Un detective en el cielo
El literato que m¨¢s investig¨® sobre la relaci¨®n de esta vida con la otra acaba de dejarnos, para poder comprobar si sus intuiciones se cumplen de verdad una vez trayendo el umbral del misterio que envuelve el paso a la otra vida.Graham Greene pertenece al mundo de esos escritores cat¨®licos que pr¨¢cticamente han desaparecido. ?l fue casi un islote solitario en medio de lo que se llam¨® literatura cat¨®lica, y por eso gustaba m¨¢s al mundo fuera de la Iglesia oficial que a los fieles de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. Su desenfado, su pintura de personajes que no pod¨ªan ser clasificados en los moldes al uso en las filas cat¨®licas, su sentido cr¨ªtico y su dram¨¢tico humor cristiano le alejaron de todo conformismo, manteni¨¦ndose, sin embargo, dentro de una tradici¨®n cat¨®lica que, por supuesto, no es la que a noso tros nos dijeron que ten¨ªa que ser la aut¨¦ntica.Su pluma siempre se encontr¨® con el misterio, y su papel fue la de un detective que investig¨®, desde la tierra m¨¢s tierra, lo que los creyentes hemos llamado cielo. Pero un cielo bien distinto del que describieron los catecismos, lleno, como nos lo pintaban, de melosas y aburridas m¨²sicas celestiales y de as¨¦pticos individuos que desde la infancia s¨®lo hab¨ªan meado agua bendita.
Ahora podr¨¢ comprobar desde la otra orilla que el cielo, aqu¨¦l en el que creemos muchos creyentes fuera de las ¨®rbitas legalistas de la Iglesia, est¨¢ poblado de sus humanos personajes porque, como dec¨ªa P¨¦guy, ?qui¨¦n puede haber en el cielo si no est¨¢n los pecadores?
Su novela estaba llena de personajes de carne y hueso, fuera de los moldes idealistas o tremendistas en que caen muchos escritores. No eran ni buenos ni malos; sino como somos los hombres que vamos por la vida, una mezcla incongruente de bueno y malo. Y ese era su atractivo y su genio, que sin duda pasar¨¢ a la historia como una de las figuras cl¨¢sicas, verdadero miembro del pante¨®n de hombres ilustres inconformistas.
Vislumbr¨® el futuro en el que estamos viviendo, donde la religi¨®n ser¨¢ muy distinta de la que nos ense?aron. Porque algunos ser¨¢n agn¨®sticos, por respeto a la aut¨¦ntica religiosidad, que no se compadece con lo que hemos llamado religi¨®n, ya que no respeta la ¨²nica religi¨®n verdadera que existe: la que es poes¨ªa. Pero, como recordaba el fil¨®sofo anglosaj¨®n Santayana: una poes¨ªa en la cual se cree e influye en nuestras vidas de: modo imprevisto.
Yo creo que sus detectives, sus asesinos, sus mujeres rebeldes contra el tren autom¨¢tico de la vida actual, sus valientes cobardes, sus curas inejemplares son personajes para nuestra historia que deben alentarnos a no caer en el des¨¢nimo por nuestros fallos.
Fue un seguidor de esa inteligente observaci¨®n del anarquista Goodman: "Si los curas se decidieran a dejar de buscar a Dios donde ya no existe, para explotar otras realidades donde quiz¨¢ est¨¢ vivo, entonces es cuando tendr¨ªan algo que aprender y que ense?ar"; pero ahora, con su suficiencia, su autoritarismo y su af¨¢n de saberlo todo, envuelto en enga?osas formas aparentemente modernas, poco podr¨¢n hacer por los hombres de carne y hueso.
Ese es el mensaje que nos da Graham Greene: que todos, agn¨®sticos y creyentes, estamos m¨¢s cerca de lo que pensamos, y m¨¢s lejos del conformismo que tan bien representan los asentados en los sillones del mando, sea profano o eclesi¨¢stico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.