"La Guerra es un horror para todos"
Pregunta. Usted ha dicho que espera que de todo lo que ha ocurrido obtengamos algunas lecciones, ?cu¨¢les son ¨¦stas?Respuesta. En Irak hemos estado luchando contra armas que fueron proporcionadas por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, por Alemania, por Francia y -esto lo digo con mucho ¨¦nfasis- por Estados Unidos. Y la lecci¨®n que espero que aprendamos es que debemos parar el comercio de las armas.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n le ha dejado a usted esta guerra?
R.Una de ellas es que ning¨²n pa¨ªs debe apropiarse de otro, esperando adem¨¢s que su acci¨®n sea aceptada por todo el mundo. Tambi¨¦n hemos comprobado que la ONU puede llegar a ser una organizaci¨®n efectiva y, en tercer lugar, debemos pensar que la guerra no s¨®lo entra?a el horror de la muerte para quienes ganan, sino tambi¨¦n para los que pierden. La guerra es un horror para todos. ?sa es la sensaci¨®n m¨¢s dram¨¢tica que produce un conflicto armado en los hombres. El recurso a la guerra debe ser un ¨²ltimo recurso, y no ha de ser tomado por razones econ¨®micas o pol¨ªticas. Estoy seguro de que la prolongaci¨®n efectiva del embargo pudo haber evitado tanta desgracia.
P. ?Por qu¨¦ se lleg¨® a la guerra?
R. Yo no hubiera querido jam¨¢s la guerra, pero todav¨ªa tenemos en este mundo gente impaciente a la que le sigue excitando la actividad militar.
La cara del capitalismo
P. ?Usted cree que esta guerra ha cambiado al mundo?R. Yo creo que no. El mundo es el mismo que antes del 2 de agosto de 1990. Hoy, como he dicho en un art¨ªculo publicado en su peri¨®dico
[EL PA?S, 8 de marzo de 1991], seguimos rodeados de un gran arsenal de armas nucleares, y es la primera vez en la historia que corremos el riesgo de que una explosi¨®n acabe con todo el planeta. Eso es lo que le pasa al mundo, y nada ha variado en la direcci¨®n de tal riesgo. En t¨¦rminos generales, sin embargo, soy ahora m¨¢s optimista que en los tiempos culminantes de la guerra fr¨ªa, hace cinco a?os.
P. Hace un a?o, usted reflexionaba sobre el porvenir del capitalismo a la luz del final efectivo del sistema comunista...
R. En el ¨²ltimo siglo, la cara del capitalismo estaba caracterizada por su crueldad y por su intolerancia. Tiraba a la calle a la gente cuando ya no la necesitaba, la arrojaba al desempleo y a la pobreza, y acababa con los ancianos. Era una sucesi¨®n violenta de desempleo creciente, de depresi¨®n y de prosperidad. Le concedo gran importancia al hecho de que el capitalismo ha sido de tal modo modificado que las peores crueldades han sido eliminadas o al menos reducidas.
P. Usted ha descartado el uso del t¨¦rmino Tercer Mundo y prefiere que se hable de pa¨ªses pobres, ?cu¨¢l debe ser ahora la relaci¨®n entre ricos y pobres?
R. Yo creo que hay que profundizar en una solidaridad creciente, en una ayuda habitual y profunda de los ricos a los pobres. Esa ayuda debe estar centrada, sobre todo, en las ¨¢reas de la educaci¨®n y de la cultura. Tenemos que recordar que ning¨²n pueblo alfabeto es pobre y que ning¨²n pueblo rico es analfabeto. Hemos dejado atr¨¢s la convicci¨®n de que la educaci¨®n es el principal motor de la sociedad civilizada.
P. Las democracias ya no representan los intereses de las minor¨ªas marginadas, ?por qu¨¦ se ha llegado a este deterioro en el que se supon¨ªa el menos malo de los sistemas?
