'Matador', M¨¦rim¨¦e y El Cordob¨¦s
El martes se estrena en Londres el primer musical con "el color y la fuerza de lo espa?ol"
M¨¢s all¨¢ de los Pirineos puede que se haya contemplado con admiraci¨®n el radical cambio de nuestro pa¨ªs, pero la Espa?a que todav¨ªa seduce a los extranjeros es la de Prosper M¨¦rim¨¦e: la de clima t¨®rrido, pasiones extremas y jarana flamenca, donde cada ni?o sue?a con ser torero. Al menos as¨ª parecen pensar los creadores de Matador, un nuevo espect¨¢culo musical que el 16 de abril se estrena en el Queen's Theatre de Londres. Basado en la vida de El Cordob¨¦s, es el primero de contenido enteramente espa?ol que se monta en el West End, zona teatral londinense convertida desde la aparici¨®n de Andrew Lloyd Weber en centro mundial del musical.La m¨²sica es obra de Michael Leander, con letra de Edward Seago. Amigos desde la escuela, Leander y Seago han producido en colaboraci¨®n un gran n¨²mero de canciones de ¨¦xito dentro de la m¨²sica pop y rock, pero Matador constituye para ambos la primera experiencia teatral.
"Nos encanta Espa?a", explica Seago, "y los dos tenemos casa en Mallorca. Cuando en 1984 nos decidimos por Fin a escribir un musical, ten¨ªamos claro que deb¨ªa situarse en Espa?a, pero no se nos ocurr¨ªa ning¨²n tema en concreto". Hasta que un d¨ªa, casualmente, mientras una amiga mallorquina les hablaba de El Cordob¨¦s, de su carisma y su ascensi¨®n desde la nada, comprendieron que la historia de Manuel Ben¨ªtez era justamente lo que estaban buscando.
Sin embargo, cambiaron su nombre por el de Domingo Hern¨¢ndez, bien porque El Cordob¨¦s -seg¨²n rumores- ped¨ªa demasiado dinero por dejarles utilizar el suyo, o por la necesidad -seg¨²n Seago- de novelar su vida, introduciendo cambios que acentuaran el dramatismo de la obra. As¨ª, Domingo, en vez de retirarse a tiempo para disfrutar de su fortuna, muere tr¨¢gicamente en el ruedo, no sin antes haber vivido un apasionado romance con una estrella de cine americana, que recuerda m¨¢s bien al de Mario Cabr¨¦ con Ava Gardner.
No obstante, el espect¨¢culo est¨¢ inspirado totalmente en la figura de El Cordob¨¦s, que, para Leander, fue m¨¢s que un torero. "Le llamaban el quinto Beatle", dice, "y represent¨® un fen¨®meno social, no s¨®lo un s¨ªmbolo sexual como Mick Jagger, sino tambi¨¦n un rebelde que contribuy¨® a liberar el esp¨ªritu de Espa?a, encorsetada bajo el r¨¦gimen de Franco". Y seg¨²n Seago, Manuel Ben¨ªtez personificar¨ªa "la pasi¨®n desbordada, el sentimiento intenso y el orgullo frente a las humillaciones", que considera componentes ¨²nicos del car¨¢cter espa?ol.
Algo manido quiz¨¢, pero lo cierto es que ambos parecen conocer Espa?a mejor de lo que cabr¨ªa esperar. Se han recorrido casi todas las ferias de Andaluc¨ªa y disfrutan con las corridas de toros. A principios de los sesenta, incluso vieron torear a El Cordob¨¦s. Y no es casualidad que la mayor parte de Matador se compusiera en Mallorca. "La isla", asegura Leander, "me inspira. All¨ª tengo mi piano..., un poco como Chopin, aunque ya me gustar¨ªa ser tan bueno como ¨¦l".
M¨²sicas varias
La partitura de Matador intenta mezclar jazz, pop y rock con elementos de pura influencia flamenca. "El pasodoble", dice Leander, "es curiosamente lo ¨²nico que no me ha servido, porque no creo que funcione fuera del ruedo". Y si a semejante eclecticismo musical a?adimos la intenci¨®n de aunar teatralmente la tradici¨®n del musical de Broadway -abigarrado e insustancial- con el desgarro elemental de la danza flamenca, Matador parece pretender la cuadratura del c¨ªrculo.
Leander se muestra optimista: "La cosa. m¨¢s importante a nuestro favor es Espa?a, con todo su enorme poder de atrac ci¨®n. Este espect¨¢culo captura por primera vez en Londres todo el color y la fuerza de lo espa?ol y espero que convoque a un gran n¨²mero de espectadores".
La experta direcci¨®n de Elijah Moshinshy, productor principal de la Royal Opera House y con aclamadas producciones oper¨ªs ticas y teatrales en su haber, ha contribuido a dar cohesi¨®n al espect¨¢culo. "Este musical", dice, "no es la cl¨¢sica f¨¢bula del chico pobre que se hace multimillonario y amigo de Julio Iglesias. Es la historia de un luchador que al final duda y se deja matar en la plaza. No se glorifica la corrida. El hero¨ªsmo de enfrentarse con el toro se convierte en algo casi pol¨ªtico: un s¨ªmbolo del deseo de cambio entre la gente joven de los a?os sesenta, una manera de levantarse contra la dictadura. Aunque, en la vida real, El Cordob¨¦s hiciera un pacto con Franco".
