Supuesto plan de democristianos y la ex comunistas para derribar a Cossiga
La sucesi¨®n en la jefatura del Estado italiano, que la Democracia Cristiana y los ex comunistas est¨¢n negociando a espaldas de Francesco Cossiga, parece ser la causa de la furiosa actitud de ¨¦ste. Stampa Sera, la edici¨®n del lunes de LaStampa, el diario de Fiat, ha revelado, recogiendo fuentes del Quirinal, los hechos que han desencadenado las iras del presidente de la Rep¨²blica, Francesco Cossiga, contra el,Gobierno de Giulio Andreotti y contra quienes, en su opini¨®n, est¨¢n conspirando para derribarle.
Seg¨²n medios de la presidencia de la rep¨²blica, Cossiga fue informado de que el mi¨¦rcoles pasado Achille Occhetto, secretario general del PDS -el antiguo partido comunista-, y el democristiano Glullo Andreotti, jefe del Gobierno, mantuvieron a solas "una largu¨ªsima e imprevista entrevista", durante la cual se discuti¨® el caso Cossiga sin que Andreotti defendiera abiertamente a su companero de partido.Seg¨²n los consejeros del jefe del Estado italiano consultados por Stampa Sera y citados an¨®nimamente pero en frases literales, Cossiga est¨¢ enfadad¨ªsimo con algunos personajes de su partido, desde Ciriaco De Mita a Andreotti, porque organizan a sus espaldas la sucesi¨®n a la presidencia.
La estrategia entre los ex comunistas de Occhetto y el grupo Andreotti-De Mita consiste, seg¨²n las fuentes del Quirinal, en obligar a dimitir a Cossiga "con este Parlarnento", evitando que unas elecciones anticipadas pudieran alterar seriamente el color pol¨ªtico de la C¨¢mara tras un posible descalabro del nuevo partido de Ocehetto y una entrada masiva de las ligas regionales. Con tal Parlamento, la eleeci¨®n del jefe del Estado, que deber¨ªa producirse a partir de julio de 1992, podr¨ªa orien tarse hacia la derecha.
De ah¨ª el apoyo de Occhetto para que Andreotti pueda acabar la legislatura sin elecciones anticipadas, cosa que al mismo tiempo dar¨ªa m¨¢s fuerza al jefe del Gobierno como candidato a la sustituci¨®n de Cossiga, o en su defecto permitir¨ªa colocar en el Quirinal a un democristiano de la izquierda del partido, como Leopoldo Elia, famoso con stitucionalista, o Tina Anselmi, la ex presiderita de la comisi¨®n parlamentaria que investig¨® la logia P-2, ambos favorables a un di¨¢logo de la DC con el PDS de Oechetto y menos favorables a un dialogo con el partido socialista de Bettino Craxi.
Todo ello ha irritado no s¨®lo a Cossiga, sino tambi¨¦n a Craxi quien, aun no queriendo abrir personalmente la crisis, desear¨ªa elecciones anticipadas para evitar que el nuevo partido de Occhetto est¨¦ preparado y para abordar la elecci¨®n directa del jefe del Estado tras una reforma a fondo de la presidencia, que se opone a la deseada por la izquierda democristiana, apoyada por Oechetto, de un cambio de la ley electoral que favorezca a las mayor¨ªas.
Persecuci¨®n
Cossiga, que ahora se siente v¨ªctima de una persecuci¨®n, se hab¨ªa declarado dispuesto a dejar su cargo prematuramente a cambio de que se llevara a cabo una reforma seria de las instituciones, empezando por la de la funci¨®n de la jefatura del Estado.
La declaraci¨®n de Cossiga de que puede forzar una crisis de Gobierno y disolver el Parlamento incluso contra la voluntad de ¨¦ste ha creado una gran pol¨¦mica entre los constituc¨ªonalistas del pa¨ªs, que se han dividido en sus opiniones.
Por ejemplo, Glanfranco Miglio, catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Cat¨®lica de Mil¨¢n, afirma que en realidad los poderes del jefe del Estado en Italia hab¨ªan sido "congelados" y "redimensionados" exclusivamente "por un delicado juego de equilibrios pol¨ªticos y por una especie de parlamentarizaci¨®n querida por la izquierda". Y a?ade que Cossiga "tiene todo el derecho del mundo a disolver el Parlamento" y que el verdadero atentado a la Constituci¨®n ser¨ªa "empujarle a dimitir".
Por el contrario, seg¨²n Leonetto Amadel, ex presidente del Tribunal Constitucional; Stefano Passigli, catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de Florencia, y Stefano Rodo l¨¢, jurista y presidente del PDS, el presidente de la Rep¨²blica Italiana no puede hacer caer un Gobierno, ni disolver el Parlamento por su propia voluntad, ni apoyar a una logia secreta, como la P-2, ya distielta por el Gobierno, o a una instituci¨®n secreta como Gladio, sobre cuya legalidad democr¨¢tica indagan a¨²n el Parlamento y la Magistratura.
Por su parte, Alessandro Pizzorusso, constitucionalista y miembro del Consejo Superior de la Magistratura, escribi¨® ayer que Cossiga "no es el Rey Sol", y que en sus declaraciones-noexiste ni la normal prudencia del hombre pol¨ªtico". A?ade, no obstante, que no ser¨¢ facil obligafle a dimitir, porque har¨ªa falta demostrar que-conhechos y no s¨®lo de palabra" ha actuado contra la Constituci¨®n.
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