Asesinato en el mitin del Retiro
Nunca se ha sabido qui¨¦n mato hace tres a?os a un abogado del Ministerio de Trabajo
Jos¨¦ Luis Santamar¨ªa Garraleta, funcionario del Ministerio de Trabajo, no militaba en ning¨²n partido, aunque estaba muy interesado por la pol¨ªtica. Sus preferencias se decantaban por el CDS. Aquel 8 de junio de 1987, ¨¦l y su amigo Jos¨¦ Mar¨ªa S. B. decidieron asistir al teatro Monumental, donde Adolfo Su¨¢rez pronunciaba el mitin que cerraba la campa?a de los comicios municipales. La sala estaba abarrotada, por lo que ambos acordaron ir al acto electoral programado por Alianza Popular junto al Retiro. Santamar¨ªa escuch¨® un rato a los oradores y luego fue a pasear por el parque, sin sospechar que all¨ª le esperaba la muerte en forma de cuchillo.
, El a?o 1987 empez¨® marcado por un vendaval de violencia incontrolada. El farmac¨¦utico Agust¨ªn Arce Molina muri¨® acuchillado el 31 de enero, y desde ese momento la sangre volvi¨® a correr por las calles de Madrid en demasiadas ocasiones. La situaci¨®n lleg¨® a ser tan dram¨¢tica que la propia polic¨ªa aconsej¨® repetidamente a los ciudadanos que no intentaran hacerse los h¨¦roes en caso de sufrir un atraco callejero. "Es l¨®gico. El navajero suele ser un tipo muy nervioso, que no duda en atacar si se siente amenazado", explica ahora un funcionario de la Brigada Judicial.A finales de la primavera de 1987, nueve personas cayeron acribilladas a tiros o cosidas a cuchilladas. Entre las v¨ªctimas hab¨ªa polic¨ªas, estudiantes, un vigilante jurado, el bailar¨ªn Enrique Esteve (hermano de Antonio Gades) y un industrial naviero. Este ¨²ltimo, Joaqu¨ªn Men¨¦ndez Ponte, de 59 a?os, fue asesinado de una pu?alada el 1 de junio, cerca del paseo de La Habana, cuando sali¨® en defensa de su cu?ado, el marqu¨¦s de Feria, al ver que unos delincuentes le estaban robando el coche.
Cuchillo de cocina
Una semana despu¨¦s del asesinato del naviero, propietario de la Compa?¨ªa Mar¨ªtima Ponte Naya, la sangre del abogado Jos¨¦ Luis Santamar¨ªa Garraleta volvi¨® a te?ir el asfalto madrile?o. ?l y su amigo Jos¨¦ Mar¨ªa S. B. paseaban sobre las 22.30 por el Retiro, muy cerca de la calle de Antonio Maura, cuando fueron abordados por dos j¨®venes. "?Pod¨¦is darnos un pitillo?", les pregunt¨® uno de los desconocidos. Santamar¨ªa les alarg¨® un paquete de cigarrillos y murmur¨® discretamente al o¨ªdo de su amigo: "V¨¢monos, que ¨¦stos tienen mala pinta...".Jos¨¦ Mar¨ªa ech¨® a correr en busca de ayuda y localiz¨® a unos polic¨ªas municipales que estaban prestando servicio en el mitin de Alianza Popular. Acompa?ado por los agentes, regres¨® adonde hab¨ªa dejado a su amigo y lo encontr¨® ex¨¢nime, ca¨ªdo en el suelo, con la ropa empapada de sangre. La vida se le escap¨® por el agujero que ten¨ªa en el pecho. Los homicidas le robaron la cartera y arrojaron en las proximidades el cuchillo de cocina utilizado en el crimen.
El abogado Santamar¨ªa, de 52 a?os, soltero, natural del pueblo riojano de Cervera del R¨ªo Alhama, hab¨ªa realizado su tesis doctoral sobre la Inquisici¨®n. Trabaj¨® durante 12 a?os en el Instituto de Inmigraci¨®n, donde se ocupaba de asunto culturales, y pas¨® una temporada en la Casa de Espa?a en Par¨ªs. Un a?o antes de su muerte se reincorpor¨® a la plantilla del Ministerio de Trabajo, en las dependencias situadas en la esquina del paseo del Pintor Rosales y la calle del Marqu¨¦s de Urquijo.
"Era un hombre muy in quieto y le gustaba ver y analizar todo lo que pasaba a su alrededor", manifiesta un amigo para explicar por qu¨¦ no era extra?o que el abogado hubiera pasado con tan aparente naturalidad de un mitin del CDS a otro de AP.
Callej¨®n sin salida
El Grupo Antiatracos de la Brigada Judicial de Madrid se hizo cargo de las pesquisas del asesinato, a partir de la declaraci¨®n del amigo de la v¨ªctima. Pero ¨¦ste apenas pudo aportar otro dato m¨¢s all¨¢ de la descripci¨®n f¨ªsica de uno de los agresores: "Un hombre joven, de unos 20 a?os, de complexi¨®n fuerte y vestido con unos pantalones vaqueros". Todo demasiado vago. "Tipos como ¨¦se los hay a miles en Madrid", dijeron los polic¨ªas.Los agentes investigaron a cientos de sospechosos y mostraron al ¨²nico testigo del crimen fotos de sirleros (atracadores con navaja). Todo result¨® in¨²til. Un experto en este tipo de casos lo explica as¨ª: "Es como buscar una aguja en un pajar. Aclarar un hecho de estas caracter¨ªsticas es muy dif¨ªcil, porque el homicidio no tiene m¨®vil ni existe el menor nexo de uni¨®n entre la v¨ªctima y el atacante. No hay ning¨²n hilo del que poder tirar, y hay un momento que se llega a un callej¨®n sin salida".
Han pasado tres a?os y medio, y la polic¨ªa no ha logrado poner entre rejas a los autores de la muerte del funcionario de Trabajo. Tampoco ha tenido m¨¢s ¨¦xito en el caso del asesinato del hermano menor del bailar¨ªn Antonio Gades, que muri¨® el 13 de abril de 1987 en similares circunstancias, cuando caminaba con un amigo por una calle pr¨®xima a la Puerta del Sol y se neg¨® a entregar a su atacante la cazadora que vest¨ªa. Pero, afortunadarnente, la mayor¨ªa de los autores de aquellos cr¨ªmenes fueron capturados.
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