Vuk Draskovic
El l¨ªder serbio, una figura controvertida
Parece un gur¨², con su barba hirsuta, ojos encedidos y gesticulaci¨®n tan desmesurada como su lenguaje. Este abogado y escritor de mitolog¨ªa hist¨®rica serbia, de 44 a?os, fue recibido entre v¨ªtores por decenas de miles de serbios el martes en Belgrado. Horas antes hab¨ªa sido liberado tras tres d¨ªas de detenci¨®n por dirigir la manifestaci¨®n contra el r¨¦gimen del presidente Slobodan Milosevic.Si en algo est¨¢n de acuerdo los serbios en lo que a Vuk Draskovic se refiere es en que es una figura controvertida. Tuvo fama de confidente de la polic¨ªa cuando trabajaba en la agencia oficial de noticias yugoslava, Tanjug, y, seg¨²n las malas lenguas de sus much¨ªsimos enemigos, perdi¨® su puesto como corresponsal en ?frica oriental por anunciar el estallido de una guerra que nunca hubo, al parecer por una confusi¨®n debida a su m¨¢s que deficiente ingl¨¦s. Tambi¨¦n aseguran sus adversarios que su papel en las protestas de 1968 en Yugoslavia fue mucho menor de lo que ¨¦l sugiere ahora con ah¨ªnco.
Fue portavoz de los sindicatos- oficiales, lo que sin duda no es una aportaci¨®n a su credibilidad democr¨¢tica, y comenz¨® su ascensi¨®n con libros pre?ados de evocaciones nacionalistas.
El fundador y bandera del Partido de Renacimiento serbio es, sin duda, un hombre valiente. Vuk Draskovic, mitad pope mitad soldado anticomunista y nacionalista radical, no tiene miedo. Se santigua antes de hablar, y en cada minuto de su discurso puede pronunciar las palabras "serbia, serbismo, serbidad, naci¨®n serbia, sangre serbia" una docena de veces.,
Si no fuera por sus diatribas contra la mafia roja, sus discursos son pr¨¢cticamente intercambiables con los que pronunciaba Milosevic cuando, a caballo de la ola nacionalista antialbanesa en Serbia, se hizo con las calles primero y despu¨¦s con las instituciones. Todo pol¨ªtico serbio tiene que ofrecer cierta dosis de nacionalismo. Draskovic, como Milosevic, ofrece sobredosis.
La ampulosidad de Vuk hablando irrita o entusiasma entre el pueblo serbio. Tiene su clientela pol¨ªtica y ha ganado la admiraci¨®n de muchos por haber encabezado la primera gran protesta contra la dictadura informativa impuesta por Milosevic en Serbia, que ha quebrado la s¨®lida posici¨®n del presidente en su propia rep¨²blica. Vuk habla de democracia y Europa, pero oy¨¦ndole hablar parece pensar en im¨¢genes de un tebeo de gestas b¨¦licas medievales.
Nadie puede prever si lograr¨¢ alg¨²n d¨ªa ser "tan dictador como Milosevic", cosa de lo que le creen capaz muchos estudiantes que le apoyan en su lucha contra el aparato comunista, pero temen el derechismo confesional de este Rasput¨ªn. Para aquellos serbios que quieren que esta rep¨²blica, dentro o fuera de Yugoslavia, sea un pa¨ªs normal, una democracia pluralista y laica de corte occidental, es una aut¨¦ntica pesadilla plantearse un futuro en el que tuvieran que elegir entre estos dos personajes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.