Payasos sabios y felices

Litsedei: los bromistas, en castellano. Una broma continua, una fiesta que termina con globos y con una entusiasta participaci¨®n del p¨²blico.La alegr¨ªa, por no apartarse del t¨®pico, est¨¢ impregnada de tristeza en el circo, y, esto es un circo de payasos, de siete fabulosos payasos -el ¨²nico nombre que se sabe es el de su director y fundador, Polun¨ªn Slava, que comenz¨® esta compa?¨ªa en Leningrado: los dem¨¢s prefieren conservar el anonimato de la creaci¨®n colectiva-. Tiene ese fondo sin cuyo contraste es imposible el humor o la comicidad. Sus entradas pueden no ser nuevas, porque est¨¢n dentro de la tradici¨®n; lo que importa es la calidad de todo el espect¨¢culo y de cada uno de ellos; el acierto de los trajes, la expresividad de los gestos, la forma de conjuntarse en escena, y tambi¨¦n la de las actuaciones solitarias. Y, tras toda esta inteligencla, la de la otra sabidur¨ªa: el cuerpo educado, la fuerza ¨¢gil, el sentido de la m¨²sica, la voz o el ritmo, que quedan por debajo de cada pantomima.

Juventudes felices

No debieron tener mucho p¨²blico, muchos abonos en este festival; las puertas del teatro Alb¨¦niz se abrieron felizmente para los j¨®venes actores de la Escuela de Arte Dram¨¢tico y otras juventudes: entraron inmediatamente, en el espect¨¢culo y fueron todo lo felices que se puede ser en una representaci¨®n teatral. Podr¨ªa discutirse si este espect¨¢culo es teatro o no; yo creo que est¨¢ precisamente en los or¨ªgenes del teatro europeo del Renacimiento.