Defensa quiere que el cumplimiento de la "mili" desgrave en el impuesto sobre la renta familiar
El Ministerio de Defensa est¨¢ estudiando la posibilidad de que la realizaci¨®n de la mili por alguno de sus miembros desgrave en la declaraci¨®n del impuesto sobre la renta de la familia. ?sta es una de las ideas en las que trabaja dicho departamento, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al mismo, para conseguir que el cumplimiento de los deberes militares, si bien conserve su car¨¢cter "altruista", al menos no suponga, como hasta ahora, "una carga econ¨®mica suplementaria para las familias". En el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda se asegura no tener conocimiento, por ahora, de esta propuesta.
Los responsables del Ministerio de Defensa sostienen que el servicio rnilitar, adem¨¢s de obligatorio, debe ser "altruista"; es decir, no retribuido. Sin embargo, admiten que el cumplimiento de la m¨ªli tampoco debe originar un gasto a?adido para las familias. que actualmente tienen que subvencionar a los j¨®venes incorporados a filas. Ello es consecuencia de que las 1.000 pesetas mensuales que perciben los soldados y, marineros de reemplazo, en concepto de haber en mano, no alcanza para cubrir ni una m¨ªnima parte de sus gastos.El departamento que dirige Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas est¨¢ estudiando una elevaci¨®n sustancial de este haber en rnano, que probablemente cambiar¨¢ tambi¨¦n de nombre.
10.000 pesetas
Respecto a su cuant¨ªa, el punto ,le referencia son 10.000 pesetas al mes, ya que esta cantidad se considera suficiente para atender los gastos ordinarios de un joven de 20 a?os, seg¨²n estimaciones de diversas instituciones, como la Direcci¨®n General de la Juventud, con cuyos responsables se han entrevistado en var¨ªa ocasiones los cargos del Ministerio de Defensa que trabajan en e proyecto. Esta cifra se aproxima adem¨¢s a la media de los pa¨ªse del entorno; entre las 8.000 pese ta.s que reciben los soldadgs de reemplazo en Francia y la 11.000 que perciben los italianos
El Ministerio de Defensa quiere evitar, no obstante, que e clebate se polarice en torno a la entrega directa de dinero a los soldados y esta explorando otra f¨®rmulas; como la desgravaci¨®n en el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IRPF) o la subvenci¨®n de los desplazamien tos durante los permisos (actualmente solo se abona al soldado e viaje de incorporaci¨®n al cuartel y el de regreso al domicilio tras el licenclai-n lento).
El director general del Servicio Militar, Laurcano Garc¨ªa, no ha querido, a preguntas de EL PA?S, confirmar ni desmentir el contenido de estos estudics, alegando que el plan de modernizaci¨®n de la mili, en el que se encuadran, est¨¢ pendiente de que la ponencia constituida en el Congreso apruebe su dictamen sobre el modelo de Fuerzas Armadas y el sistema de reclutamiento. No obstante, el propio Laureno Garc¨ªa, en un serninar¨ªo sobre el servicio militar celebrado a mediados de diciembre en Toledo, ya expres¨® la "preocupaci¨®n del ministerio porque "el llamado haber en mano es actualmnente menos que simb¨®lico" y porque el cumplimiento de la mili "no debe representar, como ahora, una carga para la econorr¨ªa de las familias".
Algunas de las, medidas que pretenden modernizar el servicio
m¨ªlitar ya han sido incluic.as, a propuesta del Ministerio de De fensa, en el Plan Integral de la Juventud, pendiente de ap:-obaci¨®n por el Gobierno. En dicho plan figura la reducci¨®n le la mili a nueve meses; el c¨®digo de derechos y deberes de los soldados; la informaci¨®n sobre el servicio militar; la protecci¨®n social frente a accidentes durante el periodo en filas; la promoci¨®n del deporte y la cultura en los cuarteles; la formaci¨®n educativa y profesional; la instalaci¨®n en dependencias castrenses de tel¨¦fonos para uso del personal de tropa; la mejora en las condiciones de habitabilidad de los acuartelamientos; o la sustituci¨®n de militares de reemplazo por contratados civiles y medios electr¨®n?cos en cuantas funciones sea posible hacerlo.
En el Ministerio de Defensa se asegura que no existe a¨²n una memoria econ¨®mica completa sobre el coste de este plan, pero se agrega que "modernizar la mili resulta muy caro". Los alrededor de 25.000 millones anuales que costar¨ªa pagar unas 10.000 pesetas al mes a los m¨¢s de 200.000 soldados de reemplazo no constituyen ni siquiera la partida m¨¢s abultada. Hay que considerar el coste de la contrataci¨®n de personal civil, para atender tareas de linipleza por ejemplo; o la adquisi¨®n de medios electr¨®nicos de seguridad, que permitir¨ªan el¨ªrrunar buena parte de las aborrecidas guardias; sin olvidar las necesarias obras de restauraci¨®n para mejorar la habitabilidad de muchos cuarteles.
La modernizaci¨®n del servicio militar pasa tambi¨¦n, seg¨²n los planes de Defensa, por la elaboraci¨®n de un catalogo de puestos en las distintas unidades a partir del cual situar a cada recluta en el destino m¨¢s apropiado, en funci¨®n de sus capacidades y preferencias, siempre que las necesidades lo permitan; por la reforma del actual sistema de pr¨®rrogas, de modo que se elija el momento de incorporaci¨®n a filas, dentro de un perlodo que podr¨ªa abarcar de los 18 a los 23 a?os; o por la revisi¨®n clel cuadro de exclusiones m¨¦dicas, de forma que s¨®lo se libren de la mili quienes tambi¨¦n est¨¦n incapacitados para la actividad laboral. Un servicio militar "m¨¢s flexible, rac¨ªonal y universal", en palabras de sus reformadores.
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