Gato por lobo
La confusi¨®n que rodea a este filme proviene de la concesi¨®n, hace un par de meses, de los premios Globos de Oro neoyorquinos, otras veces atinados, pero que esta vez han metido la pata hasta el cuello. Bailando con lobos se llev¨®, a costa de la abrumadoramente superior El padrino, los tres Globos m¨¢s importantes, y la noticia corri¨® por el mundo: podemos estar ante la resurrecci¨®n por todo lo alto del western, el gran g¨¦nero de g¨¦neros perdido. Ni m¨¢s, ni menos. Pues bien, nada de eso.La riada lleg¨® por s¨ª sola: opci¨®n a 12 oscars, un gigantesco despliegue publicitario y expectaci¨®n desmedida en su proyecci¨®n en el Festival de Berl¨ªn, donde se supuso que iba a arrasar. No arras¨®, en absoluto. Cre¨® una suave divisi¨®n de opiniones, con silbidos en la proyeci¨®n para la prensa; pateo en el Urania por el magn¨ªfico p¨²blico berlin¨¦s y, al final, en un ama?o destinado a que Hollywood no saque las u?as contra lo que considera uno de sus escaparates, los organizadores de la Berlinale inventaron un inaudito premio especial para Kevin Costner, que fue abucheado y adornado con risotadas burlonas.
Bailando con lobos
Direcci¨®n: Kevin Costner. Gui¨®n: Michael Blake. Fotograf¨ªa Dean Semler Estados Unidos, 1990. Int¨¦rpretes: Kevin Costner, Mary McDormell, Graham Greene, Rodney Grant, Floyd Red Crow, Tantoo Cardinal. Estreno en Madrid: cines Avenida, Luchana, Pe?alver, La Vaguada y (en versi¨®n original) Renoir Plaza de Espa?a y Renoir Cuatro Caminos.
La pel¨ªcula, sin estos antecedentes y los que vendr¨¢n el d¨ªa de los Oscar, ser¨ªa tan s¨®lo un globo hinchado con bonitos colorines, pasable y recomendable para que gente paciente pase una apacible tarde de s¨¢bado. Pero, tal como nos llega, este bienintencionado (o no tanto, pues ofrece de tapadillo una versi¨®n falsaria de la historia india, con alguna coartada indecente para que el genocidio de Washington contra los sioux resulte digerible a la patrioter¨ªa posreaganiana) y simplote filme se convierte en una estafa: gato por lobo.
En pa?ales
La pel¨ªcula comienza bien: una intensa escena en el hospital de campa?a donde Costner logra que no le amputen una pierna. Y, acto seguido, la escena de la batalla, prodigiosamente mal hecha, en un torbellino de tomas panor¨¢micas curvas, rodadas con teleobjetivo y destinadas a encubrir el desconocimiento de Costner de las leyes de la captura del espacio, que en un western es asunto primordial. Ah¨ª, en la segunda escena, comienza la pel¨ªcula a venirse abajo. Y sigue en la rampa de ca¨ªda durante las escenas de la huida al Oeste (con un t¨ªmido zoom incluido en medio de una pradera ilimitada, lo que es el colmo de la torpeza) y del fort¨ªn, donde ocurre un suicidio que carece de continuidad dram¨¢tica y es s¨ªntoma de que Costner, como director, est¨¢ en pa?ales, pues nada sabe extraer de un suceso tan fuerte como ¨¦ste, que deb¨ªa gravitar sobre todo lo que viene tras ¨¦l.Luego llegan las escenas con el precioso lobo-gato, bonita pero f¨¢ciles; y la entrada de Costner en la idea de la naturaleza de los sioux, con muchacha irlandesa cautiva incluida, par que el consabido happy end lo sea entre gente blanca, en una pel¨ªcula en la que se pretende exaltar el refinamiento de una cultura aborigen y en realidad se hace una manipulaci¨®n blanca de un negra tragedia india. La pel¨ªcula ah¨ª, se derrumba.
Caramelo
Algunas escenas de la arcadia india son aceptables gracias al ancestral idioma lakota y a los buenos actores naturales que lo declaman. Pero la incompetencia de Costner sigue erosionando el ritmo del filme: la secuencia camina entre aceleraciones y estancamientos, pero siempre con paso cambiado y con resoluciones de escenas tan pedestres como aquella de la desbanda de de los b¨²falos, que comienza muy bien y termina encaramada en la l¨®gica de un mal tebeo.La pel¨ªcula convierte un asunto serio y grave en un caramelito dulz¨®n, que pretende vestirse con traje trascendente y se le caen los pantalones. No es en absoluto un filme importante, sino vulgar. Pero su gusto por las formas ampulosas, su radiante fotograf¨ªa el bello escenario de las pradera sobrepasan el inicial gato por lobo y este deriva hacia un m¨¢s cotidiano gato por liebre. Es decir, Bailando con lobos enga?a, buena prueba de que lo hace es su aura de "pel¨ªcula del a?o", calificativo que ser¨ªa indignante si no fuera rid¨ªculo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.