R. A medida que los pa¨ªses se desarrollan, y la mayor parte de la gente se siente c¨®moda y feliz, se tiene la tentaci¨®n de olvidarse de aquellos que todav¨ªa est¨¢n fuera del confort. ?ste es el problema de la democracia moderna. Lo vemos en Estados Unidos: los dos partidos hegem¨®nicos buscan por igual el voto de la gente acomodada, aquellos que no est¨¢n interesados en que se pongan en marcha programas de ayuda social y que tampoco se preocupan del desastre que suponen los n¨²cleos urbanos de las ciudades grandes. La gente que sufre est¨¢ marginada del proceso electoral. Nadie les pide que vote, y, por tanto, no votan.
P. Usted avis¨® de lo que pod¨ªa pasar en el Este, ?cu¨¢l es su diagn¨®stico sobre las consecuencias de lo que ha ocurrido?
R. Nunca he reclamado ninguna capacidad especial para predecir nada, pero lo que es obvio es que los cambios han sido positivos, porque la gente ha pasado de no tener libertades a tenerlas, y eso es fundamental para el desarrollo de una sociedad. Lo que tiene que hacer Occidente es no gastar dinero en armas y ayudar a que ese desarrollo sea completo y efectivo.
P. ?No es contradictorio que les ense?emos los escaparates y que no tengan dinero para comprar?
R. El proceso de cambio es importante, y puede ser tambi¨¦n doloroso; por eso insisto en que hay que ayudarles a que les sea posible comprar, y vender. En estos a?os cr¨ªticos, hay que establecer sistemas que les permitan importar art¨ªculos de consumo para que sus mercados se: consoliden y se estabilicen.
P. ?Qu¨¦ problemas ve en el proceso de cambio del Este?
R. El m¨¢s dif¨ªcil de superar es que las propias instituciones de la econom¨ªa mixta no existen. No hay motivaci¨®n para que un campesino se sienta competitivo cuando controla su tierra. En esos pa¨ªses hay demasiado dinero en relaci¨®n a los productos que est¨¢n en el mercado, as¨ª que en seguida se dispara la inflaci¨®n. El Este es hoy uno de los lugares m¨¢s problem¨¢ticos del mundo, pero lo es porque no hay tradici¨®n para estudiar la soluci¨®n que merecen sus problemas.
P. ?Ha muerto el comunismo definitivamente?
R. No me cabe ninguna duda de que el gran experimento de socialismo comprensivo, llamado comunismo, se acab¨®.
P. ?Por qu¨¦ fracas¨®?
R. Porque no tuvo en cuenta que en un sistema que comprende la opini¨®n de los seres humanos no puede dejarse a estos de lado, y la falta de libertad genera decepci¨®n y fracaso. Desde el punto de vista t¨¦cnico, no gener¨® un sistema industrial adecuado. Fue muy bueno a la hora de fabricar, pero fue incapaz de satisfacer las necesidades que tiene la gente de poseer cosas y de consumirlas.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ ahora el enemigo?
R. El capitalismo deber¨ªa tener en cuenta los peligros que entra?a inventar enemigos. Sadam. Husein le ha venido bien durante un tiempo.
P. ?Estamos preparados para que la mezcla entre el Norte y el Sur no sea explosiva?
R. El capitalismo industrial necesita cada vez m¨¢s mano de obra barata, y la obtiene de aquellas sociedades que viven en una situaci¨®n m¨¢s miserable, en los pa¨ªses pobres.
P. ?Cree que avanzamos en la construcci¨®n de un nuevo orden mundial?
R. Dif¨ªcilmente, pero, si se realiza, debe ser teniendo en cuenta que ha de estar basado en una pol¨ªtica m¨¢s fuerte de apoyo a los pa¨ªses pobres, porque s¨®lo el desarrollo com¨²n puede ayudar a superar las desigualdades que originan conflictos como los que hemos padecido.
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