El ingenioso timo del 'Piedrasonic'
Grupos de delincuentes venden aparatos de v¨ªdeo que en realidad son ladrillos
Lleg¨® a su casa contento, satisfecho de haber visto cumplido al fin el viejo sue?o de tener un v¨ªdeo. Y, adem¨¢s, por el m¨®dico precio de 25.000 pesetas. Ahora ya podr¨ªa grabar sus programas favoritos de televisi¨®n o ver las viejas pel¨ªculas del Oeste que tanto le gustan. Con evidente nerviosismo y emoci¨®n, rompi¨® los precintos de la Caja y estuvo a punto de darle un s¨ªncope. Tuvo que palpar una u otra vez aquel pedrusco envuelto en peri¨®dicos para darse cuenta de que hab¨ªa sido enga?ado. En lugar de venderle un Panasonic, le hab¨ªan dado el timo del piedrasonic
La polic¨ªa madrile?a ha advertido que ¨²ltimamente est¨¢ haciendo furor esta nueva modalidad delictiva, limpia, sin violencia y sin apenas riesgo para quienes tan ingeniosamente la practican. Prueba de ello es que dos de estos timadores trabajaron impunemente durante meses. Ambos individuos estuvieron plantados a plena luz y durante horas en la calle de Francisco Villaespesa, en la confluencia con la del Lago Constanza, en el distrito de Ventas.
V¨ªdeos a estrenar
La pareja de p¨ªcaros permanec¨ªa todo el d¨ªa en la esquina y, aprovechando que todos los automovilistas deben detenerse en dicho lugar, les gritaban sin el menor recato: "V¨ªdeo. ?Quiere un v¨ªdeo barato?". A los que aceptaban el ofrecimiento, los delincuentes les explicaban: "Por s¨®lo 25.000 pesetas puede tener un v¨ªdeo Panasonic a estrenar". Y cuando el cliente mostraba su incredulidad ante tanta ganga, los timadores le dec¨ªan que se trataba de aparatos robados o bien importados de contrabando, motivos por los que precisaban deshacerse de ellos inmediatamente, ya que les quemaban en las manos.Mientras tanto, uno de los timadores se dirig¨ªa a una chabola cercana, donde recog¨ªa el paquete que aparentemente conten¨ªa el artilugio ¨²ltimo modelo. Antes de finalizar el trato, los cacos rogaban al comprador que se alejase r¨¢pidamente de all¨ª sin abrir la caja, ya que la polic¨ªa est¨¢ rondando por aqu¨ª".
Cuando el pringao (la v¨ªctima) abriese la caja esperando contemplar su flamante v¨ªdeo, descubrir¨ªa con espanto que s¨®lo hab¨ªa un pedrusco de regular tama?o. Pero, por desgracia, tampoco pod¨ªa denunciar que hab¨ªa sido estafado porque eso le obligar¨ªa a someterse a las molestas y sarc¨¢sticas preguntas de los polic¨ªas: "?C¨®mo acept¨® comprar un aparato sabiendo que era robado? ?Acaso quiere hacernos, creer que alguien va a vender tal artilugio por la cuarta parte de su valor real?".
Mejor olvidarse de la comisar¨ªa. Lo cual, indirectamente, beneficia a los timadores.
Sin embargo, el floreciente negocio que los dos citados individuos ten¨ªan en la esquina de la calle del Lago Constanza lleg¨® a su fin cuando, para su desgracia, acert¨® a pasar por all¨ª un polic¨ªa destinado en la comisar¨ªa del distrito de Chamart¨ªn. Despu¨¦s de que los estafadores le ofrecieran un v¨ªdeo, ¨¦l no lo dud¨®: los espos¨® y se los llev¨® detenidos. Poco despu¨¦s, una mano an¨®nima escribi¨® en una pared de esa misma esquina: "V¨ªdeo: caja con piedras". La pintada todav¨ªa sigue all¨ª, aunque alguien ha tratado de tacharla.
Falta de olfato
Hace unos d¨ªas, una mujer y un hombre abordaron a un transe¨²nte en un mercadillo cercano a la plaza de toros de Las Ventas. Le ofrecieron un piedrasonic sin sospechar que era un polic¨ªa. Y la cosa acab¨® como era de esperar: con los estafadores en la comisar¨ªa. Est¨¢ claro que los que practican esta modalidad criminal son gafes o carecen de olfato. ?C¨®mo se explica que siempre topen con un agente de las Fuerzas de Seguridad del Estado?Un par de meses atr¨¢s, otros estafadores fueron detenidos por un polic¨ªa que paseaba por la calle de Bravo Murillo. El funcionario, que estaba de paso por Madrid, se par¨¦ a mirar el escaparate de una tienda de electrodom¨¦sticos. Unos desconocidos se le acercaron y le soplaron al o¨ªdo: "Nosotros le podemos agenciar un v¨ªdeo por mucho menos de la mitad". Los vendedores de piedras volvieron a fracasar por no tener buen olfato.
Pero el colmo de la picaresca lo ha conseguido hasta ahora un tal Alfredo P. B., de 47 a?os, que a principios del presente mes fue detenido por inspectores de la comisar¨ªa de Universidad, acusado de haber estafado 1,2 millones de pesetas a un establec¨ªmiento de soportes Inform¨¢ticos situado en la plaza de la Ciudad de Viena.
El astuto Alfredo compr¨® el 26 de octubre del a?o pasado un v¨ªdeo y otros accesorios, que pag¨® mediante un tal¨®n, aunque rog¨® a los empleados del comercio que no lo hicieran efectivo hasta que ¨¦l comprobase que los artilugios adquiridos eran los que precisaba. Recogi¨® la caja piecintada y se march¨®. Pero al rato regres¨® con el paquete perfectamente embalado y dijo que quer¨ªa devolver los aparatos porque no eran los que ¨¦l precisaba. Antes de irse, los comerciantes le devolvieron el cheque.
Gato por liebre
"Una vez cerrado el establecimiento", explica la polic¨ªa, "el empleado que atendi¨® al tal Alfredo procedi¨® a abrir el embalaje y descubri¨® con gran sorpresa que en su interior ¨²nicamente hab¨ªa varios ladrillos de un peso aproximado al de los aparatos electr¨®nicos que se hab¨ªa llevado con anterior¨ªdad".Los hombres de la comisar¨ªa de Universidad tardaron casi seis meses en identificar y localizar al presunto estafador en las inmediaciones de la calle de San Mart¨ªn de Porres, en la urbanizaci¨®n Puerta de Hierro. ?ste, que utiliz¨® documentaci¨®n falsa para cometer su fechor¨ªa, carec¨ªa hasta ahora de antecedentes.
Quienes practican esta modalidad suelen operar en el Rastro, en el mercadillo de Ventas, en las inmediaciones de la glorieta de Cuatro Caminos y en los alrededores del cementerio de la Almudena, seg¨²n han indicado fuentes de la Brigada Provincial de Polic¨ªa Judicial de Madrid.
Los adictos a los aparatos de imagen y sonido deben andar, pues, con mucho ojo, no vaya a ser que les den gato por liebre. O mejor dicho, no vaya a ser que les vendan piedra por v¨ªdeo.
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