨ªa y recursos m¨¢s que suficientes como para salir victorioso en un enfrentamiento con un grupo no demasiado amplio de p¨²blico. No es un buen guitarrista y ¨²nicamente se defiende con la arm¨®nica, pero su voz esta cargada de matices; domina todo tipo de registros y se muestra especialmente c¨®modo en baladas y medios tiempos. Burl¨® a la monoton¨ªa, su principal enemigo, y encandil¨® a sus seguidores. A lo largo de noventa minutos interpret¨® algunas versiones, (Something happened to me yesterday y I'm free de los Stones y No woman no cry de Marley) y realizo un discutible recorrido por sus cl¨¢sicos.