Angola acaricia la paz
Gobierno y oposici¨®n fijan fecha para, abandonar las armas
La ¨²ltima ronda de negociaciones entre el Gobierno y los rebeldes angole?os se inicia ma?ana en Lisboa. El fin de la guerra civil ya tiene fecha: mediados de mayo. Todo indica que no volver¨¢ a repetirse el fracaso del acuerdo de alto el fuego de Gbadolite (Zaire) hace dos a?os. El Gobierno de Luanda y, los rebeldes de la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), han alcanzado, de entonces a ahora, la inevitable conclusi¨®n. Una victoria militar es un sue?o imposible.
Por su parte las dos superpotencias, Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos, han avisado solemnemente a los respectivos aliados que lleg¨® la hora de acabar con la guerra y que no admitir¨¢n nuevas maniobras dilatorias.Aparentemente, los combatientes, enzarzados en odios, rivalidades personales y desconfianzas acumuladas a lo largo de tres d¨¦cadas de lucha, fueron los ¨²ltimos en darse cuenta de que, a su alrededor, el mundo y la propia Angola hab¨ªan cambiado y que estaban cada vez m¨¢s aislados del "pa¨ªs real".
La inmensa mayor¨ªa de los angole?os est¨¢n hartos de guerra, destrucci¨®n y muerte y est¨¢n dispuestos a apoyar a quien les d¨¦ la paz, absolutamente indiferentes a los argumentos ideol¨®gicos y pol¨ªticos de unos y otros. La poblaci¨®n de Luanda y de las grandes ciudades ha descubierto que puede tambi¨¦n contribuir para imponer la paz y ha aprovechado los cambios iniciados por el Gobierno para consolidar y ensalzar "los espacios de libertad" abiertos en la estructura de un r¨¦gimen, te¨®ricamente marxista, que nunca tuvo gran autoridad sobre la sociedad civil. De la misma manera que el "mercado paralelo" din¨¢mico y pr¨®spero impuso sus leyes a una econom¨ªa estatal colectivista pero totalmente paralizada mucho antes de la "apertura a la iniciativa privada" decretada por el Gobierno hace dos a?os, ahora los grupos y partidos pol¨ªticos no han esperado a la publicaci¨®n de la ley de partidos pol¨ªticos aprobada hace dos semanas por la Asamblea del Pueblo, para organizarse y prepararse para las pr¨®ximas elecciones, las primeras en 15 a?os de independencia.
La campa?a electoral
Los comicios no tienen todav¨ªa fecha marcada, y ¨¦ste es el punto m¨¢s dif¨ªcil que tienen que resolver los negociadores en Lisboa, pero la campa?a electoral ya est¨¢ en marcha en Luanda, y los "partidos armados", el Movimiento para la Liberaci¨®n de Angola (MPLA), en el poder, y la UNITA, corren el riesgo de verse sobrepasados si no aceleran su reconversi¨®n democr¨¢tica. Pero ¨¦sta es obviamente m¨¢s dif¨ªcil para los guerrilleros aislados en un mundo diferente, donde no existe el dinero ni hay libertad posible en relaci¨®n al "gu¨ªa supremo" Jon¨¢s Savimbi. Para muchos observadores que asistieron al VII Congreso de la UNITA, que tuvo lugar hace dos semanas "en la selva", el problema planteado por la reinserci¨®n social, pol¨ªtica y militar de los guerrilleros y de la poblaci¨®n que controlan es el obst¨¢culo m¨¢s serio para la r¨¢pida pacificaci¨®n del pa¨ªs.
Jon¨¢s Savimbi exige a la mesa de negociaciones de paz una televisi¨®n para hacer la propaganda electoral de la UNITA denunciando los "cr¨ªmenes", los errores y la "incompetencia" de los actuales gobernantes, el presidente, Jos¨¦ Eduardo Dos Santos, est¨¢ convencido de que para conservar el poder debe sobre todo dar de comer a los futuros electores y mejorar sus condiciones de vida. Por esto, el presidente angole?o viajar¨¢ la pr¨®xima sernana (6 de abril) a Madrid y Par¨ªs para tratar de conseguir apoyos pol¨ªticos y sobre todo los cr¨¦ditos y las ayudas necesarias para reactivar la econom¨ªa y empezar a reconstruir el pa¨ªs. No es probable que lo consiga: Occidente prefiere "esperar para ver" el resultado de los acuerdos de paz en lugar de intervenir ahora mismo para acelerar el cambio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.