Alfredo del Mazo
El mensajero de un sue?o iberoamericano
Alfredo del Mazo es el mensajero de un sue?o. Recorre el mundo de habla espa?ola y portuguesa para unificar criterios que permitan reunir por primera vez en 500 a?os a todos los jefes de Estado de Iberoam¨¦rica Portugal y Espa?a. Dice, como el refr¨¢n, que nunca es tarde si la dicha es buena, y advierte que, en un mundo en cambio, la necesidad de cooperaci¨®n es ahora acuciante si los iberoamericanos no quieren perder el tren de la historia.Su t¨ªtulo es un tanto rimbombante -consejero presidencial coordinador de la primera reuni¨®n cumbre de presidentes y jefes de Estado de Iberoam¨¦rica-, pero su misi¨®n e precisa: preparar la agenda de las discusiones que deber¨¢n sostener los l¨ªderes de 21 pa¨ªses los pr¨®ximos 18 y 19 de julio en la ciudad de Guadalajara (M¨¦xico). Con este fin se ha entrevistado en Madrid con el Rey y con Felipe Gonz¨¢lez.
Alfredo del Mazo es un pol¨ªtico que ha corrido mucho a lo largo de sus 48 a?os de vida. Pura estirpe mexicana. Traje impecable, sonrisa amplia, discurso fluido y serpenteante. Estuvo a punto de ser presidente de M¨¦xico, pero se cruz¨® en su camino Carlos Salinas.
Tras el desencanto de un prematuro madruguete volvi¨® a la carga como embajador de su pa¨ªs en Bruselas, y ahora se confiesa feliz de desempe?ar la labor que realiza. "Las condiciones son en este momento propicias para la colaboraci¨®n entre los pa¨ªses iberoamericanos. La apertura del Este de Europa y otros cambios mundiales crean una nueva necesidad de caminar hacia la integraci¨®n", afirma.
Considera que esta primera cumbre es una oportunidad ¨²nica "para un di¨¢logo y una reflexi¨®n", pero cree que se puede ir un poco m¨¢s lejos: "Hay que traducir en mecanismos concretos las posibilidades de cooperaci¨®n, canalizar los intereses econ¨®micos, favorecer los movimientos de capitales, expandir mercados y crear nuevas inversiones". Despu¨¦s de los cambios en el Este de Europa y de la guerra del Golfo, Am¨¦rica Latina parece haber dejado de existir. Del Mazo trabaja en la l¨ªnea de convencer a los propios iberoamericanos de que si ellos no colaboran entre s¨ª nadie va a acudir en su auxilio.
Tambi¨¦n pol¨ªticamente la cumbre de Guadalajara es una buena ocasi¨®n para reivindicar y reactualizar, en Europa y en Am¨¦rica, un sentimiento de iberoamericanismo. "Esta es una reuni¨®n para que todos reafirmen sus se?as de identidad latinoamericana", dice, pensando tanto en la vinculaci¨®n de Espa?a y Portugal con la CE como en las negociaciones entre M¨¦xico y EE UU para la firma de un tratado de libre comercio.
Alfredo del Mazo est¨¢ satisfecho de haber conseguido, al menos, una cierta institucionalizaci¨®n de la cumbre iberoamericana. En 1992 se celebrar¨¢ en Espa?a; un a?o despu¨¦s est¨¢ prevista su convocatoria en Brasil, y al siguiente, probablemente en Portugal.
Para Del Mazo, el modelo debe ser Europa y "su madurez para superar en 40 a?os las heridas de una guerra mundial". No cree que las diferencias entre los iberoamericanos sean tan grandes como para justificar 500 a?os de espera. En esta oportunidad nadie quedar¨¢ ausente. Es la hora, en su opini¨®n, de todos los pa¨ªses que han experimentado reformas democr¨¢ticas, y de otros, como Cuba, cuyos reg¨ªmenes siguen siendo criticados por la ausencia de ellas. "Nuestras afinidades son muchas, son m¨¢s".
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