Un 42% de los espa?oles cree que Serra ser¨¢ mejor vicepresidente que Guerra

Un 42% de los espa?oles opina que Narc¨ªs Serra ser¨¢ mejor vicepresidente del Gobierno que su predecesor, Alfonso Guerra, seg¨²n una encuesta de Demoscopia para EL PA?S. S¨®lo un 12% piensa, por contra, que lo har¨¢ peor, y un 26%, que lo har¨¢ igual. Esta distribuci¨®n de opiniones -que sin duda implica tambi¨¦n un fuerte an¨¢lisis cr¨ªtico de la actuaci¨®n de Guerra- es sustancialmente homog¨¦nea entre todos los grupos de votantes: incluso entre los propios votantes del PSOE son cuatro veces m¨¢s numerosos quienes piensan que Serra lo har¨¢ mejor como vicepresidente que Guerra que quienes opinan lo contrario (un 37% frente a un 10%).El nuevo Gobierno obtiene en la opini¨®n p¨²blica una acogida similar a la que recibi¨® en su d¨ªa el Ejecutivo hoy cesante: similares dosis de escepticismo ante las mejoras que pueda aportar, similares deseos de cambios de orientaci¨®n en su acci¨®n.

S¨®lo para uno de cada seis espa?oles, el cambio de Gobierno era muy urgente. Para la mayor¨ªa (un 44%) era bastante necesario, mientras que un 20% considera que no hac¨ªa falta hacerlo. No hay apenas diferencias significativas en esta opini¨®n seg¨²n la orientaci¨®n ideol¨®gica de los entrevistados.

El grado de escepticismo ante las mejoras que pueda suponer este quinto Gobierno socialista es similar al que acogi¨® en su d¨ªa al cuarto Gobierno: uno de cada dos espa?oles (pr¨¢cticamente el mismo porcentaje que hace casi tres a?os) piensa que este Gobierno lo har¨¢ igual (un 44%) o peor (un 5%) que el anterior. S¨®lo un 27% piensa, en cambio, que lo har¨¢ mejor.

Ahora, como cuando fue nombrado el Gobierno anterior, existe un deseo generalizado entre la poblaci¨®n de que se produzcan cambios en la orientaci¨®n del Ejecutivo. Estas expectativas de variaci¨®n son llamativamente paralelas a las de 1988, con la ¨²nica excepci¨®n de la educaci¨®n, ¨²nica ¨¢rea donde ahora son netamente menos (concretamente, la mitad) los que desean cambios. Aumenta, por otro lado, apreciablemente la proporci¨®n de ciudadanos que desear¨ªan cambios en todas las ¨¢reas de la gesti¨®n p¨²blica (un 38%, frente a un 26% en 1988).