Habas contadas

La promesa electoral del PSOE de facilitar la adquisici¨®n de 400.000 viviendas est¨¢ generando una creciente pol¨¦mica. El car¨¢cter improvisado de la propuesta ha quedado patente en los cambios que ha sufrido el modelo de financiaci¨®n. Primero se habl¨® de recabar colaboraci¨®n de la banca aprevechando la reducci¨®n del coefiente de inversi¨®n, y ahora, de ofrecer ventajas fiscales a las entidades que participen. Pese al razonable rechazo inicial de la propuesta por el ministro Solchaga y por los bancos, ante el temor de volver a encorsetar la econom¨ªa, las necesidades son tan graves -faltan m¨¢s de 700.000 viviendas- que aumentan las personas y entidades que exigen un debate profundo.

La vivienda de protecci¨®n oficial, sobre la que el PSOE centr¨® su pol¨ªtica sectorial, ha ca¨ªdo vertiginosamente en los ¨²ltimos anos, v¨ªctima de una serie de circunstancias. Por un lado, el aumento del precio del suelo la convirti¨® en un negocio poco rentable para los promotores, mientras por otro la Administraci¨®n ve¨ªa la posibilidad de ahogarse en pagos de subvenciones y subsidios de intereses comprometidos para los 15 de a?os de fir¨ªanciaci¨®n de los que goza una VPO. Si a ello se a?ade que la el boom inmobiliario liber¨® por s¨ª solo al sector p¨²blico de la necesidad de reactivar un sector locomotora de la econom¨ªa, se comprende que las viviendas protegidas hayan ca¨ªdo desde las 269.124 iniciadas en 1988, a menos de 40.000 este a?o.El Gobierno ha dejado morir de inanicici¨®n las VPO sin dise?ar una pol¨ªtica alternativa que corrija errores pasados y satisfaga la demanda de una inmensa parte de la poblaci¨®n espa?ola. Aqu¨¦lla que tiene unos ingresos familiares superiores a las 2,5 veces el salarlo m¨ªnimo interprofesional (algo m¨¢s de 133.000 pesetas mensuales) que les impiden acceder a una vivienda protegida, pero que no pueden pagar el precio que alcanzan las libres, que en los ¨²ltimos 10 a?os se ha multiplicado por cinco.

Ayudas p¨²blicas

Y mientras la clase media queda fuera del mercado, el Estado, por los compromisos que acumula ejercicio tras ejercico, no s¨®lo no reduce el gasto directo en vivienda, sino que incluso lo incrementa. La Administraci¨®n Central dedic¨® en 1988 a subvenciones y subisidos de interes 85.487 millones de pesetas, y este a?o gastar¨¢ 100.000.Mientras, se ha reducido considerablemente la fir¨ªanelaci¨®n a las VPO. El a?o pasado el cr¨¦dito vivienda privilegiado se mantuvo pr¨¢cticamente estacando al crecer un 0,4%, frente a un intenso aumento del 40,4% en el cr¨¦dito libre. S¨®lo las entidades oficiales, controladas por el Gobiemo, aumentaron los pr¨¦stamos concedidos a las viviendas protegidas. El Banco Hipotecario y Caja Postal aumentaron sus concesiones en 1990 un 24%, mientras las correspondientes a bancos y cajas descendieron un 45%.

La vivienda tiene mal de altura. El d¨¦ficit impide ayudas p¨²blicas, el suelo eleva sobremanera el precio de los pisos y los tipos de inter¨¦s hacen que cuesten hasta un 17% m¨¢s. ?Qui¨¦n puede comprarse un piso?