La b¨²squeda de una vacuna contra el sida lleva a los cient¨ªficos a una encrucijada ¨¦tica
Cient¨ªficos de m¨¢s de 60 laboratorios de todo el mundo trabajan con no menos de 40 preparados distintos buscando uno de los objetivos m¨¢s urgentes de la medicina: desarrollar una vacuna contra el sida. La vacuna debe provocar una respuesta inmune que bloquee el virus, que es extremadamente variable, antes de que infecte ni una sola c¨¦lula. Hasta ahora ninguno de los intentos ha resultado efectivo y a las dificultades cient¨ªficas de su descubrimiento se unen las implicaciones ¨¦ticas de una investigaci¨®n como ¨¦sta.
Algunos investigadores creen que existen suficientes resultados como para poder acotar el campo de investigaci¨®n y seleccionar las vacunas experimentales m¨¢s eficaces para ser probadas en seres humanos. El mes pasado, en una reuni¨®n del Instituto de Medicina en Washington, los cient¨ªficos y los funcionarios de Sanidad comenzaron a preparar el terreno para las pruebas en EE UU y otras naciones. En abril, los investigadores de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) visitar¨¢n pa¨ªses de ?frica, Asia y Latinoam¨¦rica para localizar grupos a los que estudiar.Sin embargo, la planificaci¨®n de tales experimentos ha suscitado espinosas cuestiones econ¨®micas, pol¨ªticas y ¨¦ticas. El principio b¨¢sico que subyace a estas pruebas en seres humanos no ha cambiado desde el siglo XIX. A varios miles de personas con elevado riesgo de contraer la enfermedad se les inocular¨ªa el agente experimental. Lo m¨¢s probable es que dicho agente sea una versi¨®n modificada del virus del sida (VIH) o alg¨²n segmento del mismo.
La vacuna no debe ser tan peligrosa que pueda causar la enfermedad, aunque s¨ª lo bastante como para desencadenar la producci¨®n de anticuerpos y otros componentes de respuesta al virus propios del sistema de inmunidad.
Aunque simple, no deja de plantear dudas. En particular, las poblaciones con el mayor riesgo de contraer la enfermedad -toxic¨®manos, presos y prostitutas en Estados Unidos, y soldados en algunos pa¨ªses africanos- no son las idleales para la experimentaci¨®n cient¨ªfica. Toxic¨®manos y prostitutas pueden ser personas dif¨ªciles de controlar, y lo inadecuado de las comunicaciones en muchos pa¨ªses africanos dificultar¨ªa los esfuerzos por mantener el seguimiento de los voluntarios.
Imperialismo m¨¦dico
Adem¨¢s, los cient¨ªficos no pueden garantizar que estas pruebas vayan a estar libres de riesgo. Otro aspecto preocupante de estas pruebas es que muchos de los sujetos en Africa y en otras partes del mundo no est¨¢n acostumbrados a los m¨¦todos de la medicina occidental. Sin un consentimiento informado por su parte, los m¨¦dicos no pueden en conciencia llevar adelante su investigaci¨®n, y tal vez sean acusados de usar a las personas como cobayas. "El problema", concluye un informe del encuentro del mes pasado en el Instituto de Medicina, "ser¨¢ evitar lo que se ha denominado investigaci¨®n safari o imperialismo m¨¦dico mientras se recogen los datos precisos". Con todo, la cuesti¨®n ¨¦tica m¨¢s dif¨ªcil es el coste de la vacuna. Han pasado nueve a?os desde el descubrimiento de la vacuna para la hepatitis B, una enfermedad viral que, al igual que el sida, puede extenderse por contacto sexual y por compartir agujas hipod¨¦rmicas. Sin embargo, el producto a¨²n no ha llegado a muchas personas en los barrios pobres de EE UU, y tampoco a muchos pa¨ªses del Tercer Mundo porque una dosis cuesta m¨¢s de 12.000 pesetas.
Copyright Time Inc.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.