Al mismo tiempo, la intervenci¨®n de Rafael Aguilar, creador de la coreograf¨ªa flamenca -esencial en Matador-, ha garantizado una cierta autenticidad. Tanto en el Ballet Nacional como con su propia compa?¨ªa, Aguilar ha demostrado un particular talento para la renovaci¨®n coreogr¨¢fica del baile espa?ol, y tiene gran experiencia en los escenarios internacionales, por lo que resultaba la persona id¨®nea para algo tan peliagudo como hacer bailar por tarantos a un grupo de ingleses.
Ingleses flamencos
"Cuando me pidieron hacer esto", explica, "lo primero que les dije es que yo rio era la Virgen de Lourdes. Debido a normas sindicales inglesas no pod¨ªamos utilizar espa?oles de mi compa?¨ªa, y los chicos que seleccionaron, aunque son excelentes bailarines cl¨¢sicos, no ten¨ªan, naturalmente, ni idea del baile espa?ol. Y tampoco se trataba de ense?arles movimientos simples, porque en flamenco ¨¦sos son precisamente los m¨¢s dif¨ªciles de hacer con sentido y sentimiento. De modo que resolv¨ª el problema tray¨¦ndome a Paco P¨¦rez Ar¨¦valo, un magn¨ªfico bailar¨ªn cordob¨¦s de 22 a?os, que es el l¨ªder del cuerpo de baile, y los de:m¨¢s siguen y complementan sus movimientos".
Dice Aguilar que en el baile vale m¨¢s un gesto que cuatro piruetas, y Elijah Moshirisky parece compartir dicha opini¨®n con una producci¨®n escueta y sin elementos accesorios, que gana en poder teatral debido a su simplicidad. Sobre todo en cemparaci¨®n con megaespect?aculos, como Cats, Phantom of the Opera o Miss Saigon, que llevan a?os dominando la cartelera de Londres y han impuesto un tipo de musical sin texto hablaclo y de f¨¢cil consumo, en el que la historia se sacrifica en beneficio de espectaculares efectos esc¨¦nicos.
Para John Barrowman, un atractivo cantante californiano de 24 a?os que se ha arriesgado a abandonar el ¨¦xito seguro de Miss Saigon para crear el papel de Domingo, la diferencia radica en que la emoci¨®n de Matador es aut¨¦ntica. "Si se eliminara la m¨²sica en Miss Saigon ", dice, "nos quedar¨ªamos s¨®lo con los decorados. Pero en Matador habr¨ªa todav¨ªa pasi¨®n en el di¨¢logo. Funcionar¨ªa incluso sin decorados. Cuando la ensayamos por primera vez en un estudio completamente vac¨ªo, la compa?¨ªa entera nos estaba viendo, y al final todos terminaron con los ojos h¨²medos".
En su camerino, Barrowman tiene un cartel de James Dean, de quien dice haber tomado ideas para su personaje. "Particularmente en la manera de moverse, pero tambi¨¦n emocionalmente. Domingo, como Dean, simboliza la rebeld¨ªa de una nueva generaci¨®n". Lo que m¨¢s le cost¨®, sin embargo, fue adaptarse al traje de torero, pesado y demasiado ajustado."Sobre todo", bromea, "no es f¨¢cil acomodar ciertas partes, todas hacia un lado, cuando no est¨¢s acostumbrado. Pero lo cierto es que resulta muy sexy, al igual que los movimientos que tienes que hacer... Para decir la verdad, cuando toreo es como si estuviera haciendo el amor con el toro". Y aunque s¨®lo ha visto una corrida y en televisi¨®n, mientras aguardaba su vuelo en el aeropuerto de Barajas, ha aprendido mucho de Aguilar y se siente a gusto con la capa. "De todas maneras", asegura, "¨¦ste no es un musical sobre el toreo. Es una tragedia personal, algo m¨¢s dram¨¢tico e ¨ªntimo que el gran musical al uso".
Las Ventas
Si bien con un coste de producci¨®n superior a los 300 millones de pesetas y enormes decorados que incluyen una reproducci¨®n de la plaza de Las Ventas de Madrid, el espect¨¢culo en Matador tanipoco se echar¨¢ en falta. "Lo que sucede", explica Barrowman, "es que se ha huido de efectismo f¨¢cil. Mientras que el elernento llamativo de Miss Saigon es un helic¨®ptero y el de Phantom un elefante, el nuestro -mucho m¨¢s sofisticado- es el toro, que va a sorprender al p¨²blico por la forma en que se representa". Fue idea de Rafael Aguilar hacerlo mediante un grupo de seis bailarines, que se mueven en bloque y no como individuos. "Un toro mec¨¢nico", asegura Aguilar, "habr¨ªa resultado rid¨ªculo, y adem¨¢s, la energ¨ªa del flamenco expresa muy bien la fuerza del animal".
Paco P¨¦rez Ar¨¦valo, que al frente del grupo y bailando por seguidillas simboliza con sus brazos extendidos la cabeza del toro, se muestra muy ilusionado con su inesperada experiencia londinense. Y tras trabajar durante tres a?os en espa?oladas para extranjeros en el casino Pallacilum de Mallorca, opina que Matador es diferente. "Se trata de algo nuevo", dice, "un musical ingl¨¦s en el que se juega con cosas espa?olas".
Lo que est¨¢ por ver es si tal combinaci¨®n puede triunfar en
una ciudad donde numerosos musicales han fracasado estrepitosamente en los ¨²ltimos meses. En Londres, el ¨¦xito s¨®lo lo tiene garantizado Lloyd Weber, el cual -seg¨²n Barrowman- podr¨ªa componer un musical sobre s¨ª mismo sentado en un retrete y la gente llenar¨ªa el teatro para verlo".
Babelia
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