'Ley de punto final' para el fraude

EL NUEVO secretario de Estado de Hacienda, Antonio Zabalza, ha estrenado su mandato con un importante acuerdo con los representantes de las haciendas forales por el que se permite el blanqueo de dinero negro por una doble v¨ªa. Por una parte, por el canje de pagar¨¦s del Tesoro y pagar¨¦s forales por unos bonos de deuda especial que tendr¨¢n una rentabilidad del 2% y permanecer¨¢n inmovilizados durante seis a?os. Los t¨ªtulos de esta deuda especial ser¨¢n nominativos, y cuando se amorticen, dentro de esos seis a?os, no estar¨¢n sujetos a tributaci¨®n por su afloraci¨®n. Por otra, mediante la presentaci¨®n de declaraciones complementarias, a las que se exime del pago de intereses de demora si se presentan antes del 31 de diciembre.El acuerdo es especialmente significativo porque pone fin a la larga situaci¨®n de excepcionalidad que supon¨ªa la existencia de los pagar¨¦s de Tesoro, unos productos que con la bendici¨®n de Estado permit¨ªan la opacidad tributaria de los dep¨®sitos en ellos invertidos. Aunque su baja remuneraci¨®n -actualmente en torno al 5%- ya supon¨ªa una tributaci¨®n impl¨ªcita y permit¨ªa una financiaci¨®n barata del d¨¦ficit p¨²blico, su propia opacidad hab¨ªa estimulado, un uso irregular por muchas entidades, amenazando con contaminar todo el sistema financiero, como puso de relieve la existencia de las cuentas innominadas.La propia utilizaci¨®n de los pagar¨¦s del Tesoro como instrumentos de ocultaci¨®n no deja de ser, cuando menos, una anomal¨ªa fuertemente discriminatoria. Por tanto, aunque s¨®lo fuera desde la perspectiva de acabar con ese pecado original del sistema tributario, la medida ya ser¨ªa digna de consideraci¨®n. Un segundo aspecto no menos importante es que pone fin tambi¨¦n a la emisi¨®n de pagar¨¦s por parte de las haciendas forales, que hab¨ªan alcanzado un volumen superior a 1,2 billones de pesetas, y cuyo crecimiento amenazaba con distorsionar, tambi¨¦n por este camino, todos los mecanismos de financiaci¨®n p¨²blica: el volumen de emisi¨®n de esos pagar¨¦s depend¨ªa ya m¨¢s de la demanda que recib¨ªan los bancos de los particulares que de las necesidades reales de esa financiaci¨®n.

Sin embargo, el acuerdo tiene mayor alcance a¨²n que el estricto de los pagar¨¦s de Tesoro. Las dos v¨ªas habilitadas permiten tambi¨¦n el blanqueo de otras formas de dinero negro que pueden beneficiarse con esta regularizaci¨®n, ya sea acudiendo directamente a las declaraciones complementarias o mediante la compra previa de pagar¨¦s del Tesoro para su posterior canje por la deuda especial. Las ventajas para los posibles interesados no son extraordinarias, pero tampoco despreciables. La baja renta del 2% y el cautiverio de seis a?os impuesto al nuevo activo supone en algunos casos un trato algo mejor al que recibir¨ªan por la presentaci¨®n de complementarias, con la ventaja adicional de la exoneraci¨®n de intereses.

Es posible, con todo, que la oferta resulte poco atractiva para algunos defraudadores. La experiencia internacional no es concluyente, pues hay ejemplos de muy escasa afloraci¨®n y de lo contrario. En todo caso, la condici¨®n de eficacia de medidas de esta naturaleza y a la vez la exigencia ¨¦tica, sin la que resultar¨ªa inaceptable, es que quede absolutamente claro, con el compromiso expl¨ªcito de todas las fuerzas pol¨ªticas, que se trata de una ocasi¨®n irrepetible.

Los posibles interesados en beneficiarse de la regularizaci¨®n deben comprender que ¨¦sta es, por fin, la ¨²ltima oportunidad y que se ha acabado la situaci¨®n de amnist¨ªa casi permanente existente, que permit¨ªa en cualquier momento declarar una deuda atrasada sin m¨¢s recargo que los intereses. A partir del pr¨®ximo 31 de diciembre, las declaraciones complementarias soportar¨¢n recargos del 50% al 100%. Pero una vez admitido el sacrificio de las concesiones admitidas (sacrificio que compete sobre todo a los contribuyentes que han declarado y pagado regularmente sus impuestos), el Gobierno debe volcarse para promocionar las ventajas de esta regularizaci¨®n. Tiene que conseguir la m¨¢xima afloraci¨®n de dinero negro, utilizando para ello todos los dispositivos disponibles.

La otra condici¨®n de eficacia de la medida es el abandono de cualquier tibieza posterior en la represi¨®n de quienes persistan en el fraude. Tambi¨¦n hay que plantear la necesidad de ir definiendo adecuaciones del sistema tributario que incentiven el ahorro y reduzcan las diferencias respecto a la CE. Todo ello, sin olvidar la otra carga de todo sistema tributario, indispensable para la configuraci¨®n de la conciencia fiscal: la eficacia de las decisiones de gasto. Eso supone que al sector p¨²blico se le exige c¨®mo gastador las mismas condiciones que a los agentes privados.