Basora, ruinas y moscas
La segunda ciudad de Irak, arrasada por dos guerras consecutivas
ANNE CHAON (AFP)La aviaci¨®n aliada se ceb¨® en Basora durante la guerra del Golfo; despu¨¦s, la segunda ciudad de Irak y su puerto en Chat el Arab (donde se juntas las aguas del Tigris y el Eufrates) fueron escenarios de dur¨ªsimos enfrentamientos en la guerra subsiguiente entre los rebeldes shi¨ªes y el Ej¨¦rcito de Sadam.
Basora, que apenas registr¨® da?os durante la larga guerra entre Irak e Ir¨¢n, era el pasado lunes un amasijo de ruinas repleto de moscas. Resulta dif¨ªcil establecer qu¨¦ porci¨®n de destrucci¨®n corresponde a los bombardeos y cu¨¢l es producto de la insurrecci¨®n, que comenz¨®, seg¨²n testigos, el mismo d¨ªa que los iraqu¨ªes anunciaron su retirada de Kuwait.
"De golpe se apoderaron de las calles. Miles y miles de personas gritaban consignas shl¨ªes y preguntaban d¨®nde se escond¨ªan los miembros del partido Baaz; cuando los encontraban, los mataban", cuenta un adolescente. "La mayor parte de los insurgentes hablaba farsi [persa]", a?ade.
"Eran gentes llegadas de fuera y se reagrupaban en direcci¨®n a Diwanlyeh (170 kil¨®metros al sur de Bagdad) a medida que las tropas iraqu¨ªes se replegaban hacia el norte", asegura un soldado, quien asegura que eran "bandas organizadas, sin liderazgo", que consiguieron tomar el aeropuerto porque el Ej¨¦rcito que ten¨ªan enfrente "no era numeroso".
En el hospital Al Tahir, el director, Salem Bajos, cuenta que los rebeldes asaltaron el edificio el pasado 2 de marzo, "golpearon a, la gente, quemaron y se dedicaron al pillaje, destruyeron las ambulancias y robaron las medicinas y los v¨ªveres".
La verdadera batalla, seg¨²n los soldados que vigilan un puente en Chat el Arab, comenz¨® aquel 2 de marzo y la lucha sigui¨® durante dos semanas.
El doctor Hasan Adnan,jefe del servicio pedi¨¢trico, recuerda que "los combates eran tan violentos que no se pod¨ªa salir del hospital. Los heridos llegaban a centenares y hab¨ªa que atenderlos en el mismo suelo". Al responder a la pregunta sobre la procedencia de los heridos, rebeldes o regulares, contest¨®: "Un poco de todo".
Basora es hoy una ciudad inerme, aunque la larga avenida que une el puerto con el centro de la villa est¨¢ tomada por los soldados y hay un blindado en cada intersecci¨®n para proteger a los numerosos camiones cisterna.
Desde el comienzo de la guerra, la ciudad Basora no tiene ni luz ni agua. Por toda ella se ven cr¨¢teres y ruinas provocadaos por los bombardeos, edificios incendiados y mezquitas cuyos alminares han sido seccionados. "No fueron los aliados quienes hicieron esto", aseguran los soldados; "fueron los saboteadores armados por Ir¨¢n".
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