Ultim¨¢tum para el desarme de las milicias libanesas
Con el firme apoyo de Siria, el Gobierno liban¨¦s ha unificado Beirut desterrando a las milicias de una capital castigada por 15 a?os de guerra civil y donde hoy rara vez se oye un tiro. Sin embargo, si las milicias, que se han retirado muy a desgana de Beirut, y los palestinos, atrincherados desde hace a?os en el sur de L¨ªbano, no entregan sus arsenales antes del 30 de abril, el presidente, El¨ªas Haraui, puede verse ante el m¨¢s serio dilema pol¨ªtico desde que las tropas sirias hicieron que se consolidara en el poder, hace seis meses.
Intensos contactos pol¨ªticos para evitar que la transici¨®n al estado de paz no reclame otra vez la. intervenci¨®n directa del Ej¨¦rcito sirio estaban ayer a la orden del d¨ªa, horas despu¨¦s de que el plan de desarme de todas las milicias se estrellara contra el tajante rechazo de los guerrilleros de Yasir Arafat.En la primera reacci¨®n al ultim¨¢tum para que todas las fuerzas irregulares activas en L¨ªbano entreguen sus armas al Ej¨¦rcito antes del pr¨®ximo 30 de abril, el m¨¢ximo representante local de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), Zuheir Wehbe, advirti¨® que ninguno de los 10.000 guerrilleros con base en L¨ªbano va a entregar un solo cartucho a nadie.
"No somos una milicia", declar¨® Wehbe ante una manifestaci¨®n en el campo de refugiados de Burj al Shamali, cerca de Tiro. "Nadie nos quitar¨¢ nuestras armas. Nos aferraremos a ellas mientras Israel contin¨²e ocupando nuestra tierra, y el enemigo que nos acecha a pocos kil¨®metros de aqu¨ª siga atac¨¢ndonos", agreg¨®. Por una de esas extra?as coincidencias que tan frecuentemente se dan en L¨ªbano, los milicianos cristianos de las derechistas Fuerzas Libanesas (FL), enemigos tradicionales de los palestinos, en esta ocasi¨®n parecen estar en el mismo bandc, de Arafat, aunque sin la locuacidad de Wehbe. El mensaje que Samir Geagea, jefe de las FL, est¨¢ difundiendo entre sus correligionar¨ªos es que su Ej¨¦rcito de m¨¢s de 7.000 hombres bien armados (primero por Israel, luego por Irak) tampoco piensa dejar las armas mientras las fuerzas, palestinas y las del proiran¨ª Hezbol¨¢ no sean desmanteladas.
Movimiento de liberaci¨®n
En principio, Hezbol¨¢, la punta de lanza de la "resistencia nacional" que lucha contra las tropas israel¨ªes que ocupan una franja de 800 kil¨®metros cuadrados en el sur del pa¨ªs., no se opone al plan de desarme de las milicias. Principalmente, porque los integristas shi¨ªes insisten en que tampoco son una milicia sectaria, sino un movimiento de liberaci¨®n al que le asiste el derecho a luchar contra tropas extranjeras de ocupaci¨®n.
Es, en suma, en este argumento que acerca a los shi¨ªes y a los palestinos donde late el dilema que se le avecina al presidente Haraui y a su proyecto de extender la autoridad de su Gobierno hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de L¨ªbano, pieza fundamental del plan de paz aprobado por el Parlamento liban¨¦s en el balneario saud¨ª de Taif, en 1989, y que cuenta con amplio apoyo internacional.
Abdallah Amin, ministro sin cartera del Gabinete liban¨¦s, y otros funcionarios gubernamentales han sugerido claramente que si las milicias, incluyendo las facciones palestinas, no entregan sus armas al Ej¨¦rcito en el plazo establecido, el Gobierno "pedir¨¢ la ayuda de Siria", es decir, al mismo Ej¨¦rcito que en ocho horas de cruentos combates puso fin a la rebeli¨®n del general cristiano Michel A¨²n el 13 de octubre.
Fuentes pol¨ªticas bien informadas dijeron ayer que por el momento los esfuerzos se reducen al terreno pol¨ªtico. En medios guberr¨ªamentalles se entiende que a pesar de la intransigencia de las palabras del hombre de Arafat en L¨ªbano, la OLP quiere negociar, y que Haraul y, por ende, Damasco no van a poner o¨ªdos sordos. En el fondo de la cuesti¨®n yace la falta de un instrumento jur¨ªdico que regule la presencia de palest¨ªnos armados en L¨ªbano.
"No estamos tratando de inflamar el problema palestino en L¨ªbano", declar¨® el domingo el ministro Al Amin. "Quisi¨¦rarnos entablar un di¨¢logo con los palestinos, aunque no precisamente sobre la base de lo que dice Wehbe".
Seg¨²n analistas pol¨ªticos, Arafat podr¨ªa aprovechar la oportunidad para negociar un nuevo acuerdo que permita a sus guerrilleros mantener sus armas, aunque s¨®lo sea dentro de los campos de refugiados. "Algo es algo", coment¨® ayer un dirlgente palestino. Pero el solo hecho de entablar negociaciones con el Gobierno liban¨¦s dar¨ªa a Arafat una carta valiosa en su empe?o por reparar los estragos pol¨ªticos que a la OLP le ha causado su apoyo a Irak en la guerra del Golfo.
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