Tres guardias civiles acusados de malos tratos no comparecen a juicio

Los agentes de la Guardia Civil Antonio Gonz¨¢lez Arrogante Jos¨¦ Ignacio Gil Sala y Santos Herr¨¢ez Hern¨¢ndez, denunciados por una falta de lesiones, no comparecieron ayer en el juicio celebrado contra ellos en el juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 25 de Madrid, por lo que no pudieron ser identificados por el denunciante, Luis Eugenio Crespo Guti¨¦rrez, ni por los dem¨¢s testigos del caso.Luis Eugenio Crespo fue detenido el 4 de noviembre de 1983 a 35 kil¨®metros de Madrid, cuando circulaba en su coche en compa?¨ªa de su mujer y de una amiga. Seg¨²n dijo al juez, tres veh¨ªculos de la Guardia Civil casi les echaron a la cuneta. Tomados por sospechosos de colaboraci¨®n con ETA, fueron detenidos y trasladados a la Direcci¨®n General de la Guardia Civil.

Crespo denunci¨® haber sufrido malos tratos durante los interrogatorios a que fue sometido durante tres d¨ªas. Tras pasar una semana en la c¨¢rcel de Carabanchel, fue puesto en libertad sin cargos por un juez de la Audiencia Nacional. Al no comparecer los guardias al Juicio de faltas, Crespo s¨®lo pudo aportar la descripci¨®n de cada uno de ellos.

La mujer de Crespo, Mercedes Rodr¨ªguez, confirm¨® que pudo ver a su marido en un pasillo de la Direcci¨®n de la Guardia Civil "con un Ojo morado y en un estado lamentable". Pilar S¨¢daba, jefa de contabilidad en el Ministerio de Hacienda, quien tambi¨¦n iba en el coche, a?adi¨® que pudo ver a Crespo por una mirilla de la celda y en el coche celular. "Estaba hecho, polvo" asegur¨®.

La fiscal, quien centr¨® sus interrogatorios en averiguar si los testigos "hab¨ªan visto los golpes", pidi¨® la absoluci¨®n de los guardias al tratarse de "testigos de referencias".

El abogado de la acusaci¨®n, Emilio Gin¨¦s Santidri¨¢n, replic¨® al informe de la fiscal que la tortura "no se practica en directo, ante testigos, pero es un delito nefando que se sigue practicando en Espa?a".

El defensor de los guardias, Jorge Fern¨¢ndez Segu¨ª, trat¨® de justificar las lesiones se?alando que en los d¨ªas que Crespo estuvo en Carabanchel "pudo tener alguna trifulca con alg¨²n preso". Ante los murmullos de desaprobaci¨®n del p¨²blico, el letrado se dirigi¨® al juez, Ignacio Bijeriego, solicitando que se le guardase "el debido respeto".

"Nos encontramos en los l¨ªmites de una denuncia falsa" prosigui¨® el letrado, quien sin embargo prefiri¨® no entablar acciones contra Crespo debido a su "obcecaci¨®n por la detenci¨®n". El defensor indic¨® que la intenci¨®n del acusado era "sacarse una indemnizaci¨®n a costa del erario p¨²blico".