Hungr¨ªa se despide del 'amigo ruso'
Una fiesta nacional celebrara la marcha de las tropas sovi¨¦ticas y su armamento nuclear
ENVIADA ESPECIAL Cuando el ¨²ltimo soldado sovi¨¦tico abandone Hungr¨ªa el pr¨®ximo 30 de junio, repicar¨¢n durante una hora las campanas de todas las iglesias. Eso anuncian los l¨ªderes de la Alianza de Intelectuales Cristianos. El ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger llegar¨¢ poco antes a Budapest para unirse a la celebraci¨®n, con motivo de la cual se enarbolar¨¢n las banderas nacionales con la corona de san Esteban, el s¨ªmbolo nacional religioso, cuya reinstauraci¨®n ocup¨® meses de debate en el Parlamento.
"Un entusiasmo formidable", comentaba con iron¨ªa un miembro de la delegaci¨®n sovi¨¦tica que negocia en Hungr¨ªa un tratado de amistad entre ambos pa¨ªses, que tarda sospechosamente en firmarse. La oposici¨®n magiar critica el "j¨²bilo exagerado". "?Qu¨¦ celebramos, es que hemos ganado una guerra?". Los rusos, como denominan ellos a los sovi¨¦ticos, "se van solos".Seg¨²n el Ministerio de Defensa magiar, un 80% del contingente total del Ej¨¦rcito Rojo en Hungr¨ªa, 60.000 soldados, que con sus familias y empleados civiles sumaban unas 120.000 personas que ocupaban 149 regimientos, ya han regresado a casa. Se extend¨ªan por 20.000 hect¨¢reas entre cuarteles, campos de entrenamientos, bodegas de almacenaje y un n¨²mero indeterminado de bunkers, donde guardaban cabezas nucleares, seg¨²n revel¨® a EL PA?S el portavoz del Ministerio de Defensa en Budapest, coronel Gyorgy Keleti.
De la salida de 560.000 toneladas de material de guerra, de 27.000 veh¨ªculos blindados y de las tropas, el Ministerio de Defensa en Budapest lleva exactas estad¨ªsticas informatizadas, que se renuevan d¨ªa a d¨ªa. Los datos no los reciben de sus colegas sovi¨¦ticos, sino del personal magiar apostado en la frontera por donde salen los trenes hacia la URSS. Los ra¨ªles sovi¨¦ticos -¨²nicos en el mundo- tienen un ancho superior al est¨¢ndar internacional, por lo que el material y tropas sovi¨¦ticas deben ser descargados en la frontera, para usar vagones propios en el resto del camino. En los transbordos, el personal h¨²ngaro controla e informa a la capital.
Viviendas desoladas
Perdidos en la puszta han quedado desoladas las viviendas, un total de 14.000 pisos construidos por los sovi¨¦ticos para su personal. Ventanas sin marcos ni vidrios, murallas enmohecidas con esl¨®ganes en escritura cir¨ªlica, cables el¨¦ctricos colgando al vac¨ªo y el desinter¨¦s de los h¨²ngaros por solucionar sus propios problemas de vivienda con esos edificios "inutilizables", seg¨²n Keleti.Por primera vez los magiares pueden ver de cerca c¨®mo viv¨ªan las tropas que llegaron para aplastar el levantamiento popular de 1956 y que un a?o despu¨¦s oficializaron su permanencia mediante tratados de amistad. En el mercado de las Pulgas de Budapest se venden los gorros de astrac¨¢n, condecoraciones con la estrella roja y los abrigos de sus hermanos de ayer.
"Lo importante es que se vayan", afirma Keleti, y las "cuentas sin saldar" se pueden arreglar despu¨¦s de la partida. Los sovi¨¦ticos exigen un pago de 50.000 millones de forintos por sus instalaciones, que los h¨²ngaros califican de "inservibles" y que hasta ahora se han negado a pagar. "NI siquiera nuestros ciudadanos m¨¢s pobres viven en las condiciones en que viv¨ªan ellos", dice el teniente coronel Mlklos Romanek, que ahora administra estas instalaciones abandonadas.
El tratado para la retirada de tropas -que se Inici¨® en febrero de 1989- fue firmado por dos ex ministros de Asuntos Exteriores que han desaparecido de la escena pol¨ªtica, Edvard Shevardnadze y GyulaHorn. Keleti considera que los sovi¨¦ticos "ya no son un peligro", pero reconoce que "la situaci¨®n interna en Mosc¨² es delicada, porque los de la l¨ªnea dura declaran abiertamente que fue un error retirar las tropas".
Las compensaciones economicas que exige Mosc¨² han sido contestadas por Budapest con una lista interminable de cuentas por pagar por "mal mantenimiento" de instalaciones ocupadas y da?os ecol¨®gicos. En los siete aeropuertos donde operaban los Mig sovi¨¦ticos, que ya volaron en direcci¨®n a una base a¨¦rea en Minsk, el agua potable se ha contaminado de combustible, y en el lago Peque?o Balaton, un basurero de residuos t¨®xicos, se prohibir¨¢ ba?arse. Keleti califica como la "¨²ltinia traici¨®n" de los sovi¨¦ticos el que hayan tenido armas nucleares en territorio magiar, y est¨¢ convencido que s¨®lo dos o tres altos cargos del Gobierno estaban enterados. "Era un secreto mejor guardado que la f¨®rmula de la Coca-Cola", comenta.
Reconversi¨®n militar a paso ligero
El Ej¨¦rcito h¨²ngaro, que debe acomodarse a otros tiempos y adecuar a su personal a la nueva doctrina militar defensiva y sin enemigo visible, deber¨¢ reducir sus tropas en un tercio en los proximos anos. Un alto oficial del Ej¨¦rcito reconoce que desde que lleg¨® la democracia no se ha hecho limpieza en las filas. "No se puede echar a la calle a un militar y responsabilizarlo pol¨ªticamente porque estudi¨® en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que antes era la ¨²nica alternativa explica.Hace poco han partido los primeros oficiales magiares a la prestigiosa academia militar de Sandhurst, en el Reino Unido, donde desde ahora recibir¨¢n su formaci¨®n los oficiales del Ej¨¦rcito de Hungr¨ªa. Tambi¨¦n se han recortado ya los presupuestos de Defensa, y la carrera militar, que era antes la ¨²nica v¨ªa para conseguir una buena vivienda y un coche, ofrece ahora menos recompensas. Un general ganaba hace 20 a?os 1.000 forintos, lo cual constitu¨ªa un sueldo privilegiado; ahora el mismo general gana 30.000 f¨®rintos (en torno a las 60.000 pesetas), cuando el salario promedio h¨²ngaro se estima en 12.000 forintos.
Un vecindario complicado
Hungr¨ªa busca desesperadamente una estructura de seguridad europea despu¨¦s de 40 a?os de dependencia absoluta de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Las generosas emociones que ha suscitado en el mundo las revoluciones incruentas de Europa del Este han cesado. Los pa¨ªses del ex bloque socialista han recibido claramente la advertencia de que no podr¨¢n ingresar enla OTAN y que se encuentran en una larga y re?ida lista de espera para acceder a la Comunidad Europea. Y como soluci¨®n para sus estructuras de seguridad reciben recomendaciones de pol¨ªticos occidentales para que firmen acuerdos bilaterales con los vecinos. Es lo que los checos y h¨²ngaros llaman el "vac¨ªo", y los polacos, la "zona gris".Hungr¨ªa y la Uni¨®n Sovi¨¦tica terminaron el domingo su tercera ronda de conversaciones sin lograr un acuerdo final. El p¨¢rrafo de la discordia, exigido por los sovi¨¦ticos y rechazado por los magiares, proh¨ªbe a los pa¨ªses signatarios unirse a alianzas que pudieran resultar enemistosas para la otra parte. El Gobierno h¨²ngaro ha acusado al de Mosc¨² de pretender una finlandizaci¨®n de su pa¨ªs.
Por otra parte, las relaciones con Rumania se mantienen tensas, como ha sido tradici¨®n. Los dos puntos en conflicto son las denuncias de los abusos contra la minor¨ªa h¨²ngara en Transilvania (Rumania) y la imposibilidad de reabrir el consulado en Cluj, cerrado por Nicolae Ceausescu bajo la acusaci¨®n de ser una central conspirativa.
Respecto a Checoslovaquia, mantienen buenas relaciones con Praga y p¨¦simas con Bratislava, la capital eslovaca, donde tambi¨¦n vive una minor¨ªa h¨²ngara hostigada por grupos nacionalistas.
Con Yugoslavia las relaciones han empeorado, a causa del conflicto, diplom¨¢tico ocasionado por la venta de armas a la Rep¨²blica de Croacia.
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