Crece la rebeli¨®n popular contra Gorbachov y su gesti¨®n pol¨ªtica
El martes fue la declaraci¨®n de independencia de Georgia, la patria de Stalin. Ayer, el resurgir de la revuelta del hambre en Bielorrusia. No pasa un d¨ªa sin que surja un nuevo desaf¨ªo al poder, cada vez m¨¢s limitado, del presidente sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov. Los obreros de Bielorrusia pararon sus f¨¢bricas y ocuparon el centro de la capital, Minsk (1,7 millones de habitantes), exigiendo la dimisi¨®n del Gobierno y del Parlamento de la rep¨²blica, y la del l¨ªder del Kremlin.
Los bielorrusos se hab¨ªan echado ya a la calle el pasado 3 de abril con gritos de "?dadnos pan!", justo despu¨¦s de entrar en vigor los espectaculares aumentos en el precio de los productos de consumo b¨¢sicos. Inmediatamente plantearon un conjunto de reivindicaciones pol¨ªticas (dimisi¨®n de los dirigentes republicanos y del propio Gorbachov), laborales (aumento del 100% en los salarlos) y econ¨®micas (supresi¨®n de un nuevo impuesto del 5% sobre las compraventas).Lanzaron entonces un ultim¨¢tum de una semana. Al caducar ayer, se echaron nuevamente a la calle. De nada sirvi¨® que el vicepresidente del Parlamento se dirigiera a los manifestantes y les recordara que se hab¨ªan atendido algunas de sus reivindicaciones y que el Gobierno republicano no tiene medios para atender las dem¨¢s. La huelga seguir¨¢.
Entretanto, la huelga del carb¨®n contin¨²a, pese a que el reciente triunfo del presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, que obtuvo de su Parlamento amplios poderes, hab¨ªa suscitado la esperanza de que el paro terminase para dar al carism¨¢tico dirigente oportunidad de aplicar su programa anticrisis. Pero Yeltsin, oficialmente, est¨¢ "de vacaciones" y la huelga no tiene visos de concluir r¨¢pidamente.
En opini¨®n de Edvard Shevardnadze, ex ministro de Exteriores, s¨®lo el entendimiento entre Gorbachov y Yeltsin puede salvar a¨²n a la perestroika.
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