Decepcionante mano a mano
El cartel de esta corrida sufri¨® importantes alteraciones, como consecuencia de las cogidas de Emilio Mu?oz y Jesul¨ªn de Ubrique. Tampoco el ganado, anunciado como Torrealta, correspond¨ª¨® a los toros que se jugaron, pues llevaban el hierro de Paloma Eulate, sin que se anunciara, en la taquilla, corrio reglamentariamente est¨¢ establecido, el cambio de ganado.De tan notables alteraciones del cartel surgi¨® el mano a mano Ojeda-Espartaco, que aunque con la plaza casi llena, llev¨® menos p¨²blico que el s¨¢bado. Varios factores confluyeron para que el tan esperado reto resultara asaz deslucido y decepcionante. En primer lugar el ganado, que adem¨¢s de blandear, embestir poco, tomar casi todos los toros un solo puyazo, cuando embest¨ªan lo hac¨ªan l¨¢nguidamente pero no con muy buenas intenciones. Tambi¨¦n el fuerte viento contribuy¨® al deslucimiento y a punto estuvo de costarle a Ojeda un serio disgusto, al destaparle cuando pasaba de muleta a su primero. Le tir¨® un derrote y le derrib¨® al suelo, afortunadamente sin consecuencias. Tampoco la labor de las dos figuras contribuy¨® a realzar el festejo.
Eulate / Ojeda, Espartaco
Toros de Paloma Eulate, de desigual presentaci¨®n, blandos y descastados. Paco Ojeda: pinchazo y media (divisi¨®n de opiniones); estocada ca¨ªda y descabello (ovaci¨®n y saludos); pinchazo y estocada (silencio).Espartaco: dos pinchazos, media ligeramente ca¨ªda y descabello (ovaci¨®n y saludos); media trasera (ovaci¨®n y saludos); estocada ca¨ªda (petici¨®n y vuelta). El banderillero Javier Garc¨ªa fue asistido en la enfermer¨ªa de esguince de tobillo, producido al saltar la barrera. Plaza de Jerez, 5 de mayo. Quinta y ¨²ltima corrida de la Feria del Caballo. Casi lleno.
El primero de Paco Ojeda era un inv¨¢lido que apenas se ten¨ªa de pie. Entre la invalidez, el viento y el susto que le dio, Ojeda decidi¨® abreviar, pues poco m¨¢s se pod¨ªa hacer.
Tard¨® Ojeda en centrarse con el tercero, que ten¨ªa genio, y le dio varias series sin limpieza y descolocado. Lo tore¨® bien en las dos ¨²ltimas tandas con la derecha, y al rematar una de ellas con el de pecho volvi¨® a salir alcanzado. Recibi¨® al quinto con espl¨¦ndidas ver¨®nicas, cargando la suete, ganando terreno y embraguet¨¢ndose. En el quite, sin embargo, se ech¨® el toro encima. Con la muleta el animal se quedaba en el embroque. En otros tiempos, el de Sanl¨²car, hubiera aguantado el envite y hecho su par¨®n, pero en esta ocasi¨®n opt¨® por abreviar.
Espartaco tore¨® a su primero, que lleg¨® muy aplomado a la muleta, con temple pero con gran distanciamiento. La falta de ajuste fue patente en los pases de pecho, ya que entre el diestro y el toro, como dec¨ªa un aficionado, cab¨ªa un mercanc¨ªas. Su segundo se defend¨ªa y naturalmente los muletazos carecieron de limpieza. Al sexto empez¨® a torearlo por alto de rodillas. Hubo un par de series aceptables por ambos lados, pero la faena culmin¨® con espectaculares trapazos, pues el toro ya casi no pasaba.
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