Thatcher confiesa que vive desconcertada desde que perdi¨® el poder
Margaret Thatcher, la ex primera ministra brit¨¢nica, es un ser desconcertado a ratos, cinco meses despu¨¦s de su traum¨¢tica partida del liderazgo conservador y del Gobierno. Un colaborador dice que se siente como "Napole¨®n teniendo que ensillar su propio caballo".
En una entrevista que el pr¨®ximo mes publica la revista Vanity Fair Thatcher dice estar orgullosa de no haber sido nunca derrotada por el pueblo brit¨¢nico y mantiene que hubiera ganado una cuarta elecci¨®n si se le hubiera permitido seguir.Once a?os largos de primera ministra acabaron s¨²bita y traum¨¢ticamente a finales del pasado mes de noviembre con la indignidad de un plazo de 96 horas para dejar el 10 de Downing Street. "Yo sugerir¨ªa que ning¨²n futuro primer ministro tenga que pasar por ello", dice Thatcher en el mensual, que se publica a ambos lados del Atl¨¢ntico. Su derrota destroz¨® toda una vida: "Fue como lanzar contra el suelo una cristalera con un complicado mapa, y todas las costumbres y pensamientos y acciones all¨¢ que se fueron, y todo el personal all¨¢ que se fue... lo tiraste al suelo y qued¨® hecho a?icos". ?Y qu¨¦ pas¨® con los trozos?, se le pregunta. "Eso no tiene arreglo", responde Thatcher, que luego a?ade: "Se tiene que crear otra cristalera".
?sta es la tercera entrevista en profundidad que concede Thatcher desde que fuera derrocada en un golpe interno dirigido por un grupo de parlamentarios conservadores que ve¨ªan a la primera ministra como una rueda de molino atada a su cuello pol¨ªtico y, como en las dos anteriores, la dama de hierro se ha explayado en Estados Unidos. "Nunca he sido derrotada por el pueblo", repite varias veces a lo largo de la entrevista. "Nunca he sido derrotada en una elecci¨®n. Nunca he sido derrotada en un voto de confianza, as¨ª que no s¨¦ c¨®mo ser¨ªa eso".
Los cobardes
La ex primera ministra no echa bilis en esta ocasi¨®n sobre sus correligionarios, aunque incide en su cobard¨ªa -"no se corre con miedo por los resultados de elecciones parciales a media legislatura"- y tampoco repite acusaciones de que se est¨¢ intentando socavar su legado, ni reconoce errores. El poll tax no lo fue y si se le hubiese dado la oportunidad ella hubiera ganado una cuarta elecci¨®n.
Thatcher, que ya en otras ocasiones ha desvelado su muy comprensible nostalgia por los tiempos idos, dice: "A veces pregunto: ?Qu¨¦ dia es hoy? Nunca pregunt¨¦ eso en el n¨²mero 10", su residencia en Downing Street. Pero ya mira al futuro, o, como ella dice, "estamos creando nuevas costumbres". La fundamental es predicar el evangelio del thatcherismo: "Mi papel ahora es ir por el mundo exponiendo lo que creo y ayudando a los que luchan por la democracia".
El proselitismo de sus ideas correr¨¢ a cargo de una futura Fundaci¨®n Thatcher que se ha de crear en Londres y tras la que se encuentra su hijo Mark, de 38 a?os, personaje criticado y a cuya presencia en el asunto se atribuye la espant¨¢ de contribuyentes econ¨®micos a la causa.
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