Tri¨¢ngulo negro
Vicente Aranda y Jos¨¦ Luis Alcaine describieron a la perfecci¨®n su trabajo en Amantes cuando, en su conferencia de prensa en el festival de Berl¨ªn, dijeron que hab¨ªan querido hacer una pel¨ªcula de rostros, que comienza con unos m¨ªnimos elementos descriptivos de tipo ambiental (calles e interiores de Madrid y Burgos en los a?os cincuenta) para ir progresivamente concentrando la c¨¢mara y el estilo de la pel¨ªcula sobre primeros planos de los int¨¦rpretes. Es una manera de decir que Amantes es una pel¨ªcula de actores, lo que es exacto.En el festival de Berl¨ªn, Amantes entr¨® desde el primer momento en las discusiones del jurado y lo hizo con buen pie. Parece ser que, en las primeras votaciones, la pel¨ªcula qued¨® situada en segundo lugar, a poca distancia de la que desde el principio el jurado eligi¨®, entre la incredulidad de muchos, como favorita para el gran premio y que al final result¨® efectivamente ganadora: la, dirigida por Marco Ferreri, La casa de la sonrisa. Sin embargo hay, a nuestro juicio, mejor cine en Amantes que en esta arriesgada pero irregular pel¨ªcula italiana.
Amantes
Direcci¨®n: Vicente Aranda. Gui¨®n: ?lvaro del Amo, Carlos, P¨¦rez Merinero, Vicente Aranda. Fotografia Jos¨¦ Luis Alcaine. Espa?a, 1991. Int¨¦rpretes: Victoria Abril, Jorge Sanz, Maribel Verd¨². Estreno en Madrid: cines Lope de Vega, Benlliure, Cartago y Aluche.
Reacci¨®n puritana
Perjudic¨® a Amantes en Berl¨ªn la reacci¨®n puritana de algunos peri¨®dicos alemanes, que vieron en ella una obra inmoral y cercana a la pornografia. No se entiende a cuento de qu¨¦ vino esto, como no fuera una de esas minicampa?as contra un filme con posibilidades de triunfo que se organizan en los festivales para quitarlo de en medio y no cierre el paso a otro u otros a la hora de los premios. Amantes tiene en efecto secuencias en las que hay explicitud er¨®tica, quiz¨¢s innecesaria, pero en cualquier caso muy el¨ªptica, fugaz y que no crea ning¨²n escoramiento hacia la pornograf¨ªa. Pero incluso si as¨ª fuera, esto no le restar¨ªa al filme ninguno de sus m¨¦ritos. El jurado finalmente, ante la evidencia de la calidad de la interpretaci¨®n, concedi¨® el premio a la mejor actriz a Victoria Abril.El premio es merecido y fue indiscutido. Victoria Abril realiza un trabajo expert¨ªsimo, intenso y de gran altura (sobre todo s¨ª se tiene en cuenta que encarna a una mujer de m¨¢s edad que ella, siendo actriz cuyas facilidades van por el lado contrar¨ªo, hacia mujeres de menos edad de la que tiene) y, lo que es m¨¢s importante, no es la suya una creaci¨®n aislada, sino estrechamente interrelacionada con las actuaciones de Maribel Verd¨² y Jorge Sanz, que bordan con ella un tri¨¢ngulo amoroso, muy duro y con tintas muy negras, primorosamente ejecutado.
Los tres cuartos de hora finales del filme son, as¨ª como suena, de extraordinaria fuerza: cine por completo despojado de toda adherencia, cine de primer orden. No puede decirse le mismo de la primera mitad de Amantes, pues en ella Aranda y los guionistas tardan demasiado tiempo en poner al espectador en la ¨®rbita del asunto que representan (un extra?o suceso real, aun no resuelto, ocurrido en Madrid y Burgos en 1949) y esto despista en ocasiones al espectador, que no sabe bien, hasta avanzada ¨¦sta, en qu¨¦ pel¨ªcula est¨¢. Pero cuando Aranda y su equipo entran de lleno en la materia que tanto se hace esperar, los despistes se acaban de una vez por todas y no hay ni un s¨®lo fotograma sobrante. Es dificil ir m¨¢s directamente al grano.
Y el grano de Amantes es una pasional y desmedida historia de amor y de muerte. 0 del amor hasta los l¨ªmites de la muerte, all¨ª donde el sentimiento experimenta una mutaci¨®n y se convierte en una pasi¨®n destructora y sin barreras de contenci¨®n, capaz de llevarse por delante a cualquier mandato moral: es decir, en el l¨ªmite de transgresi¨®n. La serie de escenas donde esta mutaci¨®n tiene lugar, bajo una nevada, son antol¨®gicas y entran entre lo mejor que se ha visto en el cine espa?ol reciente. El vigoroso talento de Aranda, aliado aqu¨ª a la inspiraci¨®n de los actores, los guionistas y el fot¨®grafo, logra momentos magistrales, inolvidables.
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