Buen autor nuevo
Parece una comedia de Georges Bernard Shaw, pero escrita ahora, actual: como Hombre y destino, Las armas y el hombre o Soldados de chocolate. La misma burla del mundo contempor¨¢neo, la cr¨ªtica social y de ciertas instituciones, pero sin la esperanza fabiana de Shaw. Parece que Eduardo Mendoza, en la primera comedia que estrena, quiso referirse a circunstancias catalanas con idioma catal¨¢n. Le han salido universales, como pasa con el buen teatro; no s¨¦ si en su idioma original o con un entendimiento catalanoc¨¦ntrico del asunto tendr¨¢ m¨¢s chispas, m¨¢s significados: aqu¨ª y ahora suena perfectamente, y el humor no tapa las intenciones profundas. Aparecen ciertos remedos del drama rom¨¢ntico -una ¨²ltima guerra carlista, pero rodeada de anacronismos; una mujer misteriosa, unos enamorados no menos misteriosos- de la ¨®pera, con sus arias, sus romanzas o sus d¨²os. Pero est¨¢ por encima de la parodia, en el sentido de que no es exageraci¨®n o abultamiento de las situaciones o los personajes, sino que tiene su propia moral, m¨¢s bien desesperada -es de ese tipo de humor-, que utiliza esos g¨¦neros para manifestarse con su elegancia.Es in¨²til decir que est¨¢ bien escrita, porque su autor es una garant¨ªa: quiz¨¢ con parlamentos m¨¢s largos de lo habitual, o cortada en escenas de dos en dos, pero esas peque?as preceptivas no son m¨¢s que tontas reticencias de los guardianes del g¨¦nero: cuando aparece un escritor de verdad en el teatro impone sus propias leyes.
Restauraci¨®n
De Eduardo Mendoza. Int¨¦rpretes, Rosa Novell, Jordi Bosch, Ram¨®n Madaula, Pep Cruz, Pere Ponce. Compa?¨ªa Rosa Novell. Direcci¨®n, Ariel Garc¨ªa Vald¨¦s. Teatro de la Comedia, 11 de marzo. Escenograf¨ªa, Isidre Prun¨¦s y Montse Aren¨®s. Dise?o de figurines, Pep Dur¨¢n. Producci¨®n: Centro Dram¨¢tico de la Generalitat de Catalu?a. II Festival de Tardor-Olimpiada Cultural. XI FIT.
Lo que se dice tiene belleza, incluyendo en la belleza las mismas formas de humor con que continuamente corta el vuelo de otras sentencias. Parece que la idea del autor era la de que no se distinguiera demasiado entre lo serio y lo c¨®mico de la obra, que la mezcla de los dos elementos crease una especie de confusi¨®n: ¨¦l mismo sabe que no ha salido as¨ª, pero no estoy seguro de que sea por el texto, sino por la direcci¨®n y la interpretaci¨®n.
Exageraci¨®n
Ariel Garc¨ªa Vald¨¦s, que dirige, consigue mantener esa sensaci¨®n durante los primeros minutos, pero luego la deja ir manifiestamente hacia lo c¨®mico, incluso con la exageraci¨®n de los gestos interpretativos (hasta un punto naturalmente digno). Ello se acent¨²a con la aparici¨®n en escena del personaje del peregrino (Ram¨®n Madaula), cuyos ramalazos lun¨¢ticos se crean por una comicidad m¨¢s fuerte que el humor desarrollado hasta entonces, y se centra ya en los disparates finales del autor, y digo disparates con un alto sentido del g¨¦nero de teatro espa?ol que se denomin¨® as¨ª, "disparate c¨®mico": con la aparici¨®n del general carlista y del rey Alfonso XII, que va a proceder a la restauraci¨®n: para que todo siga igual, como dec¨ªa el pr¨ªncipe de Lampedusa.Rosa Novell es muy buena primera actriz y lleva el peso de la dif¨ªcil obra con calidad. Su castellano no tiene defectos, de prosodia o de acentuaci¨®n, pero s¨ª conserva parte de lo que podemos llamar la m¨²sica del catal¨¢n, la melod¨ªa provenzal y dulce. Le quita a este idioma la sequedad, las aristas que tiene, sobre todo en el teatro; le aporta algo.
No es s¨®lo su caso: lo es tambi¨¦n de otras actrices, de otros actores catalanes. Hablo de los buenos: los otros lo convierten en la parodia del viajante catal¨¢n que se hac¨ªa en las revistas antiguas. Ninguno en esta compa?¨ªa cae en ese vicio, no s¨¦ si por el valor intr¨ªnseco del buen texto escrito, por la influencia de la direcci¨®n de escena o por los m¨¦ritos de cada actor.
La escenograf¨ªa es pobre, y la iluminaci¨®n no funciona: probablemente por la adaptaci¨®n demasiado r¨¢pida a un escenario desconocido. Pero se corrobora que todo es secundario cuando los dos elementos b¨¢sicos, autor e int¨¦rprete, saben llenar la obra de teatro con arte. La percibi¨® el p¨²blico desde el principio, la r¨ªo sin carcajadas -lo cual supone una comprensi¨®n perfecta de la forma de escritura del autor- y la aplaudi¨® sin cansancio al final.
Babelia